China formulará este año políticas para impulsar el desarrollo en la región autónoma uygur de Xinjiang (noroeste) y la región autónoma del Tíbet (suroeste), así como otras áreas de la etnia tibetana del país, dijo hoy viernes en Beijing el primer ministro chino, Wen Jiabao.
"Centraremos nuestro trabajo en elaborar y aplicar políticas para (impulsar) el desarrollo socioeconómico en el Tíbet y las áreas de etnia tibetana de las provincias de Qinghai, Sichuan, Yunnan y Gansu, así como en Xinjiang", señáló Wen al presentar el Informe sobre la Labor del Gobierno ante la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN, máximo órgano legislativo del país), inaugurada hoy.
China ha elaborado planes para impulsar un desarrollo notable y una estabilidad duradera en el Tíbet con el propósito de garantizar el desarrollo de la nación en su conjunto, de acuerdo con la quinta reunión sobre el trabajo del Tíbet, celebrada en Beijing entre los días 18 y 20 de enero de este año.
Los líderes chinos aseguraron en el encuentro que deben hacerse mayores esfuerzos para lograr una importante mejora de las condiciones de vida de los habitantes del Tíbet, así como para promover la unidad étnica y la estabilidad en la región.
Durante la conferencia, el presidente chino, Hu Jintao, presentó las líneas directrices para el desarrollo social y económico del Tíbet durante la última década.
Hu subrayó que antes de 2020 los ingresos netos per cápita de los agricultores y ganaderos en el Tíbet deberían situarse en niveles cercanos al promedio nacional.
La capacidad del Tíbet de proporcionar servicios públicos e infraestructuras a los residentes locales debe también ser comparable al resto de la nación para ese año, objetivo para el que se destinarán más inversiones gubernamentales y una mejor gestión.
El presidente agregó que la agricultura, la ganadería, el turismo, el sector de la artesanía, y el desarrollo de recursos disfrutarán de un mayor apoyo en los próximos años.
Con el propósito de mejorar las condiciones de vida de los tibetanos, el gobierno aumentará el presupuesto destinado a servicios públicos como la educación, la sanidad, las telecomunicaciones y la red de seguridad social que cubre tanto a los residentes urbanos como rurales.
Durante la reunión de enero, los líderes chinos también formularon proyectos para impulsar el desarrollo de las áreas tibetanas en Sichuan, Yunnan, Gansu y Qinghai.
El gobierno central ha invertido 310.000 millones de yuanes (45.600 millones de dólares) en el Tíbet desde 2001, año en que tuvo lugar la cuarta reunión de trabajo sobre el Tíbet.
Las estadísticas del gobierno regional publicadas a principios de este año indican que el producto interno bruto (PIB) del Tíbet alcanzará previsiblemente los 43.700 millones de yuanes en 2009, lo que supone un crecimiento del 170 por ciento respecto al registrado en el año 2000, y un crecimiento anual del 12,3 por ciento durante los últimos nueve años.
Por otra parte, las autoridades de Xinjiang estimaron que el PIB de la región podría haber crecido un ocho por ciento hasta los 427.000 millones de dólares el año pasado.
Además, estos logros se consiguieron después de que tanto Xinjiang como el Tíbet se recuperaran de varios incidentes violentos.
Las revueltas en la capital regional del Tíbet, Lhasa, ocurridas el 14 de marzo de 2008, causaron la muerte de al menos 18 civiles y un policía. Los participantes en los incidentes dejaron también a cientos de civiles y agentes policiales heridos, además de saquear viviendas y negocios, e incendiar vehículos.
Los disturbios ocurridos en Urumqi, capital regional de Xinjiang, el 5 de julio del año pasado costaron la vida a 197 personas y dejaron a más de 1.700 heridas. Fin