spanish.china.org.cn | 11. 02. 2020 | Editor:Eva Yu Texto

Una conexión inquebrantable con el pueblo

Palabras clave: Xi Jinping, Año Nuevo China

 

 

Por Jorge Fernández

 

Xi Jinping habla y domina el idioma de aquellos que trabajan por la materialización de sus sueños.

 

En 1969, un joven de la capital china, que había crecido bajo el cobijo de un héroe revolucionario, se convirtió súbitamente en un pobre agricultor que debía, al igual que otros jóvenes educados de la época, aprender de las crudezas de la vida del campo. A lo largo de siete años, en los que la comida escaseaba y el vestido apenas cubría el frío del invierno, este imberbe quinceañero sumó a su ethos valores que lo convirtieron a la postre una figura capaz de hablar con humildes y poderosos. Ese hombre es Xi Jinping, el presidente de uno de los países más poderosos del mundo.

 

La forma en la que Xi Jinping asimiló algunas de sus ideas se asemeja a la antigua técnica con la que los guerreros afilaban sus espadas antes de ir a la batalla: batiéndolas despiadadamente a martillo. Esa cueva de la aldea de Liangjiahe, en la noroccidental provincia de Shaanxi, fue una lúgubre aula en la que a la luz de un quinqué Xi Jinping definió los objetivos por los que habría de luchar en esta vida. Esa proximidad con sus compañeros de azada, que al igual que él debían arrear al ganado y labrar la tierra para poder comer, permitieron que el ahora secretario general del Partido Comunista de China aprendiera a hablar el idioma que solo domina el pueblo que vive del sudor de su frente.

 

Esas experiencias de vida, que adquirió empuñando la hoz y el martillo, le permiten ahora, ya con cargo de jefe de Estado, mantener una comunicación más clara, directa y sincera con la gente. En sus visitas de inspección, que emprende regularmente por el interior del país, se hace notoria esa comunicación afín con personas de todas las esferas. No importa si el interlocutor es un trabajador del campo o de la ciudad, Xi Jinping habla con tono afable y reitera, sin embozo alguno, el compromiso que tiene con la gente y con la construcción de la patria. Esa deferencia que le guarda al pueblo así como las metas por las que él trabaja son corolario natural de aquellos años de inclemente formación.

 

Ese agrado que Xi Jinping despierta en el trato con la gente se ha hecho tendencia en estos días, que marcan los prolegómenos de las celebraciones por el año nuevo del calendario lunar chino. Este año se cumple la fecha fijada por la dirigencia, con Xi Jinping a la cabeza, para erradicar de territorio nacional la pobreza extrema. Quizás él sea uno de los pocos presidentes que vivió precariamente en una cueva antes de emprender su carrera rumbo a la cumbre del sistema político. Y por ello, no es fortuito que ejerza los poderes que la Constitución le confiere para dignificar la vida de aquellos grupos sociales más desfavorecidos.

 

Entre los lugares que el mandatario chino ha visitado en la víspera del Año Nuevo Chino está una aldea de la etnia wa, en la meridional provincia de Yunnan. Xi Jinping viajó al municipio de Qingshui, en la ciudad de Tengchong, en donde departió con miembros de esa nacionalidad tras haber concluido una visita de Estado a Myanmar. En esta localidad china el presidente conoció de fuentes de primera mano el avance que se ha alcanzado en los trabajos para el alivio a la pobreza y sobre las tareas que aún deben completarse en la consecución de este meta. Las minorías étnicas de China son repositorios que rezuman personalidad, historia y cultura, y de cara a estas peculiaridades, hay programas gubernamentales que buscan hacer de sus distintivos folclóricos e históricos, sólidos motores autónomos para el desarrollo económico y social.

 

El presidente Xi Jinping no ha dejado de mantener consultas con los habitantes de Yunnan, a quienes ha tomado como el principal barómetro para certificar si las políticas desplegadas en la región han cumplido sus cometidos. La Fiesta de la Primavera es la celebración más importante en el calendario chino, y ante una demanda masiva de consumidores, el suministro de productos registra algunos desequilibrios en los días festivos. En el Centro Internacional de Convenciones y Exposiciones de Kunming, capital provincial, el presidente realizó una minuciosa inspección para conocer de viva voz la eficiencia en el suministro de artículos de primera necesidad en los días anteriores a la Fiesta de la Primavera.

 

Xi Jinping, quien también ostenta el cargo de presidente de la Comisión Militar Central, ha aprovechado su estancia en la provincia sureña para verificar las condiciones de vida de los soldados y oficiales que están emplazados en la frontera del país. Para una figura como Xi, quien conoce desde los primeros años de su carrera política las estructuras castrenses, el Ejército Popular de Liberación prospera sobre la base del espíritu patriótico de sus miembros. Y por esta razón, las condiciones en las que viven los miembros del Ejército Popular de Liberación le atañen directamente y son parte de sus preocupaciones. El mandatario inspeccionó las condiciones de trabajo y de vida de soldados, de la policía armada, de la milicia y de las unidades de reserva, y aprovechó la oportunidad para extenderles una felicitación por el año nuevo lunar que está por comenzar.

 

La visita de inspección que Xi Jinping hace por Yunnan refleja en las imágenes que hoy son tendencia un ambiente jubiloso y de fraternidad. En realidad, este espíritu festivo que se yergue cuando el mandatario come, comparte o trabaja mano a mano con el pueblo no resulta de la coincidencia o de la casualidad. Es, por el contrario, la conexión que Xi Jinping logra establecer con aquellos que como él han sufrido amarguras y que están dispuestos a progresar en la vida. El pueblo chino alberga una gran admiración y respeto por un hombre que es sinónimo de superación. La vida de Xi Jinping revela que nada es imposible y que todos pueden trabajar por la materialización de sus sueños. Las visitas de inspección dejan ver explícitamente a un pueblo que ha tomado a su presidente como modelo ejemplar de crecimiento y superación.

 


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