spanish.china.org.cn | 09. 11. 2020 | Editor:Elena Yang Texto

III CIIE: Juntos en la construcción de un sistema multilateral más amplio

Palabras clave: CIIE, Exposición Internacional de Importaciones de China


Por Jorge Fernández


El gigante asiático ha hecho de la CIIE una plataforma que vincula estrechamente a la comunidad de naciones con China a fin de materializar un beneficio compartido por medio del intercambio de bienes, personas y servicios.


De cara a una pandemia que ha dejado al mundo en una lamentable situación, la apertura de mercados se avista como la estrategia más tonificante para acelerar la recuperación de las economías. La propuesta, pese a las esfuerzos opositores de algunos países que se acogen al proteccionismo, se ha venido ejecutando sistemáticamente desde hace algún tiempo. Antes de que la COVID-19 emprendiera su demoledor paso, la dirigencia nacional china ya había emprendido acciones para incorporar al mundo en su mercado nacional. No fue fortuito, en consecuencia, que el año pasado China encabezara el registro a nivel mundial de importaciones de bienes y servicios. Hasta hoy, China ha cumplido a cabalidad los compromisos contraídos ante el mundo para profundizar sus importaciones. Y la Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE), en medio de la pandemia, solo afirma este viejo cometido.

La tercera edición de este cónclave, a la que asiste casi el mismo número de empresas Fortune 500 que en las citas anteriores, evidencia que pese a la pandemia las firmas más importantes del planeta conceden gran importancia a los esfuerzos de China para convertirse plenamente en un mercado global compartido y accesible para todos. El gigante asiático ha hecho de la CIIE una plataforma que vincula estrechamente a la comunidad de naciones con China a fin de materializar un beneficio compartido por medio del intercambio de bienes, personas y servicios. Y al igual que la iniciativa de construcción conjunta de “la Franja y la Ruta”, este evento ya es en sí mismo un bien público internacional que puede ser disfrutado y compartido por todos aquellos que ven en el multilateralismo un camino para superar conjuntamente las adversidades y para compartir los beneficios.

El peor reto al que se enfrenta el multilateralismo y la apertura de mercados no es la COVID-19. Es, por el contrario, la creencia retrógrada que defiende el acorazamiento de los mercados como medida para proteger la producción interna. La crisis económica generada por la pandemia es para estos obcecados estrategas una suerte de argumento celestial que reafirma creencias anteriores, pero que inadvertidamente sume a sus economías en un oscurantismo similar a aquel profesado en la Edad Media. China, en oposición a los campeones del unilateralismo, establece con la celebración puntual de la CIIE un ejemplo de apertura y cooperación, de compartición y beneficio generalizado, que nutre la tendencia de la globalización. La celebración de la tercera edición de la CIIE lleva implícito un mensaje de esperanza que alienta a los miembros de la comunidad de naciones a trabajar conjuntamente para superar las condiciones adversas generadas por la pandemia de COVID-19.

Los frutos que ha dado a China el proceso de reforma y apertura no dejan de cosecharse aún en un entorno de contracción económica. Datos oficiales revelan que en el periodo comprendido entre julio y septiembre, China registró un crecimiento de 4,9 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior. Para los estándares actuales, esta cifra inyecta confianza en el camino y en la estrategia que China toma para acelerar el camino por una nueva normalidad del crecimiento económico. La proeza no debe menoscabarse puesto que para alcanzar estos dígitos, China partió de una contracción de 6,8 por ciento registrada en el primer trimestre de este año. Así, las acciones emprendidas para superar las adversidades demuestran que China, en términos del PIB, figura al frente de la recuperación económica mundial.

El reto de la recuperación gira en torno a la innovación de métodos que permitan recrear el mismo espíritu dinámico generado por el flujo físico de personas en cónclaves internacionales anteriores a la pandemia. La organización de la III edición de la CIIE deja en claro que China, al tiempo que trabaja para mantener el ímpetu de la recuperación económica, no ha bajado la guardia en la aplicación de medidas para prevenir y controlar la pandemia. El arreglo mismo de la zona de exhibiciones, la combinación de formas virtuales y no virtuales, las medidas higiénicas y preventivas, y una ampliación de cerca de 30 mil metros cuadrados, anuncian que aún en medio de una pandemia, las actividades montadas para el estímulo de los intercambios económicos pueden realizarse sin ninguna contrariedad, aún en tiempos de pandemia. El mundo entero puede y debe secundar estas acciones.

Mientras, la asistencia física de altos cargos latinoamericanos a este evento se ha visto frenada por la pandemia. Esto, cable aclarar, no es un impedimento para incorporarse a esta iniciativa china, abierta a todos por igual. Los países de América Latina, que han visto seriamente afectadas sus economías, tienen en la CIIE una oportunidad para reforzar los trabajos que ahora emprenden para sortear y superar los retos económicos actuales. En esta III edición Argentina asiste como invitada de honor. Es una oportunidad invaluable para introducir una gama más amplia de productos, incluidas sus icónicas carnes de vacuno, además de ser un marco para estrechar relaciones y reafirmar o desarrollar más acuerdos económicos. La CIIE representa tanto para Argentina como para el resto de países de América Latina una trinchera común en defensa del multilateralismo y la globalización económica.

La CIIE de este año lleva el sello de un país que está firmemente decidido a sortear inteligentemente los retos generados por la pandemia, al tiempo que honra los compromisos asumidos con su pueblo y con la comunidad internacional. No obstante, ni China ni nadie en este mundo puede hacerlo solo sin la aportación de los demás. Tal y como lo dijera el presidente Xi Jinping en el discurso inaugural: “Esta pandemia nos recuerda que formamos una comunidad de futuro compartido, nadie se salva solo frente a las graves crisis, y que la solidaridad y cooperación es la única opción ineludible. Debemos mantener la convicción en la cooperación de ganancia compartida, apostar por la confianza, la solidaridad y las consultas en vez del escepticismo, las amenazas o las acusaciones, y anteponer los intereses comunes, con miras a promover la globalización económica hacia un rumbo de mayor apertura, inclusión, beneficio generalizado, equilibrio y ganancia compartida”.


   Google+