spanish.china.org.cn | 10. 10. 2022 | Editor:Eva Yu | [A A A] |
Delegada Qian Suyun:“Debemos dar lo mejor de nosotros”
Qian Suyun (primera a la izquierda) participando en una consulta médica gratuita.
Tiene el cabello corto y avanza a pasos apresurados; siempre que habla mantiene un tono claro y firme. Qian Suyun tiene casi 60 años, pero no por su edad su agenda de trabajo ha dejado de ser intensa.
“Entre la delgada línea que divide a la vida de la muerte, no hay tiempo para ningún retraso ni espacio para descartar detalles”. Como miembro del comité del Partido, directora honoraria del Departamento de Cuidados Intencivos y directora honoraria de la Sala de Docencia e Investigación de Medicina Interna del Hospital Infantil de Beijing, afiliado a la Universidad Médica de la Capital, Qian pasa la mayor parte de su tiempo laboral luchando contra la muerte.
La Unidad de Cuidados Intensivos es conocida como un campo de batalla en el que no hay columnas de humo, y en donde se encuentran los pacientes infantiles críticos que son canalizados desde diversos departamentos del hospital. En los casi 40 años de su carrera médica, más de 20.000 niños graves han vencido a la muerte gracias al cuidado que ella les ha brindado.
La medicina intensiva es una disciplina de alto riesgo y de gran intensidad, y es una prueba tanto para los conocimientos como para la resistencia sicológica. Complicaciones tumorales, lesiones causadas por accidentes, enfermedades raras... Ante las enfermedades críticas, Qian encauza a su equipo para dar esperanza a los niños y ayudarles a reavivar sus vidas a través de sus excelentes habilidades médicas. “Detrás de cada niño enfermo, hay una familia. Debemos hacer todo lo posible para dar lo mejor de nosotros”, asegura Qian.
Xiaoming, de 13 años, vive en lo profundo de las montañas. Hace cinco años, sufrió episodios de dolor intenso en los pies. A pesar de haber consultado a diversos médicos, los síntomas no se aliviaron. A principios de 2022, le diagnosticaron la enfermedad de Fabry en el Hospital Infantil de Beijing. Esta rara enfermedad se puede tratar, pero los fármacos son muy costosos y se requiere de una tratamiento permanente, y ello despertó desconfianza tanto en el niño como en su familia.
“No solo debemos tratar y salvar a los enfermos, sino también resolver sus preocupaciones y darles esperanza”. Cuando Xiaoming estaba hospitalizado, Qian y su equipo no solo se dedicaron a tratarlo, sino que ayudaron a canalizar sus emociones y solicitar fondos de asistencia. Se pusieron en contacto con las autoridades locales para organizar las terapias posteriores. Gracias al cuidado meticuloso de Qian y de su equipo, Xiaoming ha regresado ya a la escuela.
Además de su trabajo diario, como experta en medicina intensiva pediátrica de la Comisión Nacional de Salud y como miembro del grupo nacional de expertos en tratamiento de la influenza, Qian ha asumido más de 10 misiones de tratamiento de niños críticos en distintas emergencias públicas a nivel nacional. Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, ha participado activamente en la revisión del nuevo plan de diagnóstico y tratamiento, y en la consulta virtual de pacientes infantiles críticos en diversos lugares.
“La medicina es un proceso de progreso continuo, y aún quedan muchas áreas desconocidas por explorar”. Qian ha realizado una gran cantidad de trabajos de enseñanza e investigación. Actualmente, es tutora de 22 alumnos. Parece haber una especie de poder en ella que le hace mantener la pasión y fuerzas incansables.
“Mi mayor deseo es que más niños regresen a casa con caras sonrientes”. Qian ha obtenido títulos honoríficos como Portadora Nacional de la Bandera Roja del 8 de Marzo, Trabajadora Pionera de Beijing y Miembro Destacado del Partido Comunista de China del Sistema de Salud de Beijing. Sin embargo, cuando se le preguntó cuál era el título más importante para ella,no dudó en responder que era el de “¡miembro del Partido Comunista de China!”.