spanish.china.org.cn | 15. 01. 2021 | Editor:Elena Yang | Texto |
Por Jorge Fernández
La búsqueda de una autosuficiencia tecnológica responde a escenarios internacionales adversos y a la necesidad de coadyuvar a un desarrollo y crecimiento económico de alta calidad.
Las desavenencias generadas con Estados Unidos en los últimos años, junto con el efecto que la COVID-19 está teniendo en la economía mundial, se constituyen como influyentes factores que definen parte de las estrategias de desarrollo chino en el corto y mediano plazos. El impacto que han tenido estas y otras variables obligan a repensar nuevas fórmulas para acelerar la consecución de una economía de calidad. La ciencia y la tecnología, como impulsores de un desarrollo económico de excelencia, son variables constantes en el modelo ideado por la dirigencia nacional. La hoja de ruta se entreve en el borrador del XIV Plan Quinquenal (2021-2025), que por primera vez en su historia dedica un capítulo a la tecnología.
El esbozo del plan quinquenal, por aprobarse en la próxima legislatura, nace de las discusiones en el marco de la quinta sesión plenaria del XIX Comité Central del Partido Comunista de China, que se celebró del 26 al 29 de octubre, y en donde el secretario general, Xi Jinping, presentó un informe de trabajo. El comunicado publicado al final de este cónclave arroja luz sobre el papel histórico que desempañará la ciencia y la tecnología, junto con otros temas de gran trascendencia, a saber el desarrollo económico, los trabajos para mantener y salvaguardar la paz o la consecución de un desarrollo basado en la cooperación y el beneficio mutuo. Hoy el espíritu de la quinta sesión plenaria se propaga por toda el aparato político, como lo evidenció la más reciente sesión de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.
Uno de los temas que ha llamado la atención de la opinión pública, por ser columna vertebral de los planes de China en el momento actual, es el nuevo paradigma de desarrollo. El planteamiento propone que se tome el mercado interno como el pilar mientras se deja que los mercados internos y externos se impulsen mutuamente. Este ciclo dual o doble circulación se avista como el medio con el cual China materializará básicamente la modernización socialista para 2035. En teoría, el nuevo paradigma será fundamental para conducir a China en el mediano plazo por el camino de la excelencia. Y para ello, entre los soportes que garantizarán la aplicación de este nuevo patrón, está la autosuficiencia tecnológica, una que pueda confrontar escenarios erráticos en el exterior y una mayor resiliencia en el interior.
El mercado internacional presenta un asincronismo frente al dinamismo que hay presente al interior de las fronteras chinas. El consumo en el exterior ha disminuido como consecuencia de la recesión económica. Esto, sumado a la posición unilateral y cerrada de algunas economías, genera un entorno desfavorable para el mercado nacional, que ha sido defendido y estimulado por la dirigencia nacional para funcionar óptimamente. Pese a ser el país que lidera la recuperación económica mundial, el desarrollo nacional, enfrentado a figuras y entornos adversos, requiere de una fórmula que oxigene a las empresas nacionales. Huawei es por sí mismo el caso más emblemático de acoso sistemático del exterior y de los efectos colaterales causados por la pandemia.
El nuevo plan quinquenal, que se someterá a la aprobación de la Asamblea Popular Nacional el próximo año, deberá en consecuencia orientar los trabajos rumbo a la modernización socialista china en 2035 por medio de un alto grado de independencia en materia de ciencia y tecnología. La relación con Estados Unidos y sus amenazas, los boicots que nacen del exterior y la incertidumbre que pulula en los mercados internacionales, resultan poderosos alicientes para edificar un banco científico y tecnológico autosuficiente que se alimente de un robusto mercado nacional. Con una población de 1.400 millones de habitantes, el desarrollo no puede depender solamente del intercambio con el exterior ni de la transferencia de tecnologías. La nueva fórmula apunta a beneficiar tanto a la actividad empresarial como a la vida de las personas.
En consecuencia, el escenario que comienza a tomar forma es uno de flexibilidad y apertura para fortalecer la autosuficiencia. La consecución de un mayor grado de independencia no significa ni el encerramiento ni el aislamiento de laboratorios de ideas, sino que, por el contrario, denota un esfuerzo mayor para aumentar los intercambios, la cooperación y los trabajos con el exterior. La innovación científica y tecnológica tiene la clave para solucionar los grandes retos y desafíos que aquejan a la humanidad y, por tanto, la solución a estas tareas no depende de un solo país sino del grueso de la comunidad de naciones. No será raro ni fortuito que en los próximos años China ofrezca y establezca nuevas plataformas de cooperación internacional que funjan como catalizadores de una mayor innovación científica y tecnológica.
El camino rumbo a la modernización socialista atestiguará naturalmente nuevos y mayores estímulos para que la tecnología abra el camino a nuevos y provechosos nichos de crecimiento económico. Esto es, la innovación tecnológica impulsará el crecimiento sostenible de un país que aspira a convertirse en líder mundial de innovación. Hoy China atestigua una era acelerada de nuevas infraestructuras en materia digital en donde la IA se perfila como gran promotora de la recuperación económica y en nuevos modelos de urbanización que cambiarán el viejo paradigma de gigantescos centros orientados a la exportación en un esquema centrado en entornos urbanos limpios, compactos y vinculados entre sí que estimulen el crecimiento del mercado local.
La quinta sesión plenaria y su legado, el XIV Plan Quinquenal, abren el camino para que el apoyo al fortalecimiento tecnológico coadyuve a un desarrollo y crecimiento económico de alta calidad. Otro aspecto clave en este proceso será el esmero que pongan aquellos núcleos urbanos, caracterizados por su vanguardismo, en superar viejos cuellos de botella y en estimular la concepción de nuevos centros en otras partes del país. El éxito que el gigante asiático consiga al interior de sus fronteras será fundamental para materializar metas colectivas y para sentar un ejemplo en la comunidad de naciones. Tómese como ejemplo el cambio climático. El uso de nuevas tecnologías para cumplir compromisos y hacer frente a variaciones atmosféricas en la Tierra acelerará la marcha que China sigue para la construcción de una civilización ecológica. Esto y más hará China con una mayor autosuficiencia tecnológica.