Moritán nos cuenta que el pabellón también dispone de un restaurante, ‘El Obelisco’, donde se sirve parrilla preparada por chefs chinos de un restaurante sito en Beijing, que por primera vez ofrece sus delicias en la sureña Shanghai. La carne que se sirve es genuinamente argentina. De hecho, la organización argentina consiguió levantar la barrera y obtener el permiso del Gobierno chino para poder importar, por lo pronto, 35 toneladas de carne argentina sólo para el restaurante del pabellón y durante los 6 meses que durará la muestra. Por lo tanto, una oportunidad única para degustar la sabrosa carne genuinamente argentina en el país asiático.
El deporte también será un punto fuerte. Se espera que el próximo 3 de junio pase por el pabellón Luis Scola, jugador de básket argentino de la NBA y compañero de equipo en el Houston Rockets del ídolo chino Yao Ming, quien jugará con los visitantes –con quienes se atrevan a retarle.
Todo ello con el objetivo, como explica Moritán, de atraer a la gente común. Pero el pabellón también quiere captar a los empresarios chinos.
El pabellón cuenta con una zona especialmente dedicada a los empresarios, donde pueden darse encuentros con empresarios argentinos e incluso degustar y probar productos, en especial los vinos.
“China es uno de los principales socios comerciales de Argentina, uno de sus principales compradores de productos; comercialmente es un país muy importante para nosotros. La gente, a través de lo que vea en el pabellón, puede descubrir que entre lo que consume cada día hay muchos productos que proceden de Argentina”, -explica el responsable- “pero queremos mostrar que aún hay más productos que se pueden adquirir, con un mayor valor agregado”.
En ese sentido, en septiembre, la ciudad de Rosario (Santa Fé) presentará un proyecto sobre tecnología de construcción que fue seleccionado por el comité organizador de la Expo.
Así pues, Argentina ha puesto ingentes esfuerzos en su presencia en la Expo y busca dejar huella, a pesar de algunos reajustes que han sido necesarios a causa de la crisis, como reconoce el mismo responsable. Aún así, el pabellón argentino en Shanghai es diez veces mayor que el que se instaló en la Expo de Zaragoza (España) en 2008 y el doble del pabellón en Aichi (Japón).
El responsable alabó la atención y disponibilidad de los organizadores de Shanghai 2010 para solucionar los eventuales problemas y subrayó la buena acogida dispensada por la organización china del evento.