Por Jorge Fernández

Con la participación de China, quien necesita de un mundo más abierto, se abre una nueva trinchera orientada a la lucha por un mundo de beneficio compartido.

En Vietnam, el presidente chino Xi Jinping presentó una visión de comercio mundial abierta.

Es la primera oportunidad que tiene el presidente chino, tras ser elegido para un segundo periodo como secretario general, de presentar ante jefes de estado de ambas orillas del Pacífico, los principios económicos encarnados en el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China.

Vietnam, que impulsa el lema de la APEC para este año,“Creando un Nuevo Dinamismo, Adoptando un Futuro Compartido”, es el escenario en el que China, en voz de su presidente, defiende un modelo de globalización más abierto, inclusivo y equilibrado.

La inyección de dinamismo, que es lo que China y los países defensores de un mundo más abierto e inclusivo buscan, se crea con el trabajo conjunto y la disposición a recoger frutos en distintos terrenos y en diferentes temporadas.

El discurso que Xi Jinping pronunció en el marco de la Reunión de Líderes Empresariales de la APEC, construye un entorno dinámico que alienta a trabajar, a pesar de las incertidumbres causadas por terceros, por un modelo de crecimiento innovador, abierto y ecológico.

“La apertura conlleva progreso, mientras que el autoaislamiento provoca rezago. Las economías de Asia-Pacífico son conscientes de este hecho merced a sus experiencias de desarrollo. Es necesario implementar un marco de cooperación regional que garantice las consultas entre iguales, una amplia participación y beneficios compartidos”.

China ha entrado en una nueva época en su camino rumbo a la edificación de un socialismo con peculiaridades chinas, y por ello, la cooperación con otros estados, concretamente los que están en ambas orillas del Pacífico, resulta fundamental para generar dinamismo tanto en casa como en el exterior.

Para China, materializar sus planes orientados a mejorar el nivel de vida de las personas no puede lograrse sin la participación de otros países. Si el mundo se desarrolla, China se desarrolla. Una comunidad de destino compartido para la humanidad o iniciativas como la Franja y la Ruta, encarnan un espíritu inclusivo, integrador y de beneficio para todos.

El mundo se está polarizando en defensores del libre comercio y del proteccionismo. La frágil recuperación de la economía mundial no puede someterse al aislamiento. Las reuniones de la APEC están desarrollando enfoques que evitan avanzar hacia el proteccionismo, y con la participación de China, quien necesita de un mundo más abierto, se abre una nueva trinchera orientada a la lucha por un mundo de beneficio compartido.