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spanish.china.org.cn | 04. 12. 2014 | Editor: Ara | [A A A] |
Por LI WUZHOU
El monte Everest (Qomolangma), la cima más alta del mundo y “Madre de la Tierra”, según el significado de su nombre en tibetano, comparte espacio con otras cuatro montañas, cuyo nivel sobre el mar sobrepasa los ocho mil metros, en una región del suroeste de China que es la zona más alta del planeta. Muchos la denominan el “tercer polo” de la Tierra.
También es una región muy sensible al cambio climático porque cuando su entorno queda perjudicado, cuesta mucho recuperarlo. Cada temporada, más personas visitan este sitio, atraídas por la Primera Montañadel Mundo. Por todo eso, la protección de la cordillera del Himalaya y sus zonas aledañas ha devenido un tema de mucho interés en los últimos años. Un periodista de China Hoy visitó la enigmática región y pudo constatar que, gracias a la esmerada protección de los lugareños, la zona ha conservado sus valores originales y, la flora y la fauna siguen aumentando.
Poblado de Gyriong, rodeado por las montañas. Li Guowen
Los pastores, cuerpo principal de la protección ambiental
En 1988, con el fin de proteger este peculiar ambiente ecológico, el gobierno de la región autónoma del Tíbet delimitó una zona protegida de 33 mil kilómetros cuadrados, tomando al Everest como centro. La zona alcanzó categoría nacional en 1994 y en 2003, fue incluida en la red de protección mundial del ser humano y los seres vivos.
Por el frío clima, la falta de vías de comunicación y lo alejado que viven los pastores, la demanda de recursos naturales por parte de los pastores genera una gran amenaza para el medio ambiente.
Es por ello que el gobierno local estimula a los lugareños para que se conviertan en protectores del medio ambiente. “En eso, hemos tenido éxito”, destaca Kelsang Drolma, vicedirectora de la Administración de la Zona Protegida Everest.
Por su parte, Dorje, director de la Administración de Protección Ambiental del distrito de Gyirong, señala que, en su distrito, los pastores tibetanos solo tienen tres días al año para talar las ramas secas y usarlas como leña. Terminado ese periodo, el gobierno local prohíbe la entrada a las montañas.
Para proteger las selvas y los prados, se limita la cantidad de yacks y ovejas en la zona protegida; limitación por la cual el gobierno ofrece un subsidio a los pastores. Por cada oveja menos, reciben 200 yuanes anuales y por cada yack o caballo menos, mil yuanes anuales. Por eso, la familia de Losang, que vive en esa zona, puede recibir más de 10 mil yuanes cada año, gracias al subsidio que supera notablemente el ingreso anual.
Muchos de los pastores, que ya no se dedican a la producción agrícola y ganadera, desempeñan el nuevo papel de guardabosques. Actualmente, en todo el distrito de Dingri, hay 1157 guardabosques, cifra que aumentará en el futuro.
Paraíso de animales y plantas valiosos
La Zona Protegida Everest tiene una altura máxima de más de 8800 metros sobre el nivel del mar y una mínima de 1400 metros. O sea, es la zona protegida con mayor diferencia de altura del mundo. Allí se pueden encontrar seres vivos que habitan en las mesetas frías y regiones secas, así como los de montes y selvas tropicales y subtropicales; siendo una de las zonas protegidas con mayor biodiversidad del Tíbet. Hay más de dos mil tipos de plantas de alta categoría y 53 tipos de mamíferos. Entre ellos, 47 variedades de flora y fauna en peligro de extinción.
Después de establecida la Zona Protegida Everest, con la entrada en fucionamiento del mecanismo de compensación, los géneros de animales salvajes han venido aumentando.
La pantera de las nieves es un felino carnívoro de gran tamaño. Se le conoce como “Rey de las montañas nevadas”. El siglo pasado, fue incluido en la lista de animales en peligro de extinción. Dos décadas después del establecimiento de la Zona Protegida Everest, la cantidad de panteras de las nieves se ha incrementado aceleradamente. A menudo, atacan a las crías del ganado. Solo en 2012, se produjeron 40 ataques.
“Las panteras de las nieves son los principales depredadores en esta zona protegida”, asegura Drolma. El gobierno local subsidia a los pastores con 3500 yuanes si muere un yack y con 500 yuanes por cada oveja muerta por ataque de un depredador. El gobierno local también ha invertido en construir vallas y telas metálicas para evitar que los animales salvajes perjudiquen los cultivos.
En mayo de este año, la Administración de Protección Ambientaldel distrito de Gyirong instaló cámaras en los sitios que frecuentan las panteras de las nieves para registrar sus movimientos y poder ofrecer datos que contribuyan a reforzar la protección.
Las ovejas azules, animales salvajes bajo protección nacional categoría II, son la principal fuente de alimentación de las panteras de la nieve. La cantidad de ovejas azules ha aumentado. Solo en el campamento Everest hay varias decenas que suelen acercarse a los turistas y a los alpinistas.
Tsewang, director de la división de la Administración de la Zona Protegida Everest del distrito de Gyirong, afirma que, en los últimos años, han ocurrido, frecuentemente, ataques a personas de osos negros y pardos, animales bajo protección nacional categoría II, mientras que los cercopithecus (género de primates catarrinos) suelen visitar las casas de los lugareños, deteriorando cada vez más los cultivos agrícolas.
Estos “agresores” no reciben castigo. Al contrario, para protegerles bien, en las aldeas que “visitan” los animales salvajes, el gobierno local ha contratado a agentes de protección para impedir la caza ilegal. Estos agentes depositan sal cuatro veces al año en los sitios que frecuentan las ovejas azules, ya que es su comida favorita. “Planeamos establecer pronto una estación de primeros auxilios para animales salvajes”, acota Drolma.
Como los animales salvajes, las plantas de esta zona también son protegidas. Sobre todo, taxus chinensis rehad, euphorbia royleana boiss y southern pine reciben cuidados especiales. Tsewang explica que ellos siembran posturas en viveros que están en la misma latitud, con la misma humedad y temperatura, para luego trasladarlas al entorno real y así aumentar el número de plantas.
No dejan basuras en Everest
Sus peculiares paisajes naturales, la flora y la fauna tan particulares, y la montaña más alta del mundo atraen, cada día, a más alpinistas y turistas. Hasta hoy, más de 3500 personas han escalado, con éxito, la cima del Everest, cuya altura es de 8844 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, con el incremento del número de turistas, el manejo de los desechos se convierte en un gran desafío para los lugareños. La Administración de la Zona Protegida Everest asigna, cada año, personas y vehículos especializados para tratar la basura de los campamentos, antes de enviarla, en camiones, al distrito de Dingri para clasificarla y procesarla. Cada día, la basura que dejan los turistas y alpinistas en el campamento principal del Everest completa dos o tres camiones.
Al mismo tiempo, para elevar la conciencia de protección ambiental y facilitar el acopio de basura por parte de los turistas y alpinistas, el Buró de Administración de la Zona Protegida Everest les entrega, gratuitamente, bolsas verdes para que dejen los desechos al pie de la montaña, medida que ha generado una favorable reacción.
Tampoco se puede menospreciar el perjuicio al medioambiente cuando los alpinistas suben al Everest. Antes, no habían rutas definidas para acceder a la cima, por lo que los propios escaladores abrían senderos, con lo que deterioraban la ecología. Por esa razón, hoy, el Buró exige a los alpinistas que sigan los itinerarios tradicionales y prohíbe que abran nuevas rutas.
Con el fin de facilitar el ascenso al Everest, el distrito de Dingri está pavimentando una carretera asfaltada de 100 kilómetros hacia el campamento principal.
Wang Xudong, subjefe del distrito de Dingri, agrega que, después de terminar la carretera asfaltada, se planea construir un centro integral de servicios a 79 kilómetros del campamento principal del Everest. Cuando los turistas lleguen hasta ahí en sus autos, los cambiarán por vehículos eléctricos que protegen el medioambiente e, incluso, no hacen ruido.
En 2013, 17 mil turistas llegaron a la zona principal en sus autos. Con la mencionada medida, además de evitar que asusten a los animales con sus bocinas, también se disminuirá la influencia de los gases emitidos por los autos en los glaciares.
¡Suerte, “tercer polo” de la Tierra!