El escándalo de la carne de caballo sigue dando coletazos en varios países de Europa, entre ellos Reino Unido, donde la cadena de supermercados Tesco ha reconocido hoy la presencia de hasta un 60% de carne de equino en sus salsas de carne picada.
El director técnico de Tesco en Reino Unido, Tim Smith, ha asegurado, según el «Telegraph», que la cadena de supermercados se ha visto obligada a retirar una marca de espaguetis preparados, que también estaría contaminada por la carne de equino. Del mismo modo, el diario «The Independent» alerta de que, dado el caso de los espaguetis retirados por Tesco, varios productos elaborados con cerdo y pollo entre sus ingredientes principales podrían estar compuestos por hasta un 100% de carne de caballo.
Por este motivo, la Agencia de Alimentos británica (FSA) ha ordenado nuevas pruebas en multitud de alimentos ante la sospecha de que el escándalo de la carne de caballo se haya extendido a toda la cadena alimentaria. Cabe recordar, no en vano, que por el momento no se ha hallado evidencia alguna de que dichos productos puedan suponer un peligro sanitario.
Reunión en Europa
El anuncio de la decisión del FSA de realizar nuevos test a multitud de productos presentes en los supermercados se produce un día antes de que los ministros europeos responsables de Alimentación y Sanidad celebren en Bruselas una reunión informal para intercambiar informaciones y debatir el escándalo de la carne de caballo en lasañas.
A la reunión, cuya celebración se convocó el lunes, asistirán "las partes interesadas", indicó hoy una portavoz de la Presidencia de turno de la Unión Europea (UE), que este semestre ejerce Irlanda. Fuentes diplomáticas europeas precisaron que de momento han confirmado su asistencia a la reunión, que comenzará a las 16.30 GMT, los ministros de Luxemburgo, Francia, Polonia, Reino Unido y Rumanía. También participará el comisario europeo de Sanidad, Tonio Borg, junto con miembros del gabinete del responsable comunitario de Agricultura, Dacian Ciolos. Precisamente la Comisión Europea (CE) dejó claro este lunes que el caso de la carne de caballo es un problema de "etiquetado erróneo" y no un "peligro sanitario".
No hay riesgo para la salud pública
La CE descartó la posibilidad de intervenir, algo que se reserva a los supuestos en que existe un riesgo para la salud pública, como ocurrió en el verano de 2011, con la epidemia causada por la cepa de E.coli, que causó más de 4.000 contagios y 46 muertes en Alemania y Francia. Por su parte, el ministro francés de Consumo, Benoît Hamon, aseguró que Francia va a proponer a sus socios europeos imponer obligaciones sobre la trazabilidad de la carne en las etiquetas de los platos preparados. Se trataría de extender a esos alimentos algunas de las reglas que ya existen para la venta de carne con el objetivo de que se pueda seguir el rastro y conocer dónde se crió el animal, dónde se sacrificó y dónde se produjo la transformación.
El escándalo sobre la aparición de carne de caballo en productos congelados, como algunas lasañas, comenzó en el Reino Unido a principios de este mes. Posteriormente el fabricante británico de alimentos Findus UK señaló que algunas de sus lasañas de ternera, suministradas por la compañía proveedora francesa Comigel, contenían carne de caballo, que posteriormente se supo que procedía de Rumanía.
El pasado fin de semana se conoció que la carne de caballo rumana detectada en platos precocinados Findus que oficialmente estaban preparados con vacuno había sido negociada por comerciantes en Chipre y Holanda antes de ser adquirida por una empresa del sur de Francia y elaborada por otra en Luxemburgo. Findus ha retirado en Francia de la venta tres de sus platos preparados por la presencia de carne de equino y no de vacuno como se anunciaba en sus ingredientes. |