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spanish.china.org.cn | 11. 10. 2014 | Editor: Eva Yu [A A A]

Enciclopedia de la cultura china: Yuelao (anciano bajo la luna) 月老

En la familia divina, existe un anciano bajo la luna, encargado del matrimonio. Se dice que si Yuelao amarra los tobillos de dos personas con el mismo hilo rojo, ellas se casarán. Por eso, la gente ha construido muchas estatuas y templos de Yuelao, a fin de rezar para encontrar a su media naranja.

Antiguamente, al borde del Lago Oeste de Hangzhou, se encontraba un templo de Yuelao. Los jóvenes solteros iban a encender inciensos, preguntar por su suerte y pedir deseos. En el templo, había 49 palitos de la fortuna. El primero dice: “Guan! Guan! Cantan los halcones en los bancos de arena en el río; una buena chica de modales suaves, es muy apropiada para un caballero.” y el último dice: “Que todos los enamorados del mundo hagan buenas parejas”. Esos palitos acentuaron el tema principal del Templo de Yuelao.

Según las leyendas, Yuelao apareció por primera vez durante la Dinastía Tang.

Durante el primer año del periodo Zhenguan, bajo el reinado del Emperador Taizong, había un joven llamado Wei Gu. Perdió a sus padres a temprana edad y quería casarse pronto para tener una familia. Sin embargo, nadie se quería casar con él. Un día, llegó a Songcheng y se alojó en un hostal. Un cliente del hostal le presentó a la hija de un ex funcionario llamado Pan Fang y coordinó un encuentro fuera del Templo Longxing, al oeste del hostal, para la mañana del día siguiente. Wei Gu tenía muchas ganas de verla y salió apenas aclaró el día.

En aquel momento, la luna estaba bajando del cielo pero aún tenía mucho brillo. Un anciano estaba leyendo un libro bajo el brillo de la luna, sentado en la escalera, con un bolso en la espalda. Wei Gu miró el libro y no reconoció ningún carácter. Muy curioso, le preguntó: “Caballero, ¿qué está leyendo? Me esforcé mucho para estudiar cuando era pequeño y puedo leer todo tipo de libros, hasta entiendo el sánscrito, pero nunca he visto un libro como éste. ¿Por qué?” El caballero respondió sonriendo: “¿Cómo lo vas a conocer si no es un libro de los seres humanos?” Wei Gu volvió a preguntar: “¿Entonces de dónde es?” El caballero volvió a responder: “Es un libro divino”. “¿Por qué el libro divino está aquí?” “No es que no tuviera que estar aquí, sino que tú saliste muy temprano. Por eso, te encontraste conmigo. Los dioses estamos encargados de diferentes asuntos humanos. Claro que tenemos que venir a la tierra”. Wei Gu le preguntó de qué estaba encargado él y la respuesta fue: “De la libreta de matrimonio”.

Wei Gu se alegró al escucharlo y le dijo: “Yo soy soltero. Quiero casarme y tener hijos. He pedido la mano a muchas mujeres durante los últimos diez años, pero nadie se quiere casar conmigo. Hoy me reuniré con el señor Pan para pedir la mano de su hija. ¿Será mi esposa?” El caballero le contestó: “Aún no es el momento. Tu esposa sólo tiene 3 años ahora y se casará contigo a los 17 años”. Muy decepcionado con la respuesta, Wei Gu le hizo la última pregunta: “¿Qué tiene en el bolso?” “Son hilos rojos. Sirven para amarrar los pies de los matrimonios. Lo hago secretamente cuando están sentados. Aunque sean enemigos, o de clases sociales, regiones o países distintos, nadie puede escapar a la magia del hilo rojo. Tu pie está amarrado con el de tu esposa. ¿Por qué quieres buscar a otra?” Wei Gu volvió a preguntarle: “¿Dónde está mi esposa? ¿En qué trabaja su familia?” “Es hija de la señora Chen, vendedora de verduras al norte del hostal.” Wei Gu le preguntó si la podía ver y el anciano le contestó: “La señora Chen vino con ella a vender verduras. Ven conmigo y te la muestro.”

Era tarde, pero el señor Pan aún no llegaba. El anciano ordenó su bolso para irse y Wei Gu lo siguió. Llegaron al mercado y había una señora con un ojo ciego. En sus brazos, estaba una niña de tres años, feíta y mal vestida. El anciano le dijo a Wei: “Ella será su esposa”. A Wei no le gustó nada lo que dijo y enojado, le dijo al anciano: “¿Puedo matarla?” El anciano le contestó: “Ella te dará mucha suerte en tu vida. Gracias a ella, serás alcalde. ¿Cómo la puedes matar?” Al decirlo, el anciano desapareció.

Cuando volvió al hostal, Wei Gu afiló un cuchillo y se lo pasó a un sirviente, diciéndole que si podía matar a la niña, le daría 10 mil qian. El sirviente aceptó el negocio y fue al mercado con el cuchillo. Le dio una puñalada a la niña, lo cual causó mucho desorden entre las multitudes, pero él logró escaparse. Cuando volvió, Wei Gu le preguntó si había cumplido la misión y el sirviente le contestó: “Iba a darle la puñalada en el corazón, pero sólo le hice una herida entre las cejas”. Después de eso, Wei Gu seguía buscando esposa, pero no lograba nada.

Catorce años más tarde, la corte nombró a Wei Gu consejero de Xiangzhou, gracias a las hazañas de su padre. Luego, el fiscal Wang Tai le encargó la prisión. Le gustaba mucho cómo trabajaba Wei y lo casó con su hija, quien tenía 16 o 17 años y era muy hermosa. Wei Gu estaba muy contento. Sin embargo, su esposa siempre tenía un adorno de flor en el entrecejo y no se lo sacaba ni siquiera para lavarse la cara. Durante el primer año del matrimonio, Wei Gu le preguntó varias veces por qué usaba el adorno y finalmente ella le contó que era para tapar una herida. Dijo que en realidad, no era hija del fiscal, sino sobrina. Su padre biológico falleció cuando trabajaba como alcalde de Songcheng. Entonces, ella era muy pequeña. Más tarde, fallecieron su madre y su hermano. Vivía con su nodriza en un pedazo de terreno que aún le quedaba. El terreno estaba cerca de un hostal y las dos vivían vendiendo verduras. Su nodriza siempre la llevaba al mercado. Un día, un loco le dio una puñalada en el entrecejo. Desde entonces, usaba el adorno de flor, para tapar la herida. Ella llegó a Xiangzhou con su tío y la casó con Wei Gu como si fuera su propia hija. Wei Gu tuvo que decirle la verdad: “Yo fui el que mandó a herirte”. Luego, le contó toda la historia. Cuando se aclaró finalmente todo, la pareja se enamoró aún más. Más tarde, tuvieron un hijo, llamado Wei Kun. Wei Gu llegó a ser gobernador de Yanmen y su esposa, fue nombrada “Dama del Condado Taiyuan”.

Gracias a Weigu, el dios encargado del matrimonio se volvió famoso, pero nadie sabe cómo se llama. Todos le dicen “anciano bajo la luna”, es decir, “Yuelao”. Se han construido figuras y templos de él en todas partes.

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