spanish.china.org.cn | 02. 04. 2018 | Editor:Lety Du [A A A]

Guerra comercial con China puede ser arma de doble filo

Palabras clave: guerra comercial, China, EEUU

Son tiempos complicados para las siempre importantes relaciones entre China y Estados Unidos luego de que Washington pusiera sin tapujos sobre el tapete el tema de una guerra comercial contra Beijing, marcando el camino para posibles enfrentamientos en el futuro.

El mandatario estadounidense, Donald Trump, firmó el 22 de marzo un memorando presidencial dirigido principalmente contra la “agresión económica” china. A partir de los resultados de la investigación llamada Sección 301, su administración planea imponer de manera masiva impuestos a las importaciones procedentes del país asiático así como restricciones a su inversión en territorio norteamericano.

La medida fue un temerario acto unilateral de proteccionismo. Así, Estados Unidos ignoró los esfuerzos de China por fortalecer la protección a los derechos de la propiedad intelectual, dejó de lado las reglas de la Organización Mundial del Comercio OMC e hizo caso omiso a la voz de rechazo de buena parte del sector. Un conflicto comercial instigado por el proteccionismo estadounidense no solo pone en riesgo los vínculos bilaterales, sino también amenaza al sistema de intercambio global, así como perjudica la recuperación económica del planeta.

En momentos en que el proteccionismo se alza victorioso y los sentimientos antiglobalización se imponen, los hechos muestran que China lucha con todas sus fuerzas por mantener abiertos los canales de intercambio con el fin de guiar al mundo hacia un futuro mejor.

El presidente chino, Xi Jinping, afirmó que la globalización económica es una tendencia irreversible y que en una guerra de comercio nadie gana.

“Abogar por barreras comerciales es como encerrarse a sí mismo en un cuarto oscuro.  Aun cuando sirve de refugio con el viento y la lluvia, el recinto bloqueará la luz y el aire. Nadie surgirá vencedor en un conflicto comercial”, señaló el gobernante en Davos el año pasado.

China no desea un enfrentamiento con los Estados Unidos, pero sería erróneo pensar que no hará nada mientras otros países socaban sus legítimos derechos e intereses. Si las relaciones entre las dos más grandes economías del mundo caen al abismo, solo él será el culpable.

La creencia en Washington de que las disputas comerciales son buenas y fáciles de ganar es una cachetada a las compañías y consumidores nacionales. Las advertencias sobre una inminente guerra no han sido pocas, la cual no solo no resolvería los temas de fondo en el comercio bilateral, sino que además dañarían a los consumidores y a la misma economía estadounidense.

Las críticas contra el accionar falto de tino de Washington han sido claras. En la reciente Cumbre de los Ministros de Finanzas del G20, la gran mayoría de participantes expresaron su inquietud por el posible conflicto generado por la Administración Trump. The New York Times señaló: “Las acciones del señor Trump demuestran su resolución de darle la espalda a décadas de esfuerzos por mercados abiertos y economías integradas a favor de un duro enfoque proteccionista que levanta barreras alrededor de la Fortaleza Norteamericana”.

Sus medidas acercan al mundo hacia el caos. Pese a las diferencias en los lazos bilaterales, ambos países se necesitan y el mundo requiere de los dos. Por su parte, China ha reiterado su compromiso en la construcción de una economía mundial abierta que beneficie a todos, pero que sería un craso error subestimar su determinación y habilidad para defender sus legítimos intereses.


 


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