La presa de las Tres Gargantas en el Río Yangtze es probablemente uno de los lugares más bellos para visitar en China. Cruceros de lujo navegan por el río, van desde Yichang, en la provincia de Sichuan, hasta Chongqing, de donde parten de regreso.

Este crucero de tres días comenzó en Yichang en las hermosas aguas del Yangtze e incluyen unas cuantas excursiones por la orilla, hermosos paisajes, nuevos amigos y la deliciosa comida china.

El sol matinal es fabuloso entre las montañas enfiladas a lo lejos. La primera garganta es la Xiling, la más larga de las tres, de aproximadamente 75 km. Nuestro barco tenía tres guías, uno para cada garganta, y ellos eran los responsables de decirle a los pasajeros sobre las características geográficas de los alrededores mientras nos embarcábamos. El guía nos explicó las pequeñas gargantas que formaban a Xiling: Espada Preciosa, Pulmón de Caballo e Hígado de Buey, Campana Insonora y Juego de Sombras. A pesar de que todos los cuartos en el bote contaban con balcones privadas, todo el mundo iba hasta la proa para tener una vista panorámica de un mundo verde, mientras el barco surcaba entre los enormes acantilados cubiertos de densos árboles verdes, en un paseo de serenidad y tranquilidad.

La siguiente mañana el barco atracó en un puerto para que los pasajeros pudieran explorar la aldea tribal de las Tres Gargantas y para que pudieran aprender un poco de sus estilos de vida.

Por la tarde, nos llevaron a un tour ala famosa Presa de las Tres Gargantas, la estación hidroeléctrica más grande del mundo. Un autobús nos llevó hasta la zona delapresa, en donde los visitantes pueden ver el gigantesco dique y aprender cómo funciona. Poco rato después nos montamos en tres escaleras mecánicas para tener una vista entera de todo el complejo: el dique y las compuertas. En nuestro viaje de regreso a la estación de autobús, pudimos ver más de cerca los vertederos.

Ya de vuelta al barco, suntuosos platos chinos cubrieron la mesa mientras el barco navegaba entre las compuertas, una maravilla de la ingeniería con cascadas monumentales y puertas de acero y concreto.

Al siguiente día, una soleada mañana recibió a los pasajeros que se embarcaban para un viaje corto en la parte baja de las Tres Gargantas y para una excursión por el Arroyo Shennoing.

Abordamos un ferry y partimos en un viaje de una hora, zigzagueando entre las fabulosas montañas kársticas y el jade cristalino de las verdes aguas. La brisa fresca acariciaba nuestras caras, al tiempo que nos acomodábamos en una parte de la proa, sorprendidos por la imagen perfecta del paisaje hecho para la Madre Naturaleza. Cuando el nivel del agua llegó a su punto más bajo, nos subimos en sampanes con tripulaciones de cinco y surcamos por las calmadas aguas. El ambiente eran de paz con alrededores verdes. Era un gran recibimiento para personas como nosotros provenientes de grandes ciudades.

Al tiempo que la tripulación remaba, nuestro guía nos explicaba quec los marineros, en tiempos pasados, jalaban los barcos con cuerdas debido a que, en algunas ocasiones, el nivel del agua era muy bajo y los botes no podías ser remados. También usaban largas pértigas para ayudar a impulsar las barcas. Los marineros pertenecían a la minoría étnica Tujia, y éste oficio era común para ellos. Los miembros de la tripulación no llevaban ropa mientras trabajaban.

Por la tarde, visitamos la ciudad de Baidi. La ciudad está sobre la Montaña Baidi, a las puertas de la Garganta Qutang. Debido a los elevados niveles del agua del río, la ciudad es hoy una pintoresca isla rodeada de agua. Pasamos un par de horas por ahí para aprender un poco sobre los Tres Reinos (220-2280d.n.e) y su rei, LiuBei.

Ya de regreso en el barco, cada uno de nosotros subió hasta la proa al tiempo que el barco avanzaba por las otras dos gargantas, Wu y Qutang. Los guías del río llegaron una vez más, y en medio de una soleada tarde, el recorrido entero resultó paradisiaco. Las montañas y los picos corrugadas se veían espectaculares, algunas eran rocas coloreadas, y otros estaban cubiertos de verde. Las rocas sobresalen por todas partes, algunas con marcadas protuberancias mientras que otras parecen que han sido cinceladas. Las montañas se ven tan altas como si rozaran las nubes. En algunos lugares los pasajes son tan estrechos y los acantilados están tan cerca, que pareciera que uno puede sacar los brazos y tocarlos. Nuestro guía no señaló la Garganta Qutang en los billetes de 10 yuanes. Los pasajeros miramos un billete con toda atención para cerciorarnos de cada una de los bordes y del pico. Para el momento en el que ya habíamos pasado las últimas dos gargantas, ya era muy tarde y el sol ya se estaba metiendo. Esto creaba por sí mismo un ambiente mágico, un cielo azul que gradualmente se volvía anaranjado, rojo, y después enclavándose en una sombre gris que al final conducía rumbo a un cielo negro salpicado de estrellas. Era simplemente descomunal.

La mañana siguiente, muy temprano, había un recorrido a Shibaozhai, una fabulosa fortaleza de piedra. Había tres partes para esto: una entrada, un pabellón y un templo. Más arriba de los peñascos hay vistas hermosas del río desde diferentes ángulos. El barco atracó en Chongqing a la mañana siguiente. Tuvimos un paseo maravilloso y ahora estoy considerando seriamente hacer el mismo viaje, pero en sentido inverso para experimentar la maravilla de las Tres Gargantas desde otra perspectiva.

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