spanish.china.org.cn | 24. 12. 2018 | Editor:Eva Yu [A A A]

La irreversible tendencia de aproximación entre China y América Latina

Palabras clave: China y América Latina, 2018

 


Nadie puede detener la irreversible tendencia de acercamiento y compenetración entre China y América Latina.

 

Por Jorge Fernández

 

Ironías de la política proteccionista de Donald Trump. La aberrante consigna conocida como America First, que ha ensimismado a la Unión Americana en detrimento de la apertura y el libre comercio, ha sido un estímulo para estrechar a China con América Latina. En 2018, la política de Estados Unidos (EE. UU.) hacia América Latina, plagada de humillantes restricciones migratorias y comerciales, estrechó la distancia entre las dos orillas del Pacífico. Dos países de las regiones centroamericana y caribeña, concretamente República Dominicana y El Salvador, hicieron oídos sordos a las diatribas estadounidenses y establecieron relaciones diplomáticas con la República Popular China el 1 de mayo y el 21 de agosto, respectivamente.

 

Por más gritos que dio, la voz no le alcanzó a Washington para impedir que China ampliara su círculo de amigos con América Latina. Al abatido Departamento de Estado solo le quedó por opción llamar a consultas en septiembre a sus embajadores acreditados en República Dominicana y El Salvador, y a su encargada de negocios en Panamá, para analizar el por qué de las decisiones de estos países de dejar de reconocer a la isla de Taiwán. Al igual que una banda de maleantes, que confabula contra un tercero, las así llamadas consultas definieron una agenda para el periplo que el secretario de Estado, Mike Pompeo, emprendió en octubre por América Latina. Afónico ya de tanta virulencia, el funcionario vociferó inútilmente sobre los riesgos de una relación con China.

 

La realidad es que China, que este año cumple 40 años de apertura comercial, hoy es un faro  de luz que ilumina una ruta en medio de las turbulentas aguas del proteccionismo. La luz que desde Beijing se proyecta ha evitado que impulsores del comercio, muchos de ellos dispersos por América Latina, encallen en los arrecifes de la doctrina defendida por la administración de Donald Trump. En noviembre, guiados por este portentoso faro, llegaron hasta Shanghai representantes de gobiernos y empresas latinoamericanas y caribeñas, incluidos jefes de Estado, para participar en la Exposición Internacional de Importaciones de China. Convencidos del enorme potencial que existe en el libre comercio que Beijing impulsa, los presidentes dominicano Danilo Medina y salvadoreño Salvador Sánchez Cerén, asistieron al evento, acompañados por el presidente Juan Carlos Varela de Panamá, con quien China estableció relaciones el 13 de junio de 2017.

 

La vitalidad de China, cuya tendencia no ceja sino que, por el contrario, aumenta, demanda enlaces no solo marítimos sino también aéreos. Una aerolínea china enlazó este año al gigante asiático con América Latina de forma directa y sin hacer escalas en un tercer país. La compañía Hainan Airlines comenzó a operar en marzo vuelos entre Beijing y la Ciudad de México con una escala en Tijuana tres veces por semana. A este se suma también el vuelo China-Panamá, que a partir del mes de abril, unió a Beijing con Ciudad de Panamá tras una breve escala en Houston. En voz del presidente panameño, Juan Carlos Varela, "no solo es un puente entre China y Panamá, es un puente aéreo entre América Latina, Centroamérica y el Caribe y Asia”.

 

La filosofía de China, que aboga por un beneficio compartido en los proyectos conjuntos, alentó este 2018 a Centro América y Sudamérica a buscar la materialización de acuerdos comerciales y de modernizar los pactos ya establecidos. Es el caso de Chile y el presidente Sebastián Piñera, quien al margen de la Cumbre de la APEC, celebrado en el Puerto Moresby en el mes de noviembre, reiteró junto con el presidente de China, Xi Jinping, su voluntad de modernizar el Tratado de Libre Comercio que Beijing mantiene con el país austral. A estas conversaciones hay que sumar también el inicio en el mes de junio de las negociaciones entre China y Panamá, orientadas a la firma de un Tratado de Libre Comercio. Hasta el momento se han celebrado 4 rondas de negociaciones, las mismas que han hecho un marcado énfasis en la creación de una plataforma de comercio electrónico en Panamá.

 

A China, dice el presidente Xi Jinping, nadie puede dictarle qué hacer. Y el viaje que el mandatario realizó por Argentina y Panamá reiteró que sin importar de qué continente se trate, a China nadie le dice con quién debe hacer amigos. En la Cumbre de Líderes del G20, celebrada a finales de noviembre en Buenos Aires, el presidente Xi Jinping envió señales claras a América Latina y el mundo: China reitera su compromiso con la apertura, la cooperación y la defensa del sistema comercial, y defiende la cooperación de beneficio compartido así como la promoción del desarrollo inclusivo global.

 

Con base en las propuestas extendidas en el marco del G20, el presidente inició una visita de Estado a Argentina, en donde además de atestiguar la firma de un plan de acción conjunto y de documentos de cooperación bilateral, recibió la máxima condecoración a un ciudadano extranjero, la Orden del Libertador San Martín de Argentina. Tras su visita a Argentina, el presidente Xi Jinping se trasladó hasta Panamá, primer país que firmó su adhesión a la iniciativa de la Franja y la Ruta, en donde en compañía de su homólogo Juan Carlos Varela, atestiguó la rúbrica de 19 acuerdos que van desde turismo, banca, intercambios populares y comercio electrónico.

 

China y América Latina han enfrentado con éxito las adversidades, sacando un beneficio dialéctico de las fuerzas que buscan impedirles una mayor vinculación. Pese a las amenazas pronunciadas desde Washington, 2018 no intimidó a mandatarios latinoamericanos a realizar visitas de Estado a China. En diciembre, ya a punto de terminar el año, la visita del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, reiteró que no hay tiempos, no hay distancias y no hay impedimentos físicos para aquellos que se reúnen para trabajar por la materialización de los mismos ideales. Nadie puede detener la irreversible tendencia de acercamiento y compenetración entre China y América Latina y el Caribe.

 

 

 

 

 

 

 

 


 


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