El valor de la arquitectura religiosa, representada por la Pagoda del Templo Songyue, el Templo Shaolin y el Templo Huishan: son monumentos relacionados con el desarrollo del budismo en diferentes etapas de la historia de China, como se puede ver no sólo en los cambios de las técnicas arquitectónicas y la evolución del estilo artístico, sino también en el cambio en la distribución general de los mismos: en la etapa inicial, los templos tomaban la pagoda como núcleo; más tarde, ésta se situaba delante y detrás del salón principal, el cual se había convertido ya en el núcleo del templo; finalmente, la pagoda se acabó situando fuera del templo.
El ejemplo más representativo es sin duda el Templo Shaolin, cuna de la secta budista Chan y de las artes marciales chinas. El templo, que cubre una superficie de más de 30 mil metros cuadrados, tiene como construcción central el Patio de Residencia Permanente, y en su eje central se hallan sucesivamente siete construcciones destacables, entre ellas la Puerta Montañosa, el Salón de los Guardianes Celestiales y el Salón de Mahavira. A ambos lados del eje central, además, hay construcciones auxiliares como la Torre de la Campana, la Torre del Tambor, el Pabellón de los Seis Fundadores Ancestrales y el Pabellón de Manjusri. El conjunto del templo Shaolin, que fue incluido en marzo de 2007 en el primer grupo de patrimonio cultural intangible de China, constituye un depósito de valiosos materiales para estudiar la historia, la cultura, las artes marciales, la religión, la arquitectura, la caligrafía, la escultura y las bellas artes de la época, e incluso los intercambios culturales con el extranjero. Además, el arte marcial Shaolin, forjado, heredado y desarrollado durante 1.500 años, ha devenido en un fenómeno cultural peculiar y es ahora parte irremplazable de la cultura nacional de China.