spanish.china.org.cn | 07. 11. 2018 | Editor:Estrella Zhang | [A A A] |
Un grupo de personas espera recibir muestras de arroz y puré de papa en la caseta de Hokkaido en el Centro Nacional de Convenciones y Exhibiciones en Shanghai el martes.
La nación aspira a convertirse en el mayor mercado del mundo de la mano del comercio electrónico
A primera vista, la pequeña tienda de Jiang Qin en el centro de Shanghai no difiere de otros pequeños negocios familiares en China, abarrotado de gente y un tanto desordenado.
Pero si pronuncias su alias-"Señora aguacate"-ganas el ingreso al club de los más ávidos compradores de bienes importados.
Después de graduarse de la secundaria, Jiang optó por no ir a la universidad y ayudar a financiar los estudios de su hermano menor. Para ello, partió de Nantong, su pueblo natal en la provincia de Jiangsu, y abrió una bodega en Shanghai a fines de los años 90.
En las últimas dos décadas, su buen ojo para los negocios y el cada vez más refinado estilo de vida de los residentes de su comunidad, gran parte de ellos jóvenes locales y extranjeros, ayudó a Jiang, hoy en sus 40, a ampliar el rango de productos de su local.
De alimentos chinos como la col o la salsa de soja fue a dar a productos importados como la col rizada, el queso parmesano y el pavo. Hace 5 años, inspirada por un cocinero francés que vivía muy cerca, se convirtió en una de las primeras de la ciudad en ofrecer paltas.
Su habilidad en conseguir la fruta la hizo famosa y atrajo un gran flujo de clientes a su tienda, la cual brinda una vasta selección de artículos importados en menos de 10 metros cuadrados.
En julio, recibió un reconocimiento de Pro Mexico, la agencia gubernamental mexicana de promoción del comercio internacional y la inversión, por su contribución a la difusión del aguacate en China, donde las ventas de esta delicia han crecido más que otras similares.
Su historia es un ejemplo de la manera como este sector ha florecido en el país.
Las estadísticas de aduanas muestran que la nación importó 53,48 millones de toneladas métricas de alimentos el 2017, un incremento del 36,5 % interanual, con un valor de $58 280 millones, un alza del 25 %.
La Unión Europea, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Indonesia y Canadá fueron las principales fuentes de compras en los últimos años y la Asociación de Industrias Alimentarias de Estados Unidos estima que para fines de 2018, China devendrá el mayor mercado para bienes importados del mundo.
"La necesidad de una vida mejor y más saludable, posible y accesible gracias a la avanzada tecnología del comercio en línea, ha sido el más poderoso motor de crecimiento”, opinó Li Xiang, analista principal en el Centro Empresarial de Nuevos Datos de China, quien sigue atentamente la dirección del rubro de alimentos y bebidas.
"Hoy es casi impensable encontrar una comida que no tenga cosas de varias partes de China, ya sea los ingredientes, las salsas y las especias, e incluso los utensilios de cocina”.
Y no solo los platos principales han cambiado. Un informe de Li reveló que el mercado de refrigerios en línea, el cual viene creciendo en promedio cerca del 30 % anual, recibe gran parte de su incentivo de las importaciones, como papitas de durian de Malasia o almendras de California. El documento resaltó que a medida que con el despegue del intercambio comercial transfronterizo, la cuota de mercado para los bocadillos foráneos saltó del 11 % en 2014 al 24 % en 2016.
Con una mayor sofisticación en este nicho, el número de minoristas y marcas también se van al alza.
Desde el 2014, el gigante de las compras en línea, Tmall, introdujo 5400 marcas extranjeras de alimentos y bebidas de 53 países en China. Cerca del 80 % de ellas nunca habían tenido una presencia física en el territorio.
Mientras el hábito de comer local es parte clave de la cocina china tradicional, las importaciones muestran con más fuerza su capacidad de adaptación.
"No creo que más productos del exterior en nuestra mesa o en nuestros estómagos signifique una dieta más occidental, el paladar de todos es más globalizado”, sostuvo Shen Hongfei, uno de los comentaristas de comida más famosos del país.
"Por ejemplo, la papa, llegada a China en el siglo XVII. Los cocineros locales han inventado toda clase de platos nacionales con este tubérculo fuera de las papitas fritas o el puré”.
Las enormes oportunidades del mercado chino y el potencial de avance han embrujado a las firmas extranjeras, una tendencia que toma mayor ímpetu gracias a la Expo Internacional de Importación de China en Shanghai.
"Acuerdos y contratos por cereales, proteínas animales y algodón se firmarán durante la feria, y cada orden tendrá un valor de más de $100 millones”, apuntó Liu Jun, presidente de Cargill China, empresa que ostenta un espacio de 108 metros cuadrados en el Centro Nacional de Convenciones y Exhibiciones en Shanghai, sede del evento.
Las muestras incluyen carne de res de alta calidad, cacao y chocolate. Liu anotó que Cargill ha duplicado su inversión en China desde el 2011 y mantendrá su compromiso con el mercado, uno de los más relevantes para la compañía agrícola estadounidense.