spanish.china.org.cn | 19. 12. 2018 | Editor:Estrella Zhang [A A A]

Menos pobreza gracias al sector textil en Xinjiang

Palabras clave: Xinjiang, pobreza, sector textil

Bupatam Ismail trabaja en la fábrica textil Meiliao, en Kashgar, región autónoma Uigur de Xinjiang, el mes pasado.

En los últimos años, la región autónoma Uigur de Xinjiang ha conseguido logros notables en la lucha contra la pobreza gracias al desarrollo de una gran variedad de sectores económicos.

Bupatam Ismail, natural de Kashgar, solía ayudar a sus padres con trabajos temporales y tareas domésticas. La cosecha en las 0,2 hectáreas de tierra de la familia no era suficiente para alimentar a sus 4 miembros, especialmente cuando el menor de ellos estaba en la secundaria.

Afortunadamente, la hermana mayor entró a laborar en una fábrica textil establecida por una compañía de ropa de Shenzhen hace 3 años, una oportunidad que le permitió contar con un salario estable, ser independiente y ganar respecto.

Bupatam ya lleva 2 años en el puesto. Empezó sin ninguna experiencia y después de 3 meses de entrenamiento ocupó el cargo de inspectora de calidad. Su dedicación y ética profesional fueron claves para su ascenso como subdirectora en solo un año.

"Gano 4000 yuanes ($581) mensuales y ahora estoy muy contenta con mis ingresos y el entorno laboral”, sostuvo y añadió que ha comprado un par de abrigos para ella y su novio, y una casaca para su hermano.

Ella es una de los más de 3000 empleados de la firma de Shenzhen, pero más gente de Xinjiang se espera que mejore su calidad de vida producto del empleo creado por cerca de 60 empresas similares.

Li Huijun, director ejecutivo de la planta textil Meiliao, indicó que con las políticas preferenciales, como el bajo precio del algodón, de las tarifas eléctricas y los subsidios para el transporte, la producción de prendas en Xinjiang resulta un gran ahorro en comparación con otras regiones orientales, donde tradicionalmente floreció el ramo.

"Cuando vine por primera vez, muchos trabajadores no hablaban chino mandarín y era difícil comunicarme con ellos, además para una gran parte era su primer empleo formal y no renunciaban así de fácil”, apuntó Li.

Burebgul Ali, de 23 años, se negaba a ganarse la vida en una fábrica. Su madre quería que se quedara en casa para ayudar con los quehaceres del hogar y con el cuidado de su hija de 6 años.

Sin embargo, después de una capacitación y el aprendizaje del mandarín, Burebgul encontró empleo sin esfuerzo con un salario de 3000 yuanes al mes. Es la primera que tiene ingresos fijos y asegura que disfruta mucho lo que hace.

"Mi madre me apoya completamente y me prepara desayuno y cena todos los días para aligerar mi carga en la casa. Incluso cuando mi hija se enfermó, la llevó al hospital en vez de pedir que me tomara el día libre”, contó.

Después de estar en la empresa por un año, Burebgul construyó una nueva vivienda, compró un televisor LCD y algunos muebles. Además, adquirió un teléfono inteligente y aprendió a usarlo para conversar y comprar en línea.

Li manifestó que su planilla es muy competitiva y siempre aspira a más. Si recibieron 5000 yuanes el mes pasado, pero solo 4000 este mes, no están satisfechos con ellos mismos.

"Algunos más experimentados poseen acciones de la compañía y la llevan como si fuera propia. Lo más importante es que son más independientes y confiables”, agregó.

Burebgul piensa tomar el examen de manejo el próximo año y comenzar a ahorrar para adquirir un auto.

 

 

 

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