spanish.china.org.cn | 30. 10. 2020 | Editor:Elena Yang Texto

El plan quinquenal de China: un hito en la modernización socialista

Palabras clave: plan quinquenal de China


Por Jorge Fernández


La materialización del proyecto de nación, por el que el pueblo chino ahora pone todo sus empeño y energías, tendrá que considerar que el día a día en el escenario internacional está plagado de variables imposibles de identificar.


La quinta sesión plenaria del XIX Comité Central del Partido Comunista de China discute estos días una agenda que en las próximas tres décadas resultará clave para materializar plenamente la última de las dos metas centenarias. El XIV Plan Quinquenal, que cubrirá el periodo 2021-2025, orientará, como lo dictó la dirigencia china, los planes de acción en el próximo lustro rumbo a la construcción de un país socialista moderno para el año 2049. Este año, marcado por la consecución exitosa de una sociedad modestamente acomodada, sella con mención honorífica el cumplimiento del primero de los dos objetivos. El plan quinquenal que ahora se está redactando es, por tanto, una suerte de hito histórico que sienta las bases para el cumplimiento del último gran objetivo centenario. He ahí su trascendencia e importancia.

La resiliencia del XIII Plan Quinquenal ha quedado más que demostrado con la notable reacción y sorprendente capacidad de recuperación económica, tras el golpe asestado por la COVID-19. Sin duda alguna, la reversión veloz de China en el terreno económico, del espectro negativo al positivo, desvela el talante y la constitución del presente plan quinquenal tras la pandemia. Esto es, no solo ha sorteado exitosamente el golpe general asestado por el coronavirus, sino que está librando la incertidumbre económica internacional y está haciendo frente a brotes proteccionistas en países y regiones. La materialización del proyecto de nación, por el que el pueblo chino ahora pone todo sus empeño y energías, tendrá que considerar que el día a día en el escenario internacional está plagado de variables imposibles de identificar.

Así, en este contexto, el XIII Plan Quinquenal deja condiciones apropiadas para que el gigante asiático avance sobre el camino que lo conducirá a la modernidad socialista, aunque habrá que hacerlos con prudencia, dadas variables incontrolables y el comportamiento depredador y abusivo de otras grandes economías. Hasta ahora China ha logrado convertirse en el país con la mayor población de ingresos medios, además de que ha cuasi consumado la liberación de personas en pobreza extrema, una proeza de dimensiones históricas que había asolado durante generaciones a la nación china. Bajo estas condiciones, el país define un plan que tendrá como columna vertebral la circulación dual, y en el que el consumo interno desempeñará un papel primordial, por encima del a ratos languideciente comercio internacional.

El venidero XIV Plan Quinquenal por tanto deberá definir una ecuación en la que el gigante asiático esté preparado para entornos volátiles, al tiempo que vincule con mayor vitalidad la economía nacional con la internacional. La evaluación de condiciones internas y externas en el momento actual define la naturaleza de esta estrategia en la que, dada su actual resiliencia, el mercado doméstico desempeñará una función principal. Para ello, como corolario lógico, deberá hacerse énfasis en el desarrollo obligado de la ciencia y la tecnología como una condición básica y natural. Sin innovación en estas dos áreas, difícilmente se convencerá a una nación de 1.400 millones de personas a participar en un proyecto que descansa en la demanda nacional.

Un lineamiento así parte del análisis que el presidente chino, Xi Jinping, hace de la situación actual, en línea con la promesa inamovible de profundizar el proceso de reforma y apertura. El mandatario define una estrategia que lleva implícita una mejora en los sistemas de distribución de recursos y la materialización de un desarrollo regional coordinado, sin descuidar la apertura económica. El objetivo último de Xi es aprovechar las condiciones actuales y edificar escenarios propicios para que, llegado el momento, se maximice plenamente la aportación recíproca entre el mercado interno y externo. No será fortuito, en consecuencia, que en los años próximos se atestigüe un crecimiento en la tasa de urbanización, en el crecimiento del empleo, en la mejora de redes de seguridad sociales y en el gasto destinado a la educación y el desarrollo.

El reto es monumental sin importar las sólidas condiciones que deje el XIII Plan Quinquenal. Un enfoque centrado en la demanda doméstica requiere de altos niveles de calidad y de autosuficiencia. La materialización de la segunda meta centenaria requerirá por obviedad de un alto grado de independencia en materia de ciencia y tecnología, dadas las lecciones aprendidas en estos últimos años. Así, cuestiones como la IA, la 5G o el diseño y fabricación de chips deberán acelerarse exponencialmente a fin de prepararlos para cuando el mercado externo recupere su antigua resistencia, o al menos, su otrora estabilidad.

Uno de los pilares que sostienen los planes y deseos de China está constituido por la noción de una comunidad de destino común, que lleva implícita ideales como el progreso conjunto, el beneficio compartido y la compartición. Los titánicos esfuerzos antiepidémicos que China despliega dan muestra clara de los valores que el país alberga, así como de su interpretación del mundo y del papel que este tiene en la construcción de un entorno mejor. La materialización exitosa de los puntos definidos en el XIV Plan Quinquenal, al igual que la vacuna, redunda en beneficio de todos por igual. Esta es la aportación que China y los ideales de Xi Jinping extienden a la humanidad.


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