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spanish.china.org.cn | 06. 11. 2014 | Editor: Eva Yu | [A A A] |
Por Jorge Fernández Montes
La Reunión de Líderes Económicos del Foro de la APEC reviste, por el momento histórico de México y por ser China el segundo socio comercial del país norteamericano, uno de los eventos más importantes en la agenda del gobierno mexicano. Los desafortunados incidentes ocurridos en el suroccidental estado de Guerrero, a los que analistas señalaban como argumento suficiente para cancelar la visita del jefe de estado mexicano, no trastocaron la presencia de Enrique Peña Nieto en un cónclave en el que México invitará a las economías de la Región Asia-Pacífico a invertir y cooperar en los campos de finanzas y energía. Hoy por hoy, ya sea como socio comercial o como miembro anfitrión de la APEC, China posee un gran valor para el actual gobierno mexicano.
En el último encuentro entre los presidentes Xi Jinping y Enrique Peña Nieto –el mes de noviembre atestiguará la cuarta reunión entre los dos jefes de estado--, ambos atestiguaron la rúbrica de acuerdos de cooperación, en los que el gobierno chino aprobó, por medio del Eximbank, una línea de crédito preliminar por 500 millones de dólares para México y una de mil millones de dólares para Petróleos Mexicanos. Al estratégico sector energético se suma el de la tecnología de la información y el ferroviario: La empresa china Huawei anunció que invertirá mil 500 millones de dólares en México, mientras que China Railway Contruction Corp Ltd ganó la licitación para construir el tren de alta velocidad que unirá al Distrito Federal con el estado central de Querétaro, un proyecto cuyo valor asciende a los 3 mil 750 millones de dólares y que será el primero en México y América.
EL gobierno de México ha desplegado una estrategia global en la que aprovecha su cercanía geográfica con Estados Unidos, al tiempo que trabaja para diversificar su comercio con el resto del mundo, en donde la Región de Asia-Pacífico es fundamental. Bajo un planteamiento orientado a la pluralización y al libre mercado, México se integró al Foro de la APEC en 1993. A lo largo de este lapso, el estado mexicano ha registrado un comercio de hasta el 91 por ciento de sus exportaciones y el 87 de sus importaciones con esta región. De entre las economías de la APEC, China es el segundo mayor socio comercial de México, aún cuando la inversión de China en 2011 apenas llegaba al 0.08 por ciento del total, alrededor de 264 millones de dólares. Las reformas estructurales emprendidas por el gobierno de México serán una tarjeta de presentación con la que el presidente mexicano buscará atraer inversionistas de China y de otras economías de la APEC.
Las actuales administraciones de China y México, con “la diplomacia presidencial” de Xi Jinping y Peña Nieto como lubricante principal, han destrabado profundas diferencias que en administraciones anteriores parecían insorteables y que entorpecían el potencial entre ambos estados. Los dos países han puesto en vigor reformas estructurales, con potencial para alentar a PYMES mexicanas a posicionarse en China, y con andamios para que China transfiera tecnología y financiamiento a sectores como el de la energía, la infraestructura y las telecomunicaciones. Xi Jinping y Peña Nieto se presentarán ahora ante un foro mundial como líderes reformadores con capacidad para unificar criterios e impulsar cambio trascendentales, pese a la existencia de entornos en los que vive la corrupción y la violencia interna.
México posee un valor estratégico para las economías de Asia al ser un estado adyacente a Estados Unidos y un actor de gran peso político entre los estados latinoamericanos. El anuncio de las reformas estructurales emprendidas por México será uno de los platos fuertes en el Foro de la APEC, que ahora cumple su XXV aniversario. Cerca de mil 500 líderes políticos y empresariales oirán la oferta que el país azteca hará a la Región de Asia-Pacífico, en un entorno de incertidumbre por la recuperación mundial, la ralentización de la economía de China, y un escenario internacional polarizado por la violencia en Medio Oriente y Europa del Este. En este entorno, México es, pese a sus problemas internos, un miembro al que se espera ansiosamente en la reunión.