Los atentados del 11 de julio de 2006, también conocidos como 11-J, fueron una serie de ataques terroristas producidos en trenes en la ciudad de Bombay (llamada oficialmente "Mumbai" desde 1995), la ciudad más grande y centro financiero de la India. También se encontró un explosivo adicional, pero desactivado, en la estación Borivali. Las explosiones acabaron al menos con 190 vidas -sobre todo a trabajadores que acababan de abandonar sus empresas, en plena hora punta- y cientos de heridos.
Todas las explosiones se produjeron entre las 18.00 y las 18.30 hora local en vagones de primera clase en la zona oeste de la línea férrea de Bombay, que fue suspendida.
Según la cadena local NDTV, las explosiones ocurrieron en las estaciones de Khar, Mahim, Jogeshwari, Borivali, Bhayendar, Matunga y Santacruz.
Esas estaciones están ubicadas a las afueras de Bombay y son utilizadas cada día por miles de personas para desplazarse al centro de la ciudad. En Bombay, donde viven diecisiete millones de personas, seis millones se mueven diariamente en tren.