spanish.china.org.cn | 08. 05. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

La debacle mundial frente a la pandemia tiene un culpable

Palabras clave: COVID-19, Estados Unidos

Los líderes mundiales prometieron 7400 millones de euros ($ 8007 millones) para la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas y tratamientos contra la COVID-19, por iniciativa de la Comisión Europea en una reciente reunión virtual.

Los observadores enfatizan que el mundo necesita una gobernanza global ahora más que nunca para ofrecer una respuesta conjunta efectiva a la pandemia. ¿Pero dónde está Estados Unidos? ¿Dónde está la única superpotencia que supuestamente ejercería su liderazgo para enfrentar la crisis?

Desde el estallido de la pandemia, Estados Unidos ha minado la solidaridad global ylos esfuerzos de cooperación en la lucha contra la COVID-19. Por el contrario, ha culpado a China, ha recortado sus aportes a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la ha acusado de estar "enfocada en China".

Es evidente que su política exterior actual es la culpable de destruir al mundo. Esto seguramente repercutirá de manera desastrosa en la labor de prevención y control de la crisis sanitaria mundial.

Siendo el primer país en superar el umbral de un millón de casos confirmados, un informe del gobierno federal indicó que el número de muertes diarias en Estados Unidos podría bordear las 3000 para el 1 de junio, según los medios.

Si Washington persiste en sus intentos destructivos, el resultado sería trágico para sus propios ciudadanos y para el resto del mundo.

Estados Unidos ha dado un mal ejemplo. Algunos países lo siguieron con decisiones egocéntricas, como imponer prohibiciones a la exportación de material médico indispensable. Las representantes de gobernanza global existentes, como la OMS, ven debilitaba su fuerza para desempeñar un rol vital, ya que las sospechas entre algunas naciones occidentales y entre estas y las organizaciones internacionales han crecido en medio de la debacle vírica.

Los líderes europeos han advertido que si prevalecen las divisiones, el virus será más destructivo que el brexit y la migración.

¿Es ese el llamado liderazgo de Estados Unidos? ¿Cuántos países pueden permitirse pagar su egoísmo a expensas de la vida de sus propios pueblos?

Llegamos a un momento decisivo para la gobernanza global en la lucha contra el virus, ya que la cooperación transfronteriza nos permitirá controlarlo mientras que las acusaciones solo nos dañarán.

Estados Unidos debe frenar este juego de culpas; de lo contrario, sufrirá las consecuencias de un sistema de respuesta mundial paralizado y una solidaridad global quebrada. Solo una comunidad unida ante la adversidad, fortalecerá a las personas en el manejo futuro de catástrofes y pandemias.


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