10 años del tren de alta velocidad de China

Asistentes de viaje posando para una foto en frente del tren de alta velocidad Beijing-Tianjin que marca el 10mo aniversario del servicio. Los trenes han transportado 250 millones de pasajeros en la última década.

Ha sido un largo trayecto desde 2008 y la nación planea extenderlo mucho más

A bordo del tren designado como C2022, el supervisor asistente Xu Ying camina por los pasillos inspeccionando la seguridad del equipaje y las condiciones sanitarias.

El tren de alta velocidad, que corre a más de 300 kilómetros por hora y tarda 35 minutos en llegar desde Tianjin a Beijing.

Los pasajeros leen revistas, se sumergen en sus teléfonos o simplemente se quedan dormidos.

"Ahora la gente está acostumbrada a los trenes de alta velocidad, aunque la situación era diferente hace 10 años", relató Xu. "Muchos se paraban de sus asientos para pasearse por todo el tren. Incluso los baños se convirtieron en centros turísticos".

El 1 de agosto de 2008, la primera línea ferroviaria de alta velocidad de China, desde Beijing hasta Tianjin, entró en funcionamiento.

Muchos pasajeros, incluidos los extranjeros que vinieron a ver los Juegos Olímpicos de Pekín ese año, simplemente querían vivir la experiencia de viajar en tren de alta velocidad.

"Se quedaban mirando la pantalla que muestra la velocidad del tren y luego miraban afuera para constatarlo", recuerda Xu. Algunos pasajeros le pedirían a Xu tomarse fotos con ellos.

David Feng de Suiza, que enseña en una universidad de Beijing, escribió sobre su sensación a bordo del tren rápido ese día.

"Las velocidades alcanzaron un máximo de 348 km / h cerca de los suburbios del norte de Tianjin. Me tomó alrededor de 30 minutos llegar de una ciudad a la otra, algo básicamente imposible de creer hasta ese día".

La frecuencia diaria de los trenes interurbanos unidireccionales Beijing-Tianjin ha aumentado de 94 a 217, con 250 millones de pasajeros transportados en la última década, según la oficina ferroviaria de Beijing.

Njeri Kamau de Kenia enseña inglés en una guardería en Tianjin. Ella toma el tren de alta velocidad todos los viernes por la tarde para reunirse con su esposo, que trabaja en Beijing.

El tren de alta velocidad ha hecho que sea mucho más fácil mantener la relación a larga distancia, explicó.

Y habrá más

La construcción del primer ferrocarril de alta velocidad en la región autónoma de Mongolia Interior del norte de China finalizó el martes.

La línea de 287 km pasa por Hohhot y Ulanqab, y luego se desplaza hasta Zhangjiakou en la vecina provincia de Hebei.

Se espera que comience a operar a fines de 2019 junto con el tren de alta velocidad Beijing-Zhangjiakou.

Las dos líneas reducirán el tiempo de viaje entre Beijing y Hohhot de nueve horas a tres.

Para entonces, todas las regiones de nivel provincial de China continental tendrán trenes de alta velocidad, excepto la región autónoma del Tíbet.

La longitud de las líneas ferroviarias de alta velocidad en China alcanzó los 25.000 km a finales del año pasado, lo equivalente a dos tercios del total mundial.

Más de 4.000 trenes bala operan en China, transportando a 4 millones de pasajeros todos los días, según China Railway Corp.

Cuando Han Yonghui dejó su hogar en Xiangfen, provincia de Shanxi, para abrir un pequeño restaurante en 1997, tuvo que caminar durante una hora hasta la estación de trenes más cercana y esperar en la fila para comprar un boleto antes de abordar un tren lento que lo llevaría hasta Tianjin en 18 sofocantes horas.

Todo eso cambió cuando los trenes de alta velocidad llegaron a la ciudad natal de Han en 2014, reduciendo a seis horas su tiempo de viaje hasta Beijing, donde tiene un restaurante.

"Mis hijos, en secundaria, pueden venir a visitarme todas las vacaciones de verano", explicó Han.

Un ferrocarril de alta velocidad que conecta Beijing y Guangzhou ha acortado el tiempo de viaje de los 2.300 km a ocho horas.

Los nuevos trenes bala Fuxing viajan a 350 km / h, cubriendo la ruta de Beijing a Shanghai en cuatro horas y 18 minutos.

Para 2020, se espera que la longitud de las líneas ferroviarias de alta velocidad de China alcance los 30.000 km, cubriendo el 80% de las ciudades principales.

Según un plan de desarrollo ferroviario, se construirá una red de ocho líneas ferroviarias de alta velocidad este-oeste y ocho líneas norte-sur.

El tren de alta velocidad ha contribuido al desarrollo regional integrado de Beijing, Tianjin y la provincia de Hebei, una estrategia nacional iniciada en 2014.

Wang Ye, de Beijing, toma el C2205 para trabajar todas las mañanas. En 24 minutos, el tren la lleva al distrito Wuqing de Tianjin, donde Wang trabaja en una fábrica de partes de trenes llamada Tieke Zongheng.

De los más de 150 empleados en la fábrica, más de 20 llegan procedentes desde Beijing todos los días.

"Los trenes de alta velocidad han hecho posible el viaje interurbano", añade Wang.

Wuqing ha atraído más de 8.200 proyectos de Beijing en los últimos cinco años, incluido Tieke Zongheng.

La inversión en estos proyectos ascendió a 51.600 millones de yuanes (7.600 millones de dólares), según el gobierno del distrito.

La economía ferroviaria de alta velocidad

La región de Beijing, Tianjin y Hebei ha mostrado la economía ferroviaria de alta velocidad.

El tren de alta velocidad simboliza la nueva estructura de la economía china, que influye en todos los aspectos de la sociedad.

A finales de 2017, los trenes de alta velocidad de China habían transportado más de 7 mil millones de pasajeros. El transporte de mercancías en trenes de alta velocidad comenzó en 2016, con más de 500 ciudades utilizadas como áreas piloto para servicios expresos.

El tren de alta velocidad de China también se ha globalizado. En 2014, China finalizó la construcción de su primer tren de alta velocidad en el extranjero en Turquía.

En junio de 2015, China y Rusia firmaron acuerdos por 770 km de viaductos que conectan Moscú y Kazán. En octubre de 2015, China e Indonesia firmaron una empresa conjunta para la construcción de un tren de alta velocidad entre Yakarta y Bandung.

Huang Yanghua, investigador asociado de la Academia China de Ciencias Sociales, cree que el tren de alta velocidad ha ahorrado tiempo, ayudado a integrar la economía regional, impulsado el flujo de talento e información y reformado el mapa económico de China.