México y China: 200 años de relaciones comerciales

Por ENRIQUE DUSSEL PETERS*

*Enrique Dussel Peters es profesor del Posgrado en Economía y coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM

 

La relación entre México y China es extensa y se ha desarrollado en múltiples rubros. El embajador Eugenio Anguiano (2006) destaca que las relaciones formales entre ambos países se inician apenas a finales del siglo XIX, con los acuerdos de amistad, comercio y navegación de 1899. Estos primeros esfuerzos se vieron interrumpidos en la primera mitad del siglo XX por diversos movimientos revolucionarios en México y en China, hasta la formalización de las relaciones diplomáticas entre México y la República Popular China en 1972. No obstante violentos y profundos cambios socioeconómicos en ambos países, durante más de 110 años se han mantenido los vínculos. También fueron constantes, durante estas décadas, los intercambios de metales -particularmente plata-, porcelana, textiles, especias y otras mercancías.

La relación mutua probablemente llegó a su cénit en la segunda parte de la década de los setenta del siglo XX: la agenda nacional de ambos países -después de la Revolución Cultural y el inicio de las reformas estructurales en China, con el último período de la industrialización sustitutiva de importaciones- permitió una agenda de cooperación efectiva entre los dos y, particularmente, en el campo de la diplomacia multilateral, que fue considerada como estratégica y de gran importancia ante Estados Unidos y la hoy desaparecida Unión Soviética. La visita del Presidente Luis Echeverría a China en 1973 y la firma del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y, especialmente, la cooperación en el Sistema de las Naciones Unidas, reflejaron una intensa agenda política y diplomática común. Sin embargo, los intercambios económicos y comerciales no marcaron dicha agenda bilateral y tampoco se incrementaron en forma significativa.

Con la crisis económica de 1982 y la “década perdida” en Latinoamérica, las élites económicas y políticas de México requirieron de profundos cambios internos: no sólo desmantelaron buena parte de las instituciones generadas desde el Cardenismo, sino que también decidieron desarrollar una industrialización orientada hacia las exportaciones y formalizar la relación comercial con Estados Unidos como fundamento económico y comercial para el futuro. Así, y además de un muy costoso proceso de ajuste interno -que redujo dramáticamente el ingreso per cápita y permitió un profundo proceso de polarización social, territorial y a nivel de empresas- las élites económicas y políticas dejaron de lado proyectos y relaciones que históricamente habían sido importantes, como las alcanzadas con Cuba y China, entre otras.

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Estos procesos se dieron justamente cuando la presencia de China a nivel global -y más concretamente en América Latina y México- se incrementaba drásticamente (Jenkins y Dussel Peters 2009): después de prácticamente no figurar en las estadísticas, a finales de la primera década del siglo XXI China se ha perfilado como el segundo socio comercial de Latinoamérica y el Caribe y, ya desde 2003, de México. A diferencia de períodos anteriores, desde 2003 los vínculos comerciales y económicos sí han sido determinantes en la relación bilateral y han generado múltiples divergencias. De la evolución de la actividad económica entre los dos países hasta 2009 destaca:

1. Que China, con el 7.5% del comercio exterior total de México y con la mayor tasa de crecimiento del mismo entre sus principales socios, se ha convertido en el segundo socio comercial de México desde 2003, con un volumen de intercambios que, desde 2009, es incluso mayor que el que se da con toda la Unión Europea en su conjunto.

2. México presenta un abrumador déficit comercial con China, el mayor con cualquiera de sus principales socios comerciales, cuya relación importación / exportación fue de 15:1 en 2009.

3. Considerando las serias dificultades de México para exportar a China -sus ventas al país asiático actualmente se basan principalmente en productos vinculados al cobre-, las importaciones provenientes de China presentan un creciente nivel tecnológico y de sofisticación, y se concentran exclusivamente en productos manufacturados, consistiendo más de un 50% de las mismas en productos eléctricos.

4. Como resultado de estas disparidades -y en base a las estadísticas mexicanas, ya que las chinas reflejan un déficit menos abultado- la relación comercial ha sido tensa y ha generado impasses políticos diversos, como por ejemplo durante 2007-2008, al renegociarse la desgravación arancelaria definitiva acordada en la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC).

La evolución anterior refleja profundos cambios en el largo y corto plazo del comercio entre ambos países y múltiples retos en la actualidad. A diferencia de otros países latinoamericanos, México no cuenta con masivos recursos naturales, mientras que la competencia en productos manufacturados se ha tornado a favor de la producción china. En este contexto, el potencial de cooperación -retomando las profundas y estratégicas relaciones que ambos países lograron en la década de los setenta del s. XX- es importante, particularmente en cadenas específicas, como la electrónica, autopartes-automotriz, telecomunicaciones y el intercambio en procesos de transformación diversos, incluyendo el agrícola.

Así, México y China cuentan con un largo y rico intercambio en múltiples ámbitos, incluyendo el político, diplomático, comercial y económico. Sin embargo, destaca que en el apogeo de la relación comercial -después de 2000- la relación política y diplomática haya sido la más débil y menos estratégica en términos efectivos durante el período.

Bibliografía

Anguiano Roch, Eugenio. 2006. “Relaciones México-China en su perspectiva histórica”. En, Dussel Peters, Enrique y Yolanda Trápaga Delfín. China y México: implicaciones de una nueva relación. La Jornada, ITESM, CECHIMEX/UNAM, México, pp. 25-50.

Jenkins, Rhys y Enrique Dussel Peters (coords.). China and Latin America. Economic Relations in the Twenty-First Century. DIE/CECHIMEX-UNAM, Bonn/México.

Palabras clave : México, China, relaciones comerciales

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