Por Lourdes Aranda Bezaury*

*Subsecretaria de Relaciones Exteriores de México

Deseo agradecer, en primer término, a la revista China Hoy la oportunidad que me brinda de contribuir con este artículo a difundir el desarrollo reciente de la rica y prometedora relación entre México y China, además de fomentar, a través del alcance que esta publicación tiene en universidades y centros de estudios chinos, el interés de un creciente segmento de la sociedad de ese país por aprender o perfeccionar su español.

En 2012, México y China celebrarán el 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas. A lo largo de casi cuatro décadas, ambos países se han convertido en socios prioritarios y estratégicos. China es hoy el segundo socio comercial de México a nivel mundial. Los intercambios turísticos, académicos y culturales se han incrementado sustancialmente, con lo que cada vez existe un mayor entendimiento amistoso entre ambas sociedades. Como grandes economías emergentes con intereses comunes en favor del desarrollo, hemos intensificado nuestra cooperación en el escenario internacional. México y China han logrado establecer una relación intensa y madura, compartiendo la voluntad de continuar profundizándola con una visión clara y ambiciosa a lo largo del siglo XXI.

Conscientes del potencial de nuestra vinculación y de la creciente importancia que México y China tienen en el escenario internacional, hemos ampliado y actualizado en los últimos años los alcances de esta relación. En diciembre de 2003, se acordó el establecimiento de una Asociación Estratégica, creándose ocho meses después la Comisión Binacional Permanente México-China (agosto 2004), como el principal instrumento institucional para dar contenido a esta Asociación con acciones concretas en todos los ámbitos. Ambas decisiones han permitido moldear sustancialmente el diálogo político bilateral y reforzar el desarrollo de la relación sino-mexicana con una perspectiva integral, duradera y de largo plazo.

México y China han ampliado y perfeccionado el marco jurídico bilateral, que hoy cuenta con instrumentos de cooperación en ámbitos tan diversos como protección y promoción recíproca de inversiones, desarrollo social, extradición, medidas de solución de disputas comerciales, doble tributación, transporte aéreo y marítimo, energía, turismo, salud, medidas sanitarias y fitosanitarias, asistencia jurídica en materia penal, minería y cooperación educativa, entre otras.