Los atentados del 11 de septiembre de 2001 (denominados comúnmente como 9/11 o, en Chile y España, con el numerónimo 11-S) fueron una serie de atentados terroristas suicidas cometidos aquel día en los Estados Unidos por miembros de la red yihadista Al Qaeda, mediante el secuestro de aviones de línea para ser impactados contra varios objetivos, causando la muerte a cerca de 3000 personas, produciendo más de 6000 heridos, así como la destrucción del entorno del World Trade Center en Nueva York y graves daños en el Pentágono.
Los atentados fueron atribuidos a diecinueve miembros de la red yihadista Al-Qaeda, divididos en cuatro grupos de secuestradores, cada uno de ellos con un terrorista piloto que se encargaría de pilotar el avión una vez ya reducida la tripulación de la cabina.