spanish.china.org.cn | 19. 05. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Trump afirma tomar medicina contra la malaria como medida de protección

Palabras clave: Trump, malaria, COVID-19

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con periodistas en Washington el 17 de mayo de 2020.


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señaló el lunes que toma un medicamento contra la malaria para protegerse contra la COVID-19, pese a las advertencias de su propio gobierno de que solo debe administrarse en un hospital o en investigaciones debido a posibles efectos secundarios fatales.

Trump dijo a los periodistas que ha estado tomando hidroxicloroquina y un suplemento de zinc todos los días "durante aproximadamente una semana y media". El mandatario pasó semanas abogando por la medicina como una posible cura o profilaxis contra el virus en desmedro de la opinión de muchos de los mejores profesionales médicos de su administración. La droga puede en potencia tener efectos secundarios significativos en algunos pacientes y no se ha demostrado su efectividad frente al nuevo coronavirus.

Trump indicó que su médico no le recomendó hacerlo, pero se lo solicitó al galeno de la Casa Blanca.

"Comencé a tomarlo porque creo que es bueno", dijo el gobernante. "He escuchado muchas buenas historias". La Administración de Alimentos y Medicamentos advirtió a los profesionales de la salud el mes pasado que el medicamento no debe usarse para tratar COVID-19 fuera del hospital o investigaciones, debido a efectos secundarios a veces mortales. Los reguladores alertaron sobre la medicina, usada además para tratar el lupus y la artritis, después de recibir informes de problemas cardíacos, incluidas muertes, de los centros de control de intoxicaciones y otros proveedores de salud.

Trump desestimó dichos reportes y sostuvo: "Todo lo que puedo decirte es que hasta ahora parece que estoy bien". Al menos dos empleados de la Casa Blanca dieron positivo por COVID-19 a principios de este mes, lo que generó preocupación sobre las medidas dispuestas por la Administración para proteger al presidente y el aislamiento del vicepresidente Mike Pence y otros funcionarios. Desde entonces, Washington ha ordenado que las personas en el ala oeste se cubran la cara y ha impuesto pruebas diarias de detección al mandatario, vicepresidente y aquellos con quienes tienen contacto cercano.

Trump se sometió por última vez a un chequeo "interino" en una visita de noviembre al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed que no se mencionó en su agenda pública. Su último examen físico completo tuvo lugar en febrero de 2019.

Varios médicos prominentes manifestaron su temor de que la gente deduzca del ejemplo de Trump que el medicamento funciona o es seguro.

"No hay evidencia de que la hidroxicloroquina sea efectiva para el tratamiento o la prevención de COVID-19", dijo el Dr. Patrice Harris, presidente de la Asociación Médica Estadounidense. "Los resultados hasta la fecha no son prometedores". La gente no debería inferir del ejemplo de Trump "que es un enfoque aprobado o probado", porque no lo es, aseveró el Dr. David Aronoff, jefe de enfermedades infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville.

La hidroxicloroquina puede causar problemas de ritmo cardíaco potencialmente graves incluso en personas sanas, pero "es difícil inferir" que la placa de la arteria de Trump, revelada en pruebas de su examen físico de 2018, haga que el medicamento sea especialmente peligroso para él, dijo Aronoff.

Los funcionarios de la Casa Blanca no presentaron almédico del presidente, el comandante naval Dr. Sean Conley, para comentarios, ni confirmaron si otros empleados gubernamentales también tomaban la medicina.

Trump ha promovido en repetidas ocasiones el uso del medicamento con o sin el antibiótico azitromicina, pero no hay estudios relevantes y rigurosos sobre su seguridad y efectividad para prevenir o tratar la COVID-19. Dos grandes investigaciones de observación recientes, de alrededor de 1400 pacientes cada una en Nueva York, no descubrieron beneficio alguno. Otras 2 publicados el jueves en la revista médica BMJ llegaron a la misma conclusión.

Una, de expertos franceses, la prescribió a 84 hospitalizados y otros 97 recibieron el tratamiento habitual. No hubo diferencias en las probabilidades de deceso, necesidad de cuidados intensivos o aparición de enfermedades graves.

El otro estudio de China fue una prueba más estricta: 150 casos leves o moderados recibieron al azar hidroxicloroquina o atención habitual. El medicamento no mostró efectos distintos en las tasas de eliminación del virus o el tiempo de alivio de los síntomas, por el contrario provocó efectos colaterales.

En abril, los Institutos Nacionales de Salud probaron dicho medicamento versus un fármaco placebo en 500 enfermos de COVID-19. La semana pasada, anunciaron otra investigación para ver sieste más la azitromicina podían prevenir la hospitalización o la muerte en casos leves o moderados. Alrededor de 2000 adultos estadounidenses con infecciones confirmadas y síntomas como fiebre, tos o falta de aliento recibirán los medicamentos o las píldoras placebo.

Las recetas de hidroxicloroquinaen Estados Unidos aumentaron aproximadamente un 80 % en marzo a más de 830 000 en comparación con el mismo período el año anterior, según la firma de seguimiento de datos IQVIA. Ese salto se produjo antes de que el gobierno federal aceptara casi 30 millones de dosis donadas a la reserva nacional estratégica por farmacéuticas extranjeras. Desde entonces, millones de tabletas han llegado a hospitales estadounidenses en todo el país para su uso en el tratamiento del virus.


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