Por Jorge Fernández

Está por iniciar un momento en el que la materialización de sueños ya no se puede postergar en China.

Con la clausura de la IV Sesión Anual del XII Asamblea Popular Nacional terminará en Beijing el periodo legislativo anual, quizás el más trascendental de los últimos años por la ratificación, entre otros importantes temas, del XIII Plan Quinquenal, hoja de ruta con la que China ha establecido los mecanismos para construir una sociedad moderadamente próspera para 2020.

Las oscilaciones del desempeño de la economía mundial, combinadas con la transformación del modelo de desarrollo chino, demandan un minucioso trabajo para aprobar un sistema legislativo que, a lo largo del siguiente año, será la base que dé orden al dinamismo económico de China, hoy orientado a estimular el consumo interno.

En el rubro económico de la celebración de las dos sesiones políticas, en la que también se enmarca la IV Sesión del XII Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, la intensificación de la reestructuración económica, con un énfasis especial en la reforma por el lado de la oferta, fortalecerá la base para un crecimiento sostenible cuyo motor será esta vez más duradero.

A lo largo de dos semanas, la APN y la CCPPC han orientado sus trabajos a la consolidación de un gobierno limpio y transparente, regido por un estado de derecho, en el que la ciudadanía reafirme sus credibilidad por las instituciones, y en el que China reitere ante el mundo su compromiso como un socio y amigo responsable en la construcción de asociaciones mutuamente beneficiosas y a largo plazo.

Ha sido un periodo en el que legisladores han abordado la eficiencia en el funcionamiento de programas para vincular al mundo con China, entre los cuales, la iniciativa de la Franja y la Ruta despliega el potencial que el gigante asiático posee para hacer del mundo en un entramado en el que fluyan bienes, capitales, personas e ideas.

Si esta sesión anual ha sido de intensos debates, derivados de las repercusiones políticas que tendrán sus decisiones, los trabajos posteriores serán vehementes, por la urgencia de compaginar un ambiente social armonioso con una base de desarrollo sostenible. La eficiencia de la lucha contra la pobreza será el mejor barómetro para evidenciar el rumbo, la transformación y la velocidad que tome la modernización de China.

La clausura de la presente sesión marca el fin de un importante momento político, pero a la vez, es el inicio de un plan monumental para materializar los sueños de uno de los países más poblados en el mundo, en donde la creación de empleos, la compra de viviendas asequibles, el desarrollo de la educación y la seguridad social deberán ser derechos para todos por igual.

El momento político que hoy se cierra establece el camino para el desarrollo y la consolidación de un país en crecimiento que se perfila como potencia en ascenso, y por ello, atender los temas más apremiantes y de mayor preocupación social, llámese desigualdad o justicia, son claves en la construcción armoniosa, ordenada y pacífica de un país que está buscando su propia revitalización.

La clausura de las sesiones políticas de este año apuntan a mantener constante el desarrollo de China, a mejorar la calidad del crecimiento de la economía y a reafirmar el deseo de un pueblo de estrecharse económica, política y culturalmente con el mundo, sobre una base de paz mundial y beneficio compartido.