spanish.china.org.cn | 14. 10. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Sólidas cifras de comercio exterior demuestran la resistencia de China

Palabras clave: comercio exterior, China, economía

El comercio exterior de China creció 0,7 % en los primeros tres trimestres de este año, con un aumento en las exportaciones del 1,8 % y una caída de las importaciones del 0,6 %. Sobre una base trimestral, el primero bajó 6,5 %, el segundo 0,2 % con un repunte en el tercero del 7,5 %.

Este desempeño ganado con esfuerzo muestra la tenacidad de la economía china y refleja la capacidad sistemática del país para superar sin dificultad una crisis importante. Vale la pena señalar que el intercambio comercial con Estados Unidos en el mismo periodo también experimentó un avance, lo que refleja la fuerza inquebrantable de China.

La rápida recuperación del comercio chino en medio de la pandemia de COVID-19 está en marcado contraste con las críticas de Occidente, lideradas por Washington. Es de notar además lo ridículo de dichas opiniones. A lo largo de 9 meses, China se ha ocupado de sus problemas de manera realista y pragmática. En la lucha vírica, la nación rápidamente tomó medidas efectivas y reanudó su economía.

¿Qué hizo Estados Unidos en ese mismo lapso de tiempo? Turbio como el barro. Lo que sí está claro, sin embargo, es el escarnio contra China, a quien luego culpó de su propio fracaso en el manejo de la pandemia e hizo campaña electoral mientras publicitaba los temas relativos a ella. El fuerte resurgimiento del intercambio comercial chino no es casualidad. Era de esperarse que su PIB creciera este año porque las medidas sistemáticas de control epidémico cimentaron la recuperación económica. China es la única economía relevante a nivel mundial que cuenta con un pronóstico positivo. Sin importar cómo evolucione la pandemia durante el invierno y después, China tiene la capacidad suficiente para mantener la estabilidad y continuar con su desarrollo económico y social.

La represión total de Estados Unidos ha comenzado a tambalearse. Si bien China ha controlado sustancialmente la epidemia y se ha comprometido en la reactivación económica, su par norteamericano está sumido profundamente en la crisis sanitaria y en todo el caos provocado por la misma. Ha quedado demostrado que el esfuerzo de China en aras de su desarrollo nacional ha superado con creces la obstrucción de la contención estratégica de Estados Unidos. Frenarla no es más que la loca fantasía de algunas de sus principales élites, y sus tácticas superficiales no pueden evitar el avance chino.

Los últimos 9 meses han sido significativos. Durante su lucha vírica y levante económico, China ha destacado su filosofía política de ocuparse bien de sus asuntos. Por el contrario, Washington cuenta con herramientas limitadas, pocos intereses y paciencia para hacer frente a sus temas internos. Parece que solo están interesados en encontrar las fallas de China.

Es así que recientemente la mayoría de sus llamativas políticas ostentan ciertos elementos "anti-China". Como resultado, los esfuerzos de Beijing han coadyuvado al crecimiento nacional. Sin embargo, Estados Unidos ha perjudicado a otros sin ningún beneficio personal.

China ha atravesado una época difícil, creada por Estados Unidos con una serie de obstáculos, pero al superarlos, el país ha ganado impulso para su desarrollo. Mirando atrás, no estuvo mal tenerlo como socio de entrenamiento, puesto que China ha salido fortalecida.

Los últimos años, especialmente los primeros 9 meses de 2020, han sido el período en el que la sociedad china abordó en repetidas ocasiones confusiones con el consiguiente aumento de la confianza nacional. Los chinos se han vuelto más abiertos y pueden soportar más la adversidad. Como los mitos estadounidenses han sido reemplazados por conocimientos objetivos, no hay nada que los asombre o engañe. Se ha demostrado su fuerza, no solo en esta crisis, sino también en la debacle financiera de 2008 y en la asiática de 1997. No son casos aislados, solo reflejan las ventajas del sistema chino.

En el cuarto trimestre, varios indicadores se verán mejor que los del resto del mundo. No obstante, el pueblo chino no pecará de arrogante, ya que está más acostumbrado a comparar lo que logra con el resultado más ideal posible en busca de deficiencias. Es consciente de la brecha de desarrollo con Estados Unidos y Europa; y espera que todos los países guarden respeto entre sí y se enfoquen en la cooperación y no en el enfrentamiento.


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