El Pensamiento de Xi Jinping no solo es de China, también pertenece a la comunidad mundial

Por Juan Carlos Del Aguila Cárdenas*
 

Al anunciar el informe del XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, por parte de su secretario general Xi Jinping, no solamente los ojos y oídos de mil trescientos millones de chinos estuvieron atentos. El seguimiento lo hicimos desde otros lados del planeta.

Es que, a partir de la visión que nos ha compartido Xi de los cambios estructurales de las próximas décadas -y digo décadas porque la estela del Pensamiento de Xi tendrá influencias más allá de los plazos constitucionales de su gobierno-, China será el principal aliado de las naciones no solamente por su supremacía económica, militar, o política, sino sobre todo porque su línea de acción parte de principios elementales; asegurarle a la humanidad condiciones de sostenibilidad transversal, que van desde el mejor cuidado del medioambiente, hasta la renuncia a hegemonías o políticas expansionistas que no contribuyan a la paz mundial, incluso combatiendo los extremismos ideológicos que propician el terrorismo internacional, el fundamentalismo religioso, así como los separatismos inútiles.

Xi Jinping propuso hacia adentro profundizar correctamente en la reducción de la pobreza, vigente aún en determinados segmentos poblacionales, y tambien, continuar su firme lucha contra la corrupción impulsada con éxito desde el lustro anterior. La denominada “guía de acción” del buen chino se plantea como obligación necesaria para la defensa de la institucionalidad del Partido, y a sancionar a quienes pretendan restarle vigencia. Esto último aplica bien a una nación como China, ya que buena parte de su éxito y milagro se debe justamente a la línea vertical –o recta, diría mejor- con que dicha nación conduce sus propios destinos.

El XIX Congreso Nacional del PCCh fue la brillante ocasión para que el secretario general reafirmara su liderazgo no solamente con la aplicación de firmes políticas para el progreso y el bienestar de su propio pueblo, sino, fue también la oportunidad histórica para decirle a la comunidad internacional, que China es un país en el que se puede confiar, y del que corresponde ser aliado estratégico en aquella gran iniciativa de la Franja y la Ruta que busca crear mejores condiciones de integración entre los pueblos del mundo.

Quienes estamos distantes geográficamente de esta importante nación, pero a la vez muy cerca por el seguimiento que le hacemos a su rol protagónico en el escenario mundial –y que estamos más cerca aún por el respeto y cariño que le tenemos a su pueblo-, observamos con expectativa los acontecimientos liderados por quien considero podría ser denominado el Hombre del Siglo XXI. La filosofía de Xi Jinping, su visión de un nuevo orden internacional, y de asociación estratégica con fines plausibles para toda la humanidad, le dan un carácter de historia a cada una de sus acciones.

El reto de Xi, el Pensamiento de Xi, no solo es de China, también lo pertenece a la comunidad mundial.

*Juan Carlos Del Aguila Cárdenas es Congresista de la República del Perú, Ex Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República y Vicepresidente de la Comisión de Energía y Minas.