spanish.china.org.cn | 18. 05. 2020 | Editor:Liria Li Texto

Expertos dudan sobre el inicio en el desarrollo de una supuesta vacuna COVID-19 en EEUU

Palabras clave: EEUU, COVID-19

Un oficial de la Policía de Nueva York vigila que las personas mantengan la distancia social en un soleado día en Domino Park en Brooklyn el sábado. 


El estudio al parecer comenzó 2 meses antes de declararse la emergencia

Cuando el presidente Donald Trump dijo que Estados Unidos había comenzado a desarrollar la primera vacuna COVID-19 el 11 de enero, los expertos cuestionaron el manejo de la crisis por parte de su administración pese a un conocimiento temprano de la inminente pandemia.  

En una conferencia de prensa el viernes, Trump indicó que los científicos estadounidenses podrían dar con una vacuna para fines de este año y que las primeras acciones en ese sentido empezaron el 11 de enero.

"Hablamos del 11 de enero. La mayoría de la gente no sabía lo que sucedía el 11 de enero y ya tratábamos de desarrollar una vacuna, sin saber lo que se venía”.

La fecha ha despertado escepticismo entre los expertos porque no fue sino hasta más de dos meses después, el 15 de marzo, que Trump declaró la pandemia una emergencia nacional. Al día siguiente, su gobierno emitió pautas para evitar las reuniones de más de 10 personas y el límite de viajes en un esfuerzo por contener el virus, con una vigencia de 15 días.

Long Xingchun, miembro adjunto de la Academia de Gobernanza Regional y Global de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing, sostuvo que los comentarios de Trump arrojaron dudas sobre si los políticos estadounidenses habían prestado suficiente atención al virus y si las medidas tomadas eran oportunas.

China había emitido un cronograma claro y detallado para manejar el brote, dijo Long. 

"China notificó a la Organización Mundial de la Salud la secuencia genética del virus el 12 de enero. Según las declaraciones de Trump, los especialistas en salud de Estados Unidos comenzaron a trabajar en la vacuna en una fase temprana, aunque la respuesta de algunos políticos al virus fue decepcionante".

Dado que Washington ha afirmado que cuenta con el sistema médico más avanzado del mundo y lo mejor en investigación científica, debería repensar sus respuestas políticas frente a una emergencia de salud pública como la COVID-19, manifestó Jia Jinjing, decano asistente del Instituto de Estudios Financieros Chongyang en la Universidad Renmin de China en Beijing.

"Para encarar tales crisis, los gobiernos necesitan respuestas rápidas y un ajuste de políticas flexible basado en las necesidades de la gente. Los políticos estadounidenses deben reflexionar sobre si su sistema de salud pública puede manejar tal coyuntura".

Según la Universidad Johns Hopkins, hizo falta 50 días para que los casos de COVID-19 en Estados Unidos aumentaran de 1 a 1000, y solo 8 días para que superara los 10 000, del 11 al 19 de marzo.

Una semana después, el 27 de marzo, la cifra sobrepasaba los 100 000, y ahora hay más de 1 443 000. Las muertes reportadas rondaban las 89 000 el domingo, y ambos datos son los peores del mundo.

 

Casos en diciembre

La prensa reportó que 2 residentes del condado de Snohomish, Washington, habían dado positivo por anticuerpos después de desarrollar síntomas similares al COVID-19 en diciembre, varias semanas antes del primer caso confirmado del país a mediados de enero.

Según los informes, uno de ellos presentó tos seca, fiebre y dolores corporales poco después de Navidad, y mejoró después de buscar ayuda médica. Recientemente, la paciente supo por su médico de familia que su análisis de sangre había dado positivo por anticuerpos contra el nuevo coronavirus, informó The Seattle Times.

Este análisis no puede determinar cuándo estuvo expuesta al virus, pero los resultados de los 2 pacientes, combinados con sus síntomas en diciembre, parecen dar con la definición de COVID-19 proporcionada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

"Se los considera 'probables'", dijo Heather Thomas, portavoz del Distrito de Salud de Snohomish, en un correo electrónico enviado al medio escrito el jueves, y agregó que ambos no están contabilizados en los datos del virus desde el 20 de enero en adelante.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, afirmó no estar seguro de si Estados Unidos se unirá a una iniciativa para el acceso equitativo a medicamentos y vacunas contra la COVID-19.

Así lo declaró en una rueda de prensa virtual desde Ginebra junto con los presidentes de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada, y de Chile, Sebastián Piñera, en el prelanzamiento de una nueva iniciativa de acceso mundial de las tecnologías de salud COVID-19, que incluye vacunas, medicamentos y otras soluciones.

Las relaciones entre la OMS y Washington se deterioraron después de que Trump acusara al organismo de un mal manejo de la pandemia y de estar "enfocado en China". Trump también ordenó la suspensión de fondos hacia la agencia. Estas acciones han sido ampliamente vistas como una forma de desviar la atención de la propia negligencia de la Casa Blanca en el tema. 

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