spanish.china.org.cn | 28. 02. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Contradicciones en el manejo del coronavirus en EE.UU.

Palabras clave: coronavirus, EE.UU.

Trump nuevamente minimizó el riesgo en una rueda de prensa el miércoles: "Pase lo que pase, estamos totalmente preparados".

Sin embargo, otros funcionarios del Gobierno adoptaron una opinión diferente y rechazaron dichos comentarios como "simplificación y engaño". Alex Azar, secretario de Salud y Servicios Humanos, puso un tono más serio y dijo al Congreso: "No podemos aislar herméticamente a Estados Unidos del virus y debemos ser realistas al respecto".

La divergencia de puntos de vista en el seno de la Administración sobre el freno del Covid-19 alcanzó punto de ebullición el martes, cuando el senador John Kennedy criticó al secretario interino del departamento de Seguridad Nacional, Chad Wolf, por su ignorancia acerca de la enfermedad durante una tensa interrogación sobre la respuesta de Estados Unidos al brote.

Wolf no respondió prácticamente a todas las preguntas de Kennedy, incluidas cuántas personas creía que se infectarían, cuántos respiradores y máscaras están disponibles y cuántos serían necesarios para un brote más amplio. Para empeorar las cosas, Wolf le dijo al senador que una vacuna podría estar a solo unos meses de distancia y contradijo el testimonio de una sesión informativa anterior del Congreso que indicaba entre 12 y 18 meses.

El fracaso de Washington en tomar medidas suficientes para detener el brote de H1N1 en 2009-2010 y su lenta respuesta a desastres naturales como el huracán Katrina han puesto en duda la idoneidad del sistema de respuesta de emergencia del gobierno estadounidense.

“No puedo creer que nuestro principal líder en seguridad nacional pueda ser tan ignorante sobre el coronavirus. Como ciudadano común, ni siquiera sé a quién debo creer. El desempeño apenas satisfactorio del país en la batalla contra la gripe porcina de 2009 parece haber progresado poco una década después ", comentó un internauta llamado Thomas Hudson.

Episodios similares han tenido lugar en la política estadounidense desde que comenzó la epidemia, actos que muestran el desconocimiento y la incapacidad del Gobierno para enfrentar la crisis. En lugar de elaborar un plan sólido y detallado, sus políticos han dedicado su tiempo a señalar con el dedo a China, desprestigiando al Partido Comunista de China y al sistema político, que han movilizado a toda una nación en la lucha contra el nuevo coronavirus.

Irónicamente, un mes después de que algunos funcionarios y varios medios de comunicación estadounidenses criticaran a China por clausurar la ciudad de Wuhan, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades CDC emitió la primera orden federal de cuarentena en el país desde el brote de viruela en la década de 1960. Casi 1000 estadounidenses enfrentan aislamientos obligatorios de 14 días.

El manejo de la epidemia del coronavirus en Estados Unidos es mucho menos prometedora de lo que precisa el presidente Trump. El secretario Azar señaló que la nación posee una reserva de 30 millones de máscaras quirúrgicas N95, pero que se necesitarían 300 millones para proteger a los trabajadores de salud en un brote. Peor aún, el CDC advirtió que una mayor propagación del coronavirus podría abrumar a las salas de emergencias y causar escasez de suministros médicos cruciales, especialmente cuando la gripe estacional, con más de 26 millones de casos más un debilitado esquema hospitalario, se encuentra en su apogeo a nivel nacional.

"No se trata tanto si los casos aumentarán, sino más bien de cuándo ocurrirá, y cuántas personas en este país sufrirán su versión más severa”, advirtió Nancy Messonnier del CDC.


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