Por Jorge Fernández Montes

Para Chile, una zona de libre comercio en la Región de Asia-Pacífico elevaría el valor estratégico de un litoral que corre desde la Tierra del Fuego hasta la Región de Arica y Parinacota. Las exportaciones e importaciones de Chile con economías del Foro de la APEC equivalieron en 2013 al 65 y al 58 por ciento respectivamente. Dada la profunda vinculación de Chile con la Región de Asia Pacífico, la concreción de una zona en la que desaparezcan todas las barreras arancelarias, propuesta por China en el Foro de la provincia de Qingdao, representaría una derrama económica inédita en beneficio del estado sudamericano.

Chile fundamenta su desarrollo y modernización en una política de exportación, y por ello, el comercio con las economías de la APEC ha pasado a ser un tema fundamental en aras de la modernización nacional. El estado sudamericano tiene 15 acuerdos de libre comercio con los estados y regiones miembros. El acuerdo con la Región Administrativa Especial de Hong Kong entrará próximamente en vigor y la tramitación de un acuerdo con Tailandia está actualmente bajo la revisión del Congreso. En un futuro próximo, Indonesia y Filipinas podrían integrarse a la estratégica red comercial que Chile ha tejido desde su incorporación al Foro de la APEC en 1994.

La relación de Chile con los estados del Pacífico, de entre los que se destaca China, ha dejado onerosas ganancias a pesar de las tribulaciones de la economía mundial en el último quinquenio. La Región de Asia-Pacífico demostró ser la zona más resistente y con mayor crecimiento durante los años más convulsivos de la crisis financiera internacional. El Tratado de Libre Comercio Chile-China posicionó al gigante asiático como el principal socio de la nación sudamericana, con un registro de exportación de más de 19 mil millones de dólares anuales y con una tasa de expansión por año de 28%. La ubicación estratégica de Chile ofrece tanto a China como a los estados a ambos lados del Pacífico un enorme potencial para desarrollar y ampliar las relaciones comerciales.

El valor de Chile como puente de unión entre ambos lados del Pacífico, no obstante, demanda cambios estructurales, reformas que deberán ponerse en marcha en el corto y mediano plazo, de cara a los desafíos que demanda la vitalidad y las transformaciones de las economías de Asia. El producto que mayor presencia tiene en la canasta exportadora es el cobre, no obstante, una ralentización de la economía de China, programada para crecer un 7.5% este año, podría influir negativamente en el desempeño económico de Chile. El potencial de mercancías no mineras en el mercado asiático, ahora que China ha orientado su modelo de desarrollo al consumo interno, podría ofrecer incontables oportunidades al sector chileno de los alimentos.

El dinamismo de la Región de Asia-Pacífico obliga a Chile, eslabón estratégico en el comercio multilateral, a mantener un desarrollo sostenible y a vencer sus marcados niveles de inequidad social. Una reforma tributaria aplicada racional y sistemáticamente consolidará el lugar de Chile en un mundo cada vez más globalizado y competitivo. Y un proceso de reformas estructurales en el país conducirá a dinamizar la capacidad portuaria, carretera y energética, lo que a su vez resaltará exponencialmente el valor estratégico y la complementariedad que Chile reviste para la Región de Asia-Pacífico.