spanish.china.org.cn | 18. 10. 2022 | Editor:Eva Yu | [A A A] |
La modernización de China es real y fuente de inspiración para otras naciones
Por Jorge Fernández
China ha encontrado una fórmula y un camino hacia el progreso y desarrollo y esto, a su vez, es un caso inspirador para que otras naciones busquen sus propios caminos rumbo a un futuro más brillante.
Xi Jinping ha presentado uno de los discursos más emblemáticos de los últimos tiempos, en el que detalló las principales características de la modernización de China, resaltando que esta proeza ha sido materializada bajo la dirección del Partido Comunista de China (PCCh). En la sesión inaugural del XX Congreso Nacional del PCCh, que se celebró el domingo 16, el líder chino hizo notar que el rejuvenecimiento que hoy China atestigua contiene experiencias y elementos universales, aunque sus rasgos más distintivos son inherentes a las necesidades nacionales que exige el propio desarrollo histórico de China.
En el camino que China emprende rumbo a la modernización, China ha batido marcas y ha logrado proezas inéditas en la historia de la humanidad. Ningún país ha hecho posible el milagro de un desarrollo económico acelerado, marcado por una estabilidad social de larga duración. Y en ese sentido, Xi Jinping ha hecho notar que la modernización-rejuvenecimiento de China “contiene elementos que son comunes a los procesos de modernización de todos los países, aunque este posee características distintivas que son excepcionales para el contexto chino”. China ha encontrado una fórmula y un camino hacia el progreso y desarrollo y esto, a su vez, es un caso inspirador para que otras naciones busquen sus propios caminos rumbo a un futuro más brillante.
En el caso de China, la celebración del XX Congreso Nacional del PCCh apunta a presentar las fórmulas que habrán de aplicarse para sortear fuerzas hostiles y, al mismo tiempo, inyectar fortaleza a las aspiraciones del pueblo por un futuro mejor. China ha encontrado un camino rumbo a la modernización de la mano de las autoridades comunistas, las cuales, a su vez, han corroborado que la fórmula que más rápido y mejor permite la realización del rejuvenecimiento es a través de la aplicación del socialismo con peculiaridades chinas. Hoy, de cara a este emblemático congreso nacional, queda claro que la nación apoyará la dirección y la línea política adoptada por la dirigencia, a fin de llevar las grandes transformaciones de la última década a un nuevo nivel.
Tal como el Xi Jinping ha observado, “el PCCh ha permanecido como un inquebrantable núcleo de liderazgo en el proceso histórico del mantenimiento y desarrollo del socialismo con peculiaridades chinas”. Los logros acometidos por el país a lo largo de su lucha centenaria han añadido poder, prestigio y firmeza a las fuerzas comunistas, y todo ello —redunda decir—, ha generado una vitalidad que permite alimentar un espíritu de lucha y avanzar en el desarrollo de un sistema político exitoso. El socialismo con peculiaridades chinas ha hecho que China consiga proezas inimaginables y que acelere su andar rumbo a la modernización.
Es en el contexto de este Congreso que China ha entrado en un nuevo proceso histórico que apunta a revitalizar a la nación en su conjunto. Esa vitalidad no puede mantenerse de manera azarosa o supeditada a fuerzas incontrolables sino que, por el contrario, debe alimentarse y sostenerse a través de políticas encaminadas a una modernización sistemática y marcada por una calidad notable. La materialización de un país socialista moderno será una proeza humana cuya realidad, alcanzable con esfuerzo y dedicación, irá de la mano de profundos cambios orientados a fomentar una nueva configuración en el desarrollo.
Sobre esto, Xi Jinping elevó la voz con notable énfasis: ”Debemos aplicar de forma integral y fielmente la nueva concepción del desarrollo en todos los frentes, continuar con las reformas para desarrollar la economía socialista de mercado, promover una apertura de alto nivel y acelerar los esfuerzos para fomentar una nueva configuración de desarrollo centrado en la economía interna y con una interacción positiva entre los flujos económicos nacionales e internacionales”. Las metas que China se ha fijado a fin de construir un país socialista moderno, que son materia de discusión en este cónclave partidario, demandan con particular urgencia la aplicación de políticas que permitan el despliegue exitoso de un desarrollo de alta calidad.
El camino que China emprende rumbo a la modernización requiere de una base popular en la que el pueblo sea el constructor de su propio destino. Las instituciones nacionales, más que una concepción divina, son el resultado de las experiencias históricas de una nación. Los chinos han condensado las experiencias de sus andanzas en las instituciones que los guían, las cuales responden a procesos consensuados en donde el pueblo es rector y dueño de su propio país. El éxito de las transformaciones impulsadas por el PCCh se deben a la aplicación de una democracia de proceso entero, la cual desplegada ampliamente, ha evidenciado una notable estabilidad social y la comunión en la que viven la clase gobernante y su pueblo.
En ese sentido, Xi Jinping ha observado la importancia que hay en el fortalecimiento de la democracia popular para los años venideros. “Pondremos en juego el entusiasmo, iniciativa y creatividad de las masas populares, de modo que se consolide y desarrolle la situación política pletórica de dinamismo, vivacidad, estabilidad y unidad”. Los 1.400 millones de chinos son dueños de su propio país y sus voces, que han sido canalizadas a través de las instituciones comunistas, han hecho posible el avance acelerado rumbo a la revitalización nacional. Solo con el desarrollo activo de la democracia, la nación china, de la mano de su dirigencia, podrá encontrar fórmulas eficientes que permitan al país alcanzar la revitalización nacional.
La lucha que hoy emprende la dirigencia comunista apunta a elevar la prosperidad de su propia gente. Esa es la esencia del informe presentado por Xi Jinping y la clave de los temas que se someterán a discusión en los próximos días. Si bien China ha logrado ganar con éxito la batalla contra la pobreza, el momento actual no es el propicio para dormirse en sus laureles. Es momento de “consolidar y ampliar los logros en el alivio de la pobreza, y reforzar las bases para la seguridad alimentaria en todos los frentes”. China tiene aún muchos puntos en la agenda para elevar el nivel de vida de sus habitantes, y el presente congreso nacional es clave y también es crucial para materializar nuevas proezas históricas.
Xi Jinping dejó claro que la meta para los comunistas será que “aseguremos más ingresos para más trabajadores y alentar a las personas a alcanzar la prosperidad a través del trabajo diligente”. Y para alcanzar ese fin se deberá mejorar el sistema de distribución de los ingresos y se deberá promover la equidad en las oportunidades, porque solo así será posible atender las necesidades de aquellos perceptores de bajos ingresos y ampliar el tamaño del creciente grupo de personas de ingresos medios y altos.
China responde a los retos nacionales e internacionales asumiendo su papel de gran país y tomando en consideración un sistema internacional en el que todos buscan la felicidad de las personas. Xi Jinping ha sido claro en su informe para la sesión inaugural, que la tarea que China asumirá, especialmente a partir de este momento, será impulsar la estructuración de una comunidad de futuro compartido para la humanidad. El camino de China rumbo a la modernización es en sí mismo una fuente de inspiración para que otros países encuentren sus propios caminos, y de igual forma, para que todos trabajen codo con codo en la construcción de un destino común.
Hoy más que nunca es necesario persistir en una política de paz, orientada al desarrollo común, en donde todos “unamos esfuerzos con el fin de afrontar juntos todo tipo de desafíos globales”. Ese es el mensaje de Xi Jinping a las autoridades comunistas y al resto del mundo: dejar a un lado mentalidades obsoletas que actúan perniciosamente contra la humanidad y trabajar por un sistema en el que las relaciones básicas entre los Estados apunten a mejorar las condiciones nacionales y de vida de sus habitantes. La modernización china es una realidad tal y como puede serlo para otras naciones del mundo.