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| spanish.china.org.cn | 11. 10. 2014 | Editor: Eva Yu | ![]() |
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Se dice que es fácil dibujar a una persona y difícil dibujar a un fantasma, porque éste no tiene una imagen fija. Sin embargo, los chinos tienen una forma de expresión especial para los fantasmas. Puede ser una mujer hermosa con el pelo largo, como Nie Xiaoqian, o una señorita sentimental como Du Liniang, o una muchacha risueña como Ying Ning.
En comparación con esas figuras femeninas fantasmales bellas y bondadosas, los fantasmas masculinos no tienen personalidades destacadas. ¿Por qué aparecieron tantos fantasmas femeninos en la literatura china? El señor Xu Longhua, especialista en cultura folklórica y cultural fantasmal nos aclarará esta duda.
Los fantasmas femeninos tienen personalidades fuertes y los fantasmas masculinos, no.
Si estudiamos la literatura china relacionada con fantasmas, nos daremos cuenta de que la mayoría de las figuras fantasmales son mujeres y lo mismo pasa en las óperas tradicionales. Por ejemplo, la imagen de Du Liniang de El Pabellón de Peonía, compuesto por Tang Xianzu, nos ha dejado una impresión positiva sobre el personaje. Las obras se traspasan de generación en generación y se convierten en leyendas conocidas por todo el mundo. Por tanto, se han destacado esos personajes.
Los fantasmas femeninos de China, generalmente, son hermosos, trabajadores, rectos y bondadosos. Además, tienen sentimientos amorosos fuertes y son persistentes y coherentes con lo que quieren. Sin embargo, esos caracteres no se encuentran en los fantasmas masculinos.
Ao Guiying, personaje de la ópera tradicional Wang Kui traiciona a Guiyin es el representante de las fantasmas femeninos. Ella distingue claramente el amor del odio. Hizo todo lo posible para ayudar a su amor, Wang Kui, a participar en el examen imperial. Sin embargo, cuando se dio cuenta de que Wang le había engañado, estaba dispuesta a quitarle la vida aunque se convertiera en fantasma. Para ella, el amor supera todo el resto, lo cual consiste en una característica notable en las figuras fantasmales femeninas.
En realidad, existen muchos fantasmas masculinos en la literatura china. De hecho, su cantidad supera holgadamente a la del sexo opuesto. Sin embargo, no existe una personalidad destacada que compartan todos ellos, pues, cada figura fantasmal masculina tiene su propia historia y carácter. No se puede describir en una palabra. Por eso, es difícil encontrar un punto en común. Además, aparte de Yamaraja (dios del infierno) y Zhong Kui, en la mayoría de los casos, son personajes incapaces, por ejemplo, fantasmas del agua, dios de la ciudad, fantasma de apuestas, fantasma de deudas, fantasma de impermanencia, entre otros. Los fantasmas como Xi Fangping y Wang Liulang, de la obra Cuentos Extraños de Liaozhai son personajes positivos, pero no tienen tanta fama como los fantasmas femeninos.
Los fantasmas femeninos representan la lucha femenina contra las reglas sociales y al mismo tiempo, forman parte de la fantasía sexual masculina.
Las personalidades fuertes de los fantasmas femeninos son resultado de la lucha femenina contra la sociedad patriarcal. En la cultura tradicional china, las mujeres nunca asumían roles importantes en la vida. La sociedad las ignoraba. No importaba cuan talentosas eran o cuánto ayudaban a los hombres, nunca lograban tener la igualdad. Esa es la razón social y psicológica de la lucha de los fantasmas femeninos.
También existe otra razón. En los cuentos populares, las protagonistas femeninas siempre llamaban la atención. Por otro lado, en la vida social, la mujer era el sexo débil, que tenía que aguantar los abusos masculinos, por eso, los personajes del estilo siempre ganaban mucha compasión. Al mismo tiempo, podían cumplir las distintas fantasías sexuales de los hombres.
Las figuras fantasmales más antiguas son animales y poco a poco, aparecieron fantasmas femeninos.
En un principio, el fantasma chino no tenía género. Aparecían como animales. En la sociedad primitiva, los seres humanos vivían de la caza y creían que todos los seres vivos tenían espíritus y que, por eso, cuando moría una persona, se convertía en algún animal feroz.
Más tarde, el fantasma comenzó a tomar forma humana. “Parece que alguien pasó por la montaña. Era una mujer hermosa bien vestida. Su sonrisa bella contenía muchos sentimientos. Me encantó la forma de su cuerpo”. Esa imagen fantasmal de la montaña, creada por Qu Yuan, se acerca más a una diosa y representa una fuerza natural. En aquel entonces, no existían distinciones entre fantasmas y dioses. Esa diferenciación surgió más tarde. Actualmente, se considera a los dioses como los que hacen bien a la gente y a los fantasmas, como los que traen mala suerte.
A medida que se difundía el budismo, las imágenes fantasmales se enriquecieron aún más. Se dice que cuando muere una persona, pasa por el Puente Naihe; llega al tribunal del infierno; luego, pasa por 6 círculos; y antes de volver al mundo real, toma la sopa de Mengpo para olvidar la vida anterior. Zhong Kui fue el primer dios del infierno. Más tarde, aparecieron Yamaraja y Ksitigarbha.
Durante las Dinastías Yuan, Ming y Qing, los cuentos fantasmales llegaron a su apogeo. Los más conocidos son Historia de Amor de Qian y El Pabellón de Peonía de la Dinastía Yuan y Lo que el Maestro no Quiere Discutir de Yuan Mei y Cuentos Extraños de Liaozhai de Pu Songling de la Dinastía Qing.
La característica más destacada de los fantasmas chinos es la bondad. La mentalidad de “favor con favor se paga” refleja la filosofía confucionista en la cultura china. A diferencia de los cuentos fantasmales extremos japoneses, los cuentos fantasmales chinos hablan de fantasmas, pero contienen un sentido más profundo sobre el comportamiento de las personas.
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