spanish.china.org.cn | 03. 03. 2021 | Editor:Teresa Zheng | Texto |
La bandera nacional de China y la de la Región Administrativa Especial (RAE) de Hong Kong en la Plaza Golden Bauhinia en Hong Kong, China, el 5 de agosto de 2019.
El caos social, que ha llevado a una crisis económica, y la pandemia de COVID-19 representan el mayor desafío para Hong Kong desde su regreso a China en 1997. Las violentas manifestaciones orillaron a la Asamblea Popular Nacional a aprobar la Ley de Seguridad Nacional en junio del año pasado, a fin de detener el creciente riesgo de separatismo, restablecer el orden en la Región Administrativa Especial (RAE), y permitir que sus residentes reanuden sus actividades económicas y de otro tipo con normalidad.
Gracias a su aplicación, Hong Kong está volviendo gradualmente a la senda de la tranquilidad, superando una serie de dificultades. Como parte de esta medida, la Justicia de la región acusó el domingo de subversión a 47 políticos y activistas.
Sin embargo, en lugar de apreciar el arduo trabajo de los agentes de la ley de Hong Kong para restablecer el orden en la ciudad, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pidió la liberación inmediata de los separatistas. "Condenamos la detención y los cargos presentados contra candidatos y pandemócratas en las elecciones de Hong Kong y pedimos su liberación inmediata", tuiteó Blinken. Y aunque la oficina de la Unión Europea en Hong Kong señaló que las imputaciones eran preocupantes, el Reino Unido las calificó de "profundamente inquietantes".
El Ministro de Relaciones Exteriores de China condenó acertadamente tales comentarios, enfatizando que la legislación debe ser estrictamente implementada para restaurar el orden en la RAE.
Al protestar contra la enmienda a la ley de extradición hace más de dos años, los violentos manifestantes malinterpretaron el principio "un país, dos sistemas" al tergiversar la relación entre el Gobierno central y el de la RAE, y el vínculo entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. De hecho, algunos miembros del Consejo Legislativo de Hong Kong, con extrañas teorías de conspiración a mano, se opusieron con vehemencia a cualquier política propuesta por las autoridades centrales para la región.
Con tal cometido, interrumpieron los horarios de la comisión legislativa e instigaron a las fuerzas separatistas a participar en actividades violentas, lo que representa una amenaza a la gobernanza y pone en peligro la soberanía de China sobre la RAE. Después de la implementación de la Ley de Seguridad Nacional, la situación política en Hong Kong se estabilizó en gran medida a favor de la unidad nacional.
La norma ha restaurado el liderazgo del Ejecutivo y el orden constitucional en Hong Kong. A largo plazo, el restablecimiento del equilibrio entre poderes y el refuerzo al principio "un país, dos sistemas", así como la Ley Básica de Hong Kong, ayudarán a mejorar el bienestar de la población local y a mantener la paz y la estabilidad en la ciudad.
La ley ha resuelto lagunas legales en lo que respecta a la seguridad nacional y ha dado pie al arresto de los separatistas que orquestaron o promovieron los disturbios en la ciudad durante casi un año, poniendo en jaque la seguridad nacional. La norma también garantizará una mejor protección a la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos, y la recuperación de su estatus de centro financiero mundial y sociedad basada en la ley.
El caos causado por los manifestantes el año anterior no solo asestó un golpe al orden social y político de Hong Kong, sino también afectó su sistema educativo. Muchos jóvenes resultaron engañados con currículos politizados debido a la tergiversación de la historia en los libros de texto.
La ley de seguridad también ha corregido sus errores, con muchas escuelas discutiendo la posibilidad de incluir la Constitución de China, la Ley Básica de Hong Kong, la Ordenanza del Himno Nacional y la Ley de seguridad nacional en los programas escolares. La Oficina de Educación de Hong Kong ha prometido ayudarlas a incluir estos temas en sus planes de estudio y proporcionar recursos didácticos y capacitación profesional para que los maestros mejoren la conciencia de los estudiantes en seguridad nacional.
Con suerte, este año verá la restauración del orden sociopolítico en Hong Kong, los Consejos de Distrito ya no serán un campo de batalla político y el Legislativo funcionará sin trabas.
No obstante, después de dos años de turbulencias, Hong Kong necesita estrategas que puedan sugerir formas pragmáticas de implementar la reforma y abordar los problemas profundamente arraigados en la urbe.
Para empezar, Hong Kong debe integrar aún más su desarrollo al del nacional y participar más activamente en la apertura de mayor calidad de la parte continental de China, la Iniciativa de la Franja y la Ruta y la Gran Área de la Bahía de Guangdong-Hong Kong-Macao. La RAE también debe aprovechar al máximo sus ventajas, incluido el estado de derecho y las políticas comerciales libres y abiertas para acelerar su recuperación económica e impulsar el cambio
Además, con Beijing acelerando el proceso de convertir al país en una potencia en ciencia y tecnología, Hong Kong debe tomar medidas para transformarse en un centro de investigación y desarrollo e innovación. De hecho, su directora ejecutiva, Carrie Lam Cheng Yuet-ngor, destacó la importancia de este campo en su informe de trabajo de 2020 en diciembre. Y con el apoyo del Gobierno central y la cooperación de la Gran Área de la Bahía, Hong Kong puede impulsar la innovación de manera más agresiva.
Su futuro está lleno de oportunidades. Gracias a la Ley de Seguridad Nacional, Hong Kong ahora puede afrontar mejor las crisis, llámese emergencias políticas y sanitarias. Y dado que se espera que los jóvenes, cuyo porvenir está conectado al desarrollo nacional de China, cultiven un mayor sentido de orgullo nacional gracias a la reforma del plan de estudios, mejores vientos soplarán para Hong Kong.