Vista panorámica del Proyecto "El Vigía" |
Al responder mi pregunta sobre la mayor dificultad que encontró al entrar al mercado latinoamericano, Shen expresó que, en primer lugar, los clientes no conocen la tecnología china ni confían en la calidad de sus productos. Eso se debe al rápido desarrollo chino y también a que América Latina es el continente más alejado de la tierra de Confucio. “Cuando presenté por primera vez el avión de transporte de marca china a un cliente latinoamericano, me preguntó si era un avión o un molde de avión”, cuenta entre risas el subgerente, quien añade: “Para él, China era como en la película Sorgo rojo, es decir, un país donde todavía los carros son jalados por burros, sin luz ni electricidad”.
Pero las cosas han mejorado mucho en los últimos diez años y cada día más personas saben un poco más sobre China. "Más vale ver una sola vez que oír cien veces. Por eso invitamos a nuestros clientes a China a realizar visitas técnicas en las instalaciones industriales de gran tamaño y las fábricas de manufacturación de equipos y maquinarias para que conozcan el nivel de la tecnología china. De esta manera las dos partes obtienen una mutua confianza”, explica.
Shen comenta que otra dificultad ha sido la diferencia cultural. “No nos entendemos, por lo que es muy difícil la comunicación. Para resolver este problema dejamos que los técnicos chinos aprendan español y, del mismo modo, las personas que saben hablar español aprenden sobre tecnología. CAMCE ya cuenta con más de 120 trabajadores que hablan español. El entendimiento mutuo se profundiza cuando se habla el mismo lenguaje".
Otro obstáculo son los hábitos en la vida cotidiana. “Los chinos no estamos acostumbrados a las comidas occidentales. Afortunadamente, se pueden encontrar restaurantes chinos en muchas ciudades latinoamericanas”, afirma el ejecutivo y acota: “Claro que la cultura es un proceso de gran integración. Personalmente, soy muy aficionado a la música, a la pintura y a la gastronomía de América Latina”. A él, por ejemplo, le encantan el ceviche peruano, la arepa venezolana, la parrilla argentina, el vino tinto chileno, etc.
Además de las grandes compañías chinas, las empresas privadas están también fijando su atención en el mercado latinoamericano. Cuando le pregunté qué sugerencias u opiniones podría compartir con las firmas que están pensando en penetrar en este mercado, Shen Wei enfatizó que “deberían tener un plan a largo plazo”. Según su punto de vista, el mercado latinoamericano es una economía independiente y vigorosa. Tiene un futuro próspero. “Entrar en este mercado será un poco difícil, pero hay que amar a la gente aquí, hay que esperar las oportunidades con mucha paciencia y luego se alcanzará el éxito”, señala.