spanish.china.org.cn | 29. 06. 2018 | Editor:Elena Yang [A A A]

La prohibición china a la importación de basura promueve una reforma medioambiental en el mundo

Palabras clave: China, veto, basura, medio ambiente,

 

En julio de 2017, China prohibió la importación de basura procedente del extranjero y desde entonces el pánico se apoderó de la comunidad internacional. Varios países sacaban titulares como “ciudad inmersa en basura”, mientras que en conferencias, la crítica a China era constante.

Su causa es simple: China fue considerado el mayor vertedero del mundo. En 2012, sus importaciones de residuos sólidos alcanzaron su pico con aproximadamente 58,90 millones de toneladas. En los años siguientes, la cifra retrocedió, pero aún así sumó 43,70 millones de toneladas en 2017. Alrededor de la mitad del total de plásticos exportados en el planeta dio a parar en el país asiático.

Estos son solo datos oficiales, si contamos el ingreso ilegal de desperdicios, la cifra real sería mucho mayor. 

¿Por qué China recibió tanta basura del exterior en el pasado?

Liu Jianguo, catedrático de la facultad de Medio Ambiente de la Universidad de Qinghua, planteó que muchos confunden importación de residuos sólidos con basura del extranjero. A principios de los años 80 del siglo pasado, la economía china recién en formación carecía de capacidad de producción y de materias primas. Es así, que se empezó a importar estos residuos que en cierta forma resolvieron el problema. Sin embargo, el sentido verdadero de “basura extranjera” es aquel desperdicio prohibido por el gobierno, este tipo debe descartarse por completo.

El ingreso de basura del exterior, finalmente, tuvo un trasfondo económico. Por ejemplo, una tonelada de desperdicios a 9 dólares, una vez en China puede venderse por miles de yuanes a pequeños recicladores. Así, una tonelada de papel puede llegar a costar 2000 yuanes; la misma cantidad de latas de aluminio, 4000 yuanes y el plástico puede cotizarse a 7000.

En 2005 y 2011, China estableció sucesivamente políticas para regular y restringir su entrada. Tras la última de ellas en julio de 2017, el 19 de abril de este año China pasó de limitar el paso de 16 tipos de desechos a prohibirlos, medida que entrará en vigor a partir del 31 de diciembre de 2018. Antes de fines de 2019, Beijing dejará de lado la compra de residuos que tengan reemplazo en el territorio nacional. ¿Cuál es la razón detrás de estos ajustes?

En primer lugar, el tratamiento de basura amenaza el medio ambiente. 

Liu puntualizó que hay quienes exageran el efecto positivo de residuos reciclados como sustitutos de materia prima. “El proceso de reutilización también consume recursos y energía, emite contaminantes y gases de efecto invernadero. De implementarse estándares estrictos, los recursos renovables no se beneficiarían del ciclo completo. De lo contrario, ¿por qué los países desarrollados no optan por mejorar la calidad de la basura y usar sus propios recursos en vez de exportarlos?”.

Además, un número considerable de recicladoras chinas cuentan con un bajo perfil tecnológico y capacidad industrial, así como un deficiente nivel de prevención de la contaminación lo cual aumenta el impacto negativo en el medio ambiente.

Según informó el Ministerio del Medio Ambiente (esto es “departamento” o “ministerio”?), desde el pasado julio junto con otras oficinas afines ha realizado una serie de rectificaciones y limpieza en el sector del reciclaje de los “Cinco Residuos” con especial énfasis en 194 firmas del rubro, la investigación de otras 18 mil y el cierre de 8800 empresas. Además, el resultado de las inspecciones arroja una serie de problemas crónicos en el ramo

En segundo lugar, una gran parte de esta “basura del extranjero” pertenece a una capacidad de producción excesiva y obsoleta y, por lo tanto, debe ser eliminada.

Una vez en vigencia la legislación sobre el tema, esta provocará un terremoto en el sector del reciclaje en China.

Sheng Min, secretario general de la filial de desechos plásticos de la Asociación de Reciclaje de China, señaló que las grandes empresas del ramo dependían en el pasado de la importación de desechos de plástico. Tras la prohibición, la escasez de estos recursos ha tenido un efecto desfavorable. Se han dado tres escenarios: Un grupo de compañías ha suspendido sus actividades, otras han establecido su propio sistema de reciclaje y un tercer segmento ha implementado fábricas en el extranjero que elabora materia prima a partir de residuos para luego importarlos a China.

Wu Xuelan, un famoso comentarista chino, afirmó que en el corto plazo, el veto a la basura del extranjero tendrá un impacto negativo en la industria de reciclaje de China. Sin embargo, a largo plazo, la amenaza de estos desperdicios para el medio ambiente es grave. Si las empresas chinas pueden lograr una transición exitosa, los plásticos bajo un estricto tratamiento en China pueden cubrir el vacío. Liu considera que el rubro debe considerar la medida como una oportunidad para su mejora industrial. El docente destacó: “Esto no solo impulsará la transformación de residuos sólidos chinos en materia prima, sino también dará pie a una mayor eficiencia en la recolección y clasificación de los recursos renovables.

Al inicio de la dación del veto, muchos países trataron de comprometer a China por medios políticos, pero esta no cambió de parecer. Varias regiones ya han tomado drásticas medidas y han logrado los primeros resultados.

Según el Ministerio del Medio Ambiente, el volumen de importación de residuos sólidos descendió en 2017 un 9,2 % interanual, mientras que el de los desperdicios restringidos cayó un 12 %, en tanto en el primer trimestre de este año, la rebaja fue del 57 % y 64 %, respectivamente.

La Administración General de Aduanas llevó a cabo una acción contra el contrabando de la denominada “basura del extranjero” el 22 de mayo, incursión que culminó con la captura de 39 bandas criminales.

Muchas economías entienden la determinación de China en el tema y han empezado a reciclar su basura y a implementar reformas de protección del medio ambiente.

Según un informe del Diario Sur de Alemania en enero, el país europeo  aumentará paulatinamente el reciclaje de plásticos en los próximos años. Por ahora el volumen llega al 36 %, pero ascenderá al 63 % para el 2022.

La Unión Europea tiene en sus manos un nuevo paquete de medidas sobre economía circular cuyo objetivo es incrementar la reutilización de desechos. El 23 de enero, el bloque anunció su primer plan para lidiar con el desperdicio plástico de cara a su eliminación con la idea de lograr su completa recuperación para el 2030.

En enero, la primera ministra británica Theresa May manifestó que el Reino Unido descartaría el plástico innecesario en 25 años. En respuesta a la prohibición china, la Cámara de los Comunes creó también un grupo especial de investigación para la emisión de normas urgentes. Una de ellas fue la imposición del “impuesto al café con leche” de 25 centavos (alrededor de 2,2 yuanes) por cada vaso de papel de Starbucks. La cadena inició entonces la recaudación de 5 centavos(alrededor de 0,45 yuanes) adicionales a quienes lo utilizaran en sus 25 sucursales en Londres.

El portal de la revista francesa Ciencia y Futuro publicó un artículo en marzo donde señala que la política china ha incentivado el avance del sector del reciclaje en Francia. Frente a la pérdida de ingresos, las empresas de reciclaje deberán poner en marcha medidas que mejoren la calidad de la clasificación de residuos, con el fin de cumplir con los requisitos de importación de China y volver a su enorme mercado. De este modo, habrá una optimización de los estándares de protección medioambiental de la industria en su totalidad en la nación, lo cual influirá en sus participantes y, finalmente, obligará a la población a llevar a cabo una reforma integral.

Frank Brill, experto estadounidense en política medioambiental, explicó que para cumplir con los requerimientos de China, el país norteamericano utiliza actualmente inteligencia artificial en la  clasificación de la basura.

Eric Solheim, director ejecutivo de la Agencia del Medio Ambiente de la  ONU, sostuvo que la lucha de China contra la importación de plástico considerado “basura del extranjero” es una señal para que las economías pudientes fortalezcan el ramo y disminuyan el uso de productos no esenciales como las pajillas. “El estadounidense promedio utiliza 600 de ellas al año, una cantidad enorme de desecho plástico. Todos pueden beber agua directamente de la taza o la botella”, resaltó. Reveló además que empresas como Coca-Cola, Nestlé y Danone están adoptando medidas destinadas a mejorar el proceso de reciclaje u optan por envases biodegradables.

Esto demuestra que la prohibición china a la importación de basura del extranjero no solo favorece al entorno nacional, sino también impulsará en breve la regulación del tema en los países exportadores, así como la mejora de sus propios sistemas de reciclaje y reutilización. Quizá esto se pueda traducir en el aporte chino a la protección medioambiental en el mundo.

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