Las dos visitas a China

“Junto con mi esposa e hijo, visité por primera vez China en 1989, gracias a una invitación que nos hicieron por nuestra contribución en el fomento de la amistad entre las dos naciones”.

“Durante nuestra estadía de un mes visitamos Beijing, Shanghai, Suzhou, Wuxi, la provincia de Guangdong, Hong Kong, Ürümqi y Turpan, así como la antigua Ruta de la Seda”.

“Diez años más tarde, mi esposa y yo volvimos a China. En esa ocasión recorrimos Beijing, Xi’an, Lhasa, el río Amarrillo, la represa de Las Tres Gargantas y el pueblo natal del presidente Mao Zedong. Nuestra visita también duró un mes”.

“Gracias a estas dos visitas pudimos observar el notable progreso y desarrollo de China, y profundizamos nuestros sentimientos por el país. Lo que se ha hecho por el intercambio sino-mexicano no sólo es obra mía, sino también de mi mujer, quien comparte mi éxito”.

(En ese momento, una sonrisa aparece en el rostro de la señora Flores, quien hasta ese momento permanecía silenciosa al lado de don Luis. Si bien hace días se lastimó el pie en un accidente casero, ella insistió en llevarnos a conocer todos los rincones de su vivienda y no se cansaba de mostrarnos los objetos chinos que los Flores han ido coleccionando).

Las exposiciones más recordadas

“En 1986 comencé a organizar en México las exposiciones de cultura china. La primera, llamada ‘La Imagen de China’, estuvo dedicada a la porcelana, la fotografía, los papeles recortados, las cometas y otras artesanías chinas. Recuerdo que la Sociedad Mexicana de Amistad con China proporcionó todos los objetos para este evento, pero los artículos de las exhibiciones posteriores fueron otorgados por la sección cultural de la Embajada de China en México”.

“La primera exposición duró un mes. En vista del elevado costo de cada exposición –gastos en sede, arreglo de las muestras o transporte–, siempre trato de que éstas se mantengan, al menos, un mes. Mi esposa y yo hemos tenido que viajar entre Ciudad de México y Zacatecas acarreando las muestras, con excepción de las tres últimas exposiciones. Por ello tuvimos que comprar un auto”.

“Hemos organizado ya 30 muestras y otros eventos, como la Semana del Cine, con documentales y películas recientes de China. En las ferias locales hemos proyectado el filme Ni uno menos. La civilización china es una gran bodega de tesoros y nosotros sólo hemos enseñado un poco para que la gente conozca el país y su cultura”.

“La Exposición de Vestimentas y Máscaras de la Ópera de Beijing en 1996 y la de Instrumentos Musicales de China en 2008 han sido las más impresionantes. Lo digo porque ambas nos costaron mucho trabajo y tuvieron amplia repercusión. En la segunda exposición presentamos numerosos instrumentos chinos, algunos muy antiguos como el erhu o la pipa, cuyos singulares sonidos permitían que los espectadores tuvieran una mejor apreciación de la música china”.

“Una muestra fotográfica sobre el Tíbet, en octubre de 1996, fue también muy aplaudida. Los espectadores pudieron observar el proceso de transformación de la sociedad tibetana y comparar la servidumbre de antes con el progreso social iniciado después de la liberación. Además, pudieron conocer los esfuerzos del Gobierno chino para preservar el Palacio Potala, mejorar los servicios de salud, entre otros objetivos. Años después estuve en Lhasa y me parece que las fotos demostraron fehacientemente la realidad del Tíbet”.

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