Por RAÚL LOMELÍ RODRÍGUEZ*

*El autor es Licenciado en Comunicación, experto en televisión y periodismo, consultor empresarial y estudioso de China

China y México, dos países milenarios, presentan en sus civilizaciones llamativas similitudes y convergencias a lo largo de su historia, que pueden detectarse en su rico pasado, en las manifestaciones culturales de sus ancestros a través de la pintura, escultura, o el herbolario que enriquece a su medicina tradicional, entre otras.

Como existen tantos elementos que se pueden analizar al celebrar los Estados Unidos Mexicanos el Bicentenario del inicio de su guerra de independencia, me ceñiré a uno de ellos que pudiera captar particularmente la atención del pueblo chino al completarse los primeros diez años del siglo XXI: la preservación del legado indígena que sustenta nuestra mexicanidad a la vista de quienes pueblan el mundo entero. Con la libertad lograda con la independencia de México, se abrió la posibilidad a un mayor radio de acción para las tareas de conservación de nuestras raíces indígenas.

A manera de ejemplo, me referiré a las creaciones de Kuiz López, un artista de auténtico origen indígena que ha dedicado su vida a la preservación de nuestras tradiciones por medio de su rica obra, que ha dado forma a esas enseñanzas que, por medio de la transmisión oral, los indígenas celosa y disciplinadamente conservan

Jalisco es, qué duda cabe, tierra de artistas: Orozco, Arreola, Nandino, Rulfo y Azuela representan tan sólo una parte de los más distinguidos. Sin embargo, muchos son también los creadores que, sin tanto renombre, están dando frutos reconocidos, incluso a nivel internacional. Tal es el caso de Kuiz López, nacido en Guadalajara en 1940, en el seno de una familia que recoge dos culturas. De su madre le viene la herencia española y huichola, y de su padre, la azteca. "De ellos recibió los inicios del camino del espíritu, que no es otro que el camino de la visión". Tomasa, su abuela paterna, bien conocida como "la niña Mito", curandera y chamana, le proporcionó el vínculo con la cultura y filosofía indígenas, el cual, tiempo después, repercutiría en la interpretación que Kuiz López realizó de la simbología azteca dentro de los Códices con el fin de comprender la profundidad cósmica. De ahí se desprendió su necesidad de dibujar y pintar.

Kuiz, que en náhuatl significa "pájaro montera", comienza a pintar a los cinco años. Es entonces cuando empieza a frecuentar el taller del fallecido artista de talla internacional Rufino Tamayo, por la amistad que su padre, Felipe López Moreno, entabla con él. "Tamayo le pedía que le contara historias relacionadas con los mitos y leyendas de su tradición. Kuiz le describía las imágenes como se las imaginaba, hasta que un día Tamayo le dijo que dibujara en un lienzo lo que le contaba con palabras".

Así, comenzó su viaje por el universo del color y el mundo de la forma, aprendiendo de su maestro las texturas y la pintura mural de los mayas y aztecas. De hecho, hasta el presente, usa polvo de mármol en las texturas de sus obras para obtener la apariencia del muro utilizado en los frescos mayas. Por otro lado, la obra de Francisco Toledo ha sido otra de las grandes influencias en su trabajo pictórico, por la sugerencia del misterio indígena. "Toledo es un tlacuilo contemporáneo que tiene la visión original antigua y la cosmovisión moderna. Además, porque era de origen indígena, se identificó con él y siguió sus planteamientos para crear su propio discurso".

Para Kuiz, pintar es dar continuidad a la simbología y cultura ancestrales. Su obra es congruente con su vida, porque practica constantemente la tradición. En sus temas, predominan los conceptos filosóficos y la representación de los elementos de la naturaleza como intentos de dar contemporaneidad al mensaje de sus antepasados. Tal es el caso de Puente de Malinalco-Tenochtitlan, una de sus más recientes creaciones en la que sobresale la escalinata principal del templo de Cuauhxcalli, ubicado en Malinalco, donde se consagraba a los antiguos caballeros águilas y tigres, los cuales son proyectados en el cielo con acrílico y óleo sobre lona. Ese templo de Malinalco parece ser una réplica del que se ubicaba en el palacio de Moctezuma. Por ello, Kuiz López presenta metafóricamente un puente energético, que posiblemente existió entre la cultura de los malinalli y los aztecas.

De su pintura, exhibida tanto en México como en el extranjero, se ha dicho que más que artística, tiene una fuerte expresión espiritual, puesto que nace del espíritu y cumple su tránsito al tocar el alma del espectador. Como resultado de una exposición colectiva de pintura indígena, realizada en Suiza, se publicó un artículo donde se citaba el trabajo de Kuiz López: "En su pintura se anuncia un resurgimiento del arte indio. En su planteamiento filosófico existe una contemporaneidad que permite revivir la atmósfera de la cultura antigua."

En Renacimiento del Popo recoge el mito de que los aztecas resurgirían como raza cuando este volcán hiciese de nuevo erupción. Esa era la señal y eso sucedió. Esto tiene que ver con el regreso de Quetzalcoatl, lo cual significa la unión de todas las religiones y de todos los hombres, sin importar el color de su piel: blanco, negro, amarillo o rojo. Lo representó como el hombre que se está moviendo hacia los cuatro templos del sol que simbolizan los dos equinoccios y los dos solsticios, que a su vez son los cuatro puntos cardinales.

En estas obras, el mundo mitológico narra, pictóricamente, acciones que pertenecen al pasado y que resultan memorables, reactualizando ese tiempo sagrado en el que se suscitaron los acontecimientos a que se refieren. En ellas, la presencia de lo humano y lo divino es sutil: responde al mundo simbólico mediante el cual se puede descubrir la otra cara del sol, su parte nocturna o funeraria y, en cierto modo, negativa, pero invisible en tanto que fenómeno cósmico.

Por todo lo aquí descrito y porque uno de nuestros propósitos es seguir motivando la comunicación y el acercamiento entre nuestros dos grandes países de vasta riqueza cultural, para acrecentar la comprensión de las visiones cosmogónicas de China y México amparados en los grandes cambios y logros obtenidos entre nuestras dos naciones, esperamos que pronto se logre ese acercamiento ancestral pendiente.