El proceso para lograr un acuerdo vinculante en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático no se dará en Cancún, opinó hoy el embajador de México ante Organismos Internacionales, Luis Alfonso de Alba.
Sin embargo, según De Alba, eso no será impedimento para lograr avances sustantivos y concretos, para lo cual, dijo, se requerirán "varios pasos" que permitan llegar "a un nivel de ambición que corresponda a los requerimientos de la ciencia y de la evolución científica", que permitan mitigar los efectos del calentamiento global.
Luego de tres días de negociaciones preparatorias en la 16 Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP16), de Alba indicó que "la complejidad de las negociaciones no permite, en una sola decisión, resolver todos los problemas.
"Lo que hemos escuchado los últimos días es bastante alentador para trabajar en un conjunto de decisiones", comentó.
Según el funcionario mexicano, a partir de este encuentro en Cancún puede surgir un acuerdo concreto para reducir entre un 18 y 19 por ciento de las emisiones producidas por el 80 por ciento de países que generan los gases de efecto invernadero.
El esfuerzo, dijo, sería mucho mayor que en el marco del Protocolo de Kioto, que sólo incluye al 28 por ciento de los países emisores de gases de efecto invernadero, puesto que este paquete propuesto en Cancún incluye los esfuerzos de países en desarrollo.
De Alba, quien ha sido reconocido por sus homólogos como un gran restaurador de la confianza en la COP16, tras el fracaso de Copenhague el año pasado, explicó que uno de los temas más delicados a tratarse estos días es el planteamiento de un segundo periodo del Protocolo de Kioto.
Sin embargo, reconoció que aún queda tiempo para negociar, pues el Protocolo de Kioto tiene vigencia hasta el 2012.
En diálogo con la prensa internacional, De Alba Góngora afirmó que, hasta el momento, todos los países han mostrado mucha voluntad en avanzar en otros temas, como el de reporte y verificación de emisiones, adaptación, transferencia de tecnología y deforestación.
En ese sentido, explicó, existe optimismo por concluir el delineamiento del flujo de financiamiento prometido por los países ricos a los países en desarrollo durante la pasada Conferencia de Copenhague.
Dicho monto, de 10.000 millones de dólares anuales (entre 2009 y 2012), no se ha cubierto hasta el momento. Fin