spanish.china.org.cn | 08. 02. 2023 | Editor:Teresa Zheng | Texto |
China y América Latina y el Caribe avanzan a paso firme por una integración global con beneficio tangible para todos
Por Jorge Fernández
El papel que China ha desempeñado en América Latina y el Caribe no es algo fortuito sino que es, como lo evidencia la historia de las vinculaciones, resultado del trabajo constante, del fortalecimiento de la confianza, de la deliberación y la negociación, para alcanzar consensos.
En el mundo de hoy, asolado por retos que surgen tanto en lo nacional como en lo regional, la consolidación de vinculaciones con diferentes países equivale a fortalecer la capacidad para superar adversidades. Es una regla universal que mientras más son los acuerdos y las asociaciones establecidas con el exterior, mayores son las posibilidades de superar problemas inesperados. La relación que China y América Latina y el Caribe consolidaron a lo largo de este año refrendó el compromiso que ambas regiones tienen por la integración global, en donde el flujo de personas, bienes y servicios se erige como una importante fuerza para revertir contrastes y discapacidades, y para acelerar el proceso de la globalización económica mundial.
Entre los esfuerzos para conectar al mundo está la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que en América Latina y el Caribe está generando un espíritu regional y colectivo que invita a participar por la construcción de un mundo más interconectado. Los proyectos que China materializó al otro lado del Pacífico, a saber aeropuertos, redes de telecomunicaciones, carreteras y sistemas metropolitanos, entre otros relacionados con la infraestructura, han creado un ambiente en estos países receptores que alimenta la idea de colaborar por construir un mundo con niveles de vida mejor. La región latinoamericana y caribeña está triangulando sus relaciones con China y ha aprovechado exponencialmente la fuerza irradiada en torno a la Franja y la Ruta.
La creación de empleos aparejados con estos proyectos resalta la importancia que hay en la interacción con China. Según datos recopilados por el Monitor de la Infraestructura China en América Latina y el Caribe, publicado por la Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China, hasta 2021 los proyectos finalizados por China en la región, que sumaban 129, habían acumulado una inversión de 984 mil millones de dólares y habían creado 673 mil puesto de trabajo. Pese a los efectos colaterales causados a la maquinaria económica mundial por la pandemia, el número de empleos creados por cada proyecto registró un total de 2.988. La inversión del gigante asiático en la región implicó la movilización masiva de personas y una importante contribución al crecimiento económico por país.
El valor que adquiere la participación de China en el funcionamiento económico de la región, ya sea como socio comercial, como inversor o como entidad crediticia para el desarrollo, ha estimulado a estrategas y figuras de prestigiosos laboratorios de ideas a buscar en China fórmulas exitosas que puedan adaptarse a sus propias realidades. La celebración del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, ampliamente aplaudido en octubre de 2022, pasó a ser el evento político nacional que mayor interés causó en países de América Latina y el Caribe. Al reconocimiento extendido a China por dirigentes, académicos y periodistas, principalmente en temas como el alivio de la pobreza y la gestión contra la COVID-19, se sumó la visita del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, que simbolizó el primer gran encuentro con un mandatario de esa región tras la celebración del magno evento.
Entre los casos más emblemáticos de cooperación están México en Norteamérica, y Bolivia, Brasil, Ecuador, Chile y Colombia en Sudamérica. En estas dos regiones se ha concentrado el 31 por ciento de los proyectos durante el periodo 2020-2021. América Central es testimonio de vinculaciones aceleradas, entre ellas la de Nicaragua, que avanzó por la vía rápida tras el establecimiento de relaciones oficiales con China. En 2022, estos dos países establecieron acuerdos de exportación que sugieren la firma, en un futuro próximo, de un tratado de libre comercio. Otros países, entre ellos Ecuador y México, cosecharon parte de los frutos madurados tras décadas de hermandad. Mientras el primero reestrenó el aeropuerto internacional de la provincia de Manabí, destruido durante el terremoto de 2016, el segundo amplió su red de transporte con autobuses eléctricos y vagones para el sistema metro. Todo ello se materializó en 2022 gracias a proyectos crediticios bilaterales y a la participación de consorcios empresariales del gigante asiático.
China y los países de América Latina y el Caribe han desplegado esfuerzos para fortalecer gradualmente proyectos de cooperación e intercambios estrechos. Países al otro lado del Pacífico hicieron patente su interés por China, que se ratificó en la V Exposición Internacional de Importaciones de China. El foro estrechó los anhelos por profundizar la promoción de productos de América Latina y el Caribe en el mercado chino, y por desarrollar el comercio y la cooperación en terrenos que van desde el científico hasta el cultural. Brasil, uno de los expositores más grandes y asiduos a este cónclave, registró una marca comercial inédita de intercambios que llegó a los 135 mil millones de dólares. El intercambio que hay entre China y la región latinoamericana y caribeña está batiendo nuevas marcas y registrando cifras nunca antes vistas en años de relaciones comerciales.
El papel que China ha desempeñado en América Latina y el Caribe no es algo fortuito sino que es, como lo evidencia la historia de las vinculaciones, resultado del trabajo constante, del fortalecimiento de la confianza, de la deliberación y la negociación para alcanzar consensos. La participación en proyectos bilaterales o el apoyo a la construcción de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, evidencian una visión idéntica por edificar un comercio dinámico y justo en aras de un mundo mejor. El avance gradual y firme de las vinculaciones rubrica el compromiso de las partes por ayudar a la recuperación económica mundial a través de intercambios económicos, comerciales, culturales, científicos y políticos. China está respondiendo con entereza a sus propios retos, al mismo tiempo que invita a la región latinoamericana y caribeña a unir esfuerzos y trabajar codo con codo por la materialización de una comunidad de futuro compartido para la humanidad.