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spanish.china.org.cn | 10. 11. 2014 | Editor: Eva Yu | [A A A] |
Por Jorge Fernández Montes
Tanto la incertidumbre que genera la recuperación de la economía mundial, como el temor por la desaceleración de la economía de China, marcan el clima en el que el Foro de la APEC recibirá a líderes políticos y empresariales de ambos lados del Pacífico. Si bien la Región de Asia-Pacífico mantiene la batuta como motor del crecimiento mundial, esto ocurre con un crecimiento regional decepcionante que obliga a los 21 estados miembros a buscar alternativas para igualar el dinamismo de antaño o incluso superarlo. México, Perú y Chile poseen las cualidades para desempeñar papeles clave en el nuevo impulso que se dará a la región.En los últimos 10 años, China ha sido el coloso que ha encabezado el crecimiento dentro del bloque de economías. Esta dirección está experimentando nuevas peculiaridades. En los prolegómenos de la XXI Reunión de Ministros, datos revelaron el magro desempeño de la economía de China en el tercer trimestre del año, el más bajo en el último quinquenio. El gigante asiático tiene sus propias dificultades y está desarrollando sus propios remedios para superarlas. Pero al tiempo que China orienta sus esfuerzos hacia el consumo interno, en respuesta a las necesidades de una creciente clase media, otros estados despliegan estrategias sobre la base de nuevas lecturas que hacen de la región.
El encuentro de líderes del Foro de la APEC, el evento más importante que China ha organizado después de los Juegos Olímpicos, buscará el incremento de la inversión en infraestructuras, una condición para hacer eficiente la conectividad. Y para ello, México, Perú y Chile tienen mucho que ofrecer, no sólo como exportadores de insumos para cadenas de producción, sino como fuentes receptoras para la edificación de sistemas ferroviarios, carreteros y portuarios, junto a sectores como el energético y el de las telecomunicaciones. Si China es o no el eje del crecimiento en los próximos años es algo que aún está por verse. No obstante, estos tres estados latinoamericanos bien pueden ofrecer un nuevo impulso en el crecimiento regional, además de aprovecharse de la reorientación económica de China, supliendo a la creciente clase media china con alimentos y semillas.
Chile ha atestiguado onerosos resultados por la venta de cobre a China, y bajo la dinámica de nuevos proyectos de urbanización en China, principalmente en el centro, oeste y noroeste, esta tendencia tiene pocas probabilidades de disminuir en el futuro próximo. Sin embargo, un área potencial a largo plazo en Chile es el energético, dados los magros yacimientos de gas y la inexistencia de petróleo en el estado sudamericano. La inversión energética o el mejoramiento de sistemas carreteros y portuarios son claves para mejorar la conectividad de Chile con los estados a ambas orillas del Pacífico, objetivo de la reunión de líderes para este año.
En 2013, Perú ocupó la quinta posición como el mayor receptor de flujos de inversión extranjera directa. A principios de 2014, ICBC Perú ingresó en la Bolsa de Valores de Lima, en un claro interés por involucrarse en sectores como el de la minería, energía solar, plantas de gas y transporte. Este país andino ha sido el de mayor crecimiento del Mercosur y de la Comunidad Andina, con un crecimiento constante durante los últimos 15 años, impulsado por sectores como el de la pesca, la construcción y el comercio. La posibilidad de invertir en sistemas carreteros y ferroviarios que conecten zonas costeras, montañosas y selváticas son vastas en esta economía emergente.
México ofrece a las economías de la Región de Asia-Pacífico una ventaja comparativa frente a otros estados no sólo por su estabilidad macroeconómico, sino por las recién establecidas reformas estructurales, que invitan a la inversión en una gama de sectores, de los cuales se destaca el energético. En el periodo de 1999 a 2014, México registró una inversión extranjera directa de Asia de 12, 600 millones de dólares aproximadamente, suma que aumentará en los próximos años y cuyo Foro de la APEC de este año es clave para su materialización.
El desarrollo de infraestructuras en México, Perú y Chile desempeñará un papel crucial en la economía de la Región de Asia-Pacífico. Las posibilidades de que ellas sean el eje del crecimiento son remotas, no obstante, sí serán un pilar fundamental en el impulso que se está planeando para revitalizar la economía general de esta próspera región.