Tras finalizar su jornada de trabajo en una entidad bancaria el 21 de febrero en Huaian, provincia de Jiangsu, Xiao Yan se prepara para regresar a casa en su bicicleta eléctrica. Con la llegada de su hija Nuomi en junio del año pasado, el trayecto ida y vuelta a su hogar es el único momento que tiene para sí misma.
Xiao Yan y su esposo son jóvenes nacidos en los años 90 y padres primerizos. Tras los primeros meses llenos de emoción e indecisión, ahora pueden disfrutar con tranquilidad de su pequeña. “El tiempo ha volado. En dos semanas Nuomi cumplirá 9 meses. Era tan chiquita y suave cuando vino al mundo, ahora ya puede decir papá y mamá. Cada día crece más y nos llena de sorpresas”, señaló la madre mientras arregla la ropa de la bebé.
La licencia de maternidad de Xiao Yan terminó a los 4 meses de Nuomi y tuvo que regresar a laborar. Cuando salía de casa pensaba mucho en la niña y deseaba poder acompañarle en todo momento. “Mi esposo y yo somos empleados con un horario normal de 9 a 5 de la tarde. La abuela nos ayuda a cuidarla durante el día y yo me encargo cuando regreso a casa. En realidad, es cansado laborar durante el día y cuidar al bebé en la noche. La niña ocupa todo mi tiempo fuera del horario del trabajo y casi no tengo tiempo para hacer las cosas que quiero. Si no me doy ánimos, fácilmente podría caer en un cuadro de depresión postparto. Afortunadamente, mi suegra y mi esposo me ayudan y puedo vivir tranquila.
El primero de enero de 2016 se puso fin a 3 décadas de la política de un solo hijo y se abrió el camino a la ley de dos. Tras un año en práctica, una encuesta realizada por la Asociación de Mujeres de China en 2016 mostró que el 53,3% de las familias de hijo único no quiere un segundo. En las provincias y en zonas desarrolladas, más del 60% de los participantes con educación superior no se plantea tener un segundo bebé. Según el estudio, los factores principales que determinan la negativa son los costos de educación y asistencia médica, así como la calidad de vida.
Frente a la pregunta de si desearía tener un segundo niño, Xiao Yan respondió: “Actualmente, solo con Nuomi, los gastos mensuales de la familia son cuantiosos. La comida y el vestido como leche en polvo y pañales suman 2.000 yuanes, sin incluir otros costos. A largo plazo, se debe tener en cuenta la compra de una vivienda en un distrito escolar y las clases extra. Pese a que todavía es muy chiquita, tenemos que pensar en todo eso ahora”.
Un segundo hijo requiere de las madres un equilibrio entre el trabajo y la familia. Una encuesta en Beijing y Shanghai reveló que las madres lidian mejor con los problemas entre el cuidado del niño y las tareas laborales que los padres. Ante la interrogante, ¿quién desea un bebé? 158 mujeres rechazaron la idea, esto es el 51,97%, así como 101 hombres, 33,22%.
Xiao Yan confesó que además de la presión económica, la dificultad de balancear vida familiar con la esfera laboral es mayor con un pequeño más. “En nuestra familia no importa el sexo del bebé. Si crece de manera sana, la niña se convertirá en una chica alegre y honesta gracias a nuestra guía y yo estaré muy satisfecha. Como mamá, el nacimiento del bebé me llenó de una emoción y de una felicidad indescriptible, pero un segundo pequeño requiere doble esfuerzo o más y tengo que considerar el tema de las relaciones con mi pareja, la familia, el trabajo y con los dos niños. No quiere abandonar mi vida para tener otro bebé, prefiero crear un ambiente cómodo para Nuomi dentro de mis posibilidades”, enfatizó.
¿Te arrepentirás de no tener un segundo hijo en el futuro? “Nunca voy a arrepentirme. La bebé va a crecer, tendrá su propia vida feliz y nuestra familia siempre la respaldará. Nuomi no tendrá que hacerse cargo de nosotros cuando seamos ancianos y, lo más importante, es que ella pueda vivir feliz, mientras tanto mi esposo y yo disfrutaremos de nuestra jubilación”, respondió convencida Xiao Yan.