spanish.china.org.cn | 23. 10. 2022 | Editor:Eva Yu | [A A A] |
El PCCh en su contexto histórico
16 de octubre de 2022. Apertura del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China en Beijing. Xinhua
Por Miguel Mejía
El pasado 1 de julio, el Partido Comunista de China (PCCh) celebró el 101.° aniversario de su fundación. Creado en Shanghai en 1921 por 58 intelectuales y activistas chinos, entre ellos Mao Zedong, es hoy una inmensa organización que cuenta con más de 96 millones de miembros y preside el destino del que actualmente es la segunda economía y el país más poblado del planeta. Más de 30 años después del final de la Guerra Fría y el posterior colapso de la Unión Soviética, el PCCh y el Estado que estableció en 1949, la República Popular China, siguen vigentes.Tras haber reformado y desarrollado la economía después de 1978, de una forma sin precedentes, logrando que cientos de millones de chinos saliesen de la pobreza más absoluta para integrarse en las nuevas clases medias, hay razón para creer que el PCCh puede enfrentarse a cualquier desafío político serio. Apoyado por su pueblo, está aquí para quedarse y mantener su fuerza sobre el poder político.Para comprender mejor esta profunda transformación, es necesario repasar brevemente los 101 años de historia del PCCh, comenzando por su ascenso antes de 1949.
Establecido con la ayuda de la Unión Soviética y de la Internacional Comunista de Lenin en Shanghai, la ciudad más industrializada de China, el PCCh era entonces un partido obrero que intentaba atraer al naciente proletariado chino bajo su bandera.
Pero después de que el Partido Nacionalista o Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, tomara el control de China en 1927, el PCCh, que contaba entonces con 58.000 miembros, fue reprimido y obligado a emigrar al campo, donde decidió elevar a los campesinos a la categoría de clase revolucionaria y privilegiar la guerra de guerrillas.
Así es como Mao Zedong, Zhu De, Peng Dehuai y otros crearon la República Soviética de China en Jiangxi en 1931. Esta, sin embargo, no fue apoyada por todos los dirigentes del PCCh: por entonces otra facción, basada en Moscú en torno a Wang Ming, seguía dando prioridad a la clase obrera y a las instrucciones de Stalin.Expulsado de las montañas de Jiangxi por el Ejército del Kuomintang, Mao y sus compañeros tuvieron que refugiarse en Yan’an, en el norte de Shaanxi, tras una larga trashumancia recordada en la mitología del PCCh como la Gran Marcha. Igual de importante es que durante la Gran Marcha, en la Reunión de Zunyi (Guizhou) celebrada a principios de 1935, se había confirmado la posición de Mao Zedong como líder del PCCh y el Ejército Rojo.Desde que se fundó la República Popular China en 1949, el PCCh ha dirigido el Estado y su pueblo hacia un camino totalmente nuevo.
El PCCh también creó el máximo órgano asesor político de China destinado a llegar a segmentos no comunistas de las élites, la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.
A pesar de sus numerosas y cambiantes iteraciones, la Constitución (o los Estatutos) del Partido siempre se han ceñido a los principios del centralismo democrático.El líder Deng Xiaoping estuvo consciente de que sin reformas económicas y gubernamentales decisivas, y sin estudiar Occidente, China no podría desarrollarse ni convertirse en una gran potencia. Y en China empieza la aplicación de la Reforma y la Apertura en 1978. Durante los años ochenta, China envió a estudiantes a Europa, Japón y EE. UU. El PCCh reclutó a muchos miembros y cuadros más jóvenes y educados, y adquirió experiencia en ciencia, tecnología, etc.Al final de la Guerra Fría, el PCCh estuvo en permanente evaluación del colapso de la URSS, estudiando cuidadosamente lo que había provocado la destrucción pacífica del régimen soviético, con el claro objetivo de evitar un destino similar.Como resultado, el PCCh ha seguido reclutando y promoviendo a miembros más capacitados, sobre todo entre licenciados universitarios, ingenieros, científicos y directivos. La afiliación aumentó entonces hasta los 66 millones, superando por primera vez el 5 % de la población.Con la llegada al poder de Xi Jinping en 2012, la República Popular China ha entrado en una nueva etapa, sustentando su ejercicio de gobierno en la fortaleza de su liderazgo, parecido al rigor del liderazgo del camarada Mao y Deng Xiaoping, el líder político que emergió como dirigente supremo del país tras la muerte de Mao (en 1976), y que fue el gran motor de la era de la reforma y apertura al exterior.En sus relaciones con el exterior, China ha adoptado una política correcta y bastante defensiva en dejar clara su bien ganada posición en el complejo escenario mundial. Con Xi Jinping se ha ampliado el combate por erradicar la corrupción y luchar contra la fragmentación del poder, incluso en la cima del partido: el Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del PCCh, de nueve miembros. En 2012, este órgano se redujo a siete miembros y los poderes del secretario general se ampliaron mediante la creación de nuevas comisiones centrales del PCCh y la dirección de pequeños grupos, por ejemplo, sobre seguridad nacional, ciberseguridad y sobre la profundización de las reformas generales.En el mismo lapso, Xi ha reforzado los criterios de selección de nuevos miembros del Partido. Entre 2012 y 2020, la afiliación solo aumentó de 82 millones a 92 millones (6,6 % de la población). Asimismo, Xi ha estado promoviendo la “democracia consultiva” (xieshang minzhu), un nuevo método para que el PCCh se mantenga a la vanguardia, anticipe las necesidades de la sociedad y se adelante a sus quejas. Tras el XIX Congreso del PCCh de 2017, Xi dirigió nuevas reformas a la Constitución del Estado para garantizar mayor consolidación de las decisiones políticas del Partido y mejores beneficios de desarrollo integral de la población.El PCCh ha traído prosperidad y estabilidad, ha mejorado paso a paso su capacidad de gobierno, ha modernizado un sistema legal que imparte justicia con mayor frecuencia para casos no políticos, ha potenciado el país económica y diplomáticamente, fomentando el patriotismo y el orgullo de ser chino. La reciente pandemia de COVID-19 ha demostrado, una vez más, la capacidad del PCCh para gestionar las crisis, al movilizar no solo a todos los órganos del Gobierno, sino también a sus filas, y volver a poner rápidamente la economía en marcha, antes que la mayoría de los países.Con presencia en el mundo de hoy, en un entorno geopolítico complejo, con señales de alarma nuclear, China está llamada a contribuir para consolidar la paz mundial y avanzar en el camino de la recuperación total de las economías mundiales para seguir creciendo y reducir los altísimos niveles de desigualdad que afecta a las economías, principalmente a las emergentes. En este contexto, y afirmando que ha sido un hito de los más significativos del mundo, la fundación de la República Popular China, guiada por el poderoso PCCh, que transformó una economía semifeudal en una de las economías más avanzadas y poderosas del mundo, es de trascendental importancia que el PCCh iniciara la celebración de su XX Congreso Nacional el pasado domingo 16, donde se propone aprobar importantes decisiones políticas que le conducirán con certeza y seguridad en el camino que le ha llevado a lograr un país socialista moderno, y que cuenta con los más avanzados niveles tecnológicos y de conocimiento en todo el mundo. Auguramos los mejores y mayores éxitos a este vigésimo Congreso, del cual, con estos antecedentes y actualidades, no tenemos dudas de que sus conclusiones serán beneficiosas hacia dentro y fuera de la República Popular China.
*Miguel Mejía es ministro para Políticas de Integración Regional de la República Dominicana y secretario general del Movimiento Izquierda Unida.
Fuente: China Hoy