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spanish.china.org.cn | 10. 03. 2017 | Editor: Elena Yang [A A A]

La solución al problema de la contaminación requiere un compromiso social

Palabras clave: La solución al problema de la contaminación requiere un compromiso social

 

Por Jorge Fernández

 

La creación de una sociedad civil, racional y patriótica estimula formas populares para la protección del medio ambiente.

 

El debate nacional en torno a la contaminación está lleno de sinsabores y alegrías. Por un lado, en el marco de las Dos Sesiones Políticas, un contingente de asesores y legisladores recrudecen su papel en contra de detractores del medio ambiente. Por otro lado, funcionarios aclaman victoria en los trabajos para eliminar a agentes contaminantes. Y sin importar qué, en la capital, Beijing, aún faltan días más azules.

La contaminación ha estimulado debates en todas las esferas de la sociedad, incluidos aquellos que vienen de otros países. Y cuando nacionales y extranjeros intercambian opiniones sobre tan escabroso tema, el debate se torna tan acalorado que no solo afloran aberrantes invitaciones para abandonar el país, sino vergonzosas justificaciones para un problema que atañe a todos sin importar nacionalidad o condición social.

La esencia de tan bochornosos intercambios es que la sociedad está cansada. Está cansada de vítores, promesas y esfuerzos oficiales que no van a la par de las expectativas de las personas. Existe una hipersensibilidad hacia este tema, y sobre todo, hacia los días contaminados, a tal grado que poco importa si la tendencia va a la baja o si se están cumpliendo cabalmente los puntos en la agenda. ¡Ya no importan las victorias! La sociedad simplemente ya no quiere más días contaminados.

Chen Jining, ministro chino de Protección Medioambiental, ha salido a dar la cara, por un lado, con la presentación de pruebas de que las estrategias han tenido buenos resultados, y al mismo tiempo, con el reconocimiento de que existen numerosos problemas a los que aún se les debe encarar. Un tema más llama la atención dentro de toda esta retórica. El ministro chino comentó recientemente en una rueda de prensa la importancia de involucrar y estimular el compromiso público.

Si bien la gobernanza es responsabilidad de nuestros dirigentes, con sus consabidos éxitos o fracasos, la participación ciudadana es fundamental para llevar a buen fin el éxito del despliegue de una política acertada. Y sin ningún afán de delegar las responsabilidades propias de un gobierno, solo una sociedad consciente del problema de la contaminación puede coadyuvar a que las medidas oficiales cumplan las metas esperadas.

En primer lugar, la construcción de una sociedad civil racional y responsable facilita los objetivos gubernamentales para la limpieza del ambiente. Es exasperante ver que un país en el que predomina uno de los exámenes de conducción más difíciles del mundo, la desobediencia y la falta de civismo prevalezcan por las calles. El respeto a las reglas de tránsito disminuiría considerablemente los embotellamientos y esto, a su vez, paliaría proporcionalmente uno de los elementos que influyen en la contaminación.

En segundo lugar, desarrollar sistemas que conviertan la protección del medio ambiente en una actividad materialmente redituable para todos. La internet ha estimulado el surgimiento de un sistema económico de alcances insospechables. Las aplicaciones que permiten compartir un mismo vehículo alivian la carga vehicular y esto disminuye, por consiguiente, la emisión de contaminantes en el medio ambiente. Es, en esencia, es una contribución al medio ambiente, al tiempo que se genera un ingreso económico para los interesados. La internet encierra propuestas que no solo merecen ser estudiadas, sino también apoyadas e incentivadas por las autoridades.

Y en tercer lugar,la construcción de un código ético y moral que destaque las responsabilidades ciudadanas redunda en la protección medioambiental. Ni ciclistas ni peatones pueden vivir en anarquía por las calles de la ciudad. Los códigos de tránsito no pueden ser únicamente para conductores de automóviles. Es urgente hacer entender a la población que la irresponsabilidad y la falta de civismo en las calles entorpecen la circulación en las vías, y esto, a su vez, agrava el problema de la contaminación en China.

La participación y el compromiso ciudadano son fundamentales para facilitar la puesta en vigor de las medidas oficiales. No obstante, sin una orientación apropiada que estimule en la ciudadanía su compromiso y responsabilidad, el despliegue de medidas por muy acertadas que estas sean puede resultar insuficiente. La educación popular estimula el sentido cívico y patriótico, y estos, al mismo tiempo, inventan innovadoras formas con las que la sociedad puede participar en la protección del medioambiente. Si las medidas contra la contaminación han registrado victorias, es impostergable hacerle ver a la ciudadanía que su participación ha sido clave en la consecución de esos logros.

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