spanish.china.org.cn | 04. 04. 2019 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
Un empleado verifica baterías soldadas en un taller del grupo Chint en Hangzhou, provincia de Zhejiang.
Según la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el principal regulador económico del país, el volumen comercial entre China y mercados de la Franja y la Ruta ha superado los 6 billones de dólares. La nación ya ha firmado 171 acuerdos de cooperación con 29 organizaciones internacionales y 123 naciones.
Durante este proceso, las empresas privadas chinas también han aportado conocimientos y experiencia de gestión.
Tecnología de las Comunicaciones, una firma de servicios satelitales, comenzó su labor en Filipinas el año pasado, tras adquirir G Telecoms Inc, el tercer mayor operador local.
"Antes solo podíamos colaborar con operadores nacionales de los países mediante la venta de equipos. Pero con la iniciativa, estamos cambiando nuestro perfil de “vendedor" a "operador", recalcó su presidente, Wu Guangsheng.
Acotó que alrededor del 75 % de los 100 millones de filipinos ronda los 25 años o menos, por lo que la demanda de servicios de comunicación es inmensa.
La compañía de Shenzhen también llega a Europa, Medio Oriente y otros 9 puntos a lo largo de la Franja y la Ruta. Asimismo, cuenta con pedidos de diferentes departamentos de aviación civil y seguridad pública de Filipinas, Indonesia y Malasia.
"Sin duda nuestras operaciones en el extranjero son beneficiosas para las compañías chinas", alegó. "Existen más de nosotras cosechando los frutos de la iniciativa, además hay una gran necesidad de servicios de comunicación para mantener el contacto entre las distintas oficinas y es ahí donde podemos ayudar”, resaltó.
Por ejemplo en el puerto de Gwadar, en Pakistán, una comunicación fluida es difícil de obtener por lo pobre de la infraestructura. El problema podría resolverse con una red satelital apropiada.
Shi Guilu, vicepresidente de la Federación de Industria y Comercio de toda China, sostuvo que al ampliarse la política, el sector privado cumplirá un rol difícil de reemplazar”.
"Las firmas estatales son mejores en proyectos de gran envergadura, mientras que las privadas tienen la flexibilidad a su favor”, reconoció.