Qu Yi enseña las técnicas del masaje terapéutico a las majistas de la provincia de Shandong.
Al principio, según nos cuenta, le parecía aburrido porque tenía que recordar muchos nombres y apenas pudo aprobar la asignatura de anatomía. Además, dudaba del efecto que producía los masajes y la terapia de acupuntura. Sin embargo, a medida que avanzaba con las clases, comenzó a tener contacto con los pacientes y poco a poco descubrió el valor real de estos tratamientos.
Un hecho la terminó por convencer de la importancia del oficio: Un compañero de clase tuvo un episodio de epilepsia, cayó al suelo y no dejaba de temblar. Inmediatamente, el profesor masajeó el surco nasolabial y la mandíbula. Unos minutos después, el muchacho se tranquilizó. Luego, el docente le puso unas agujas para que despertara. Esa experiencia la impresionó, pudo constatar los efectos mágicos de los masajes y de la acupuntura, tanto así que se fue enamorando de su profesión.
Qu Yi se graduó con excelencia en 1994 y entró a trabajar en el Hospital de Masajes de Beijing como terapeuta. Gracias a su labor, se dio cuenta de la importancia de seguir estudiando y nunca ha dejado de adquirir nuevos conocimientos. A lo largo de más de 10 años, concluyó el pregrado universitario, el posgrado y varios diplomados hasta convertirse en discípula del reconocido médico chino, Wang Youren. Qu Yi siente que gracias a la capacitación constante ha obtenido muchos logros en la vida: trabajo y educación para su hijo.
QuYi confiesa que como terapeuta, el mayor desafío es el cansancio mental y físico. Todos los días, tiene que atender a unos 20 pacientes y demora más o menos 15 minutos con cada uno de ellos. Si los síntomas son complejos, un poco más. Para tratarlos, tiene que estar de pie y aplicar mucha fuerza desde los pies hasta las manos. Es así, que casi todos sus colegas presentan quistes en las articulaciones o problemas en la columna. Por ejemplo, a ella le duelen los pies cuando se levanta por la mañana. Además, aunque generalmente existen buenas relaciones entre terapeutas y pacientes, siempre hay excepciones. Algunos de ellos no son muy comprensivos a la hora de esperar o si su cuerpo presenta reacciones a las terapias, como moretones o dolores, por eso es necesario una explicación detallada.