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spanish.china.org.cn | 06. 03. 2016 | Editor: Lety Du | [A A A] |
Por: Francisco Contreras
Al hablar de la economía china, se puede hacer mención de las tasas de crecimiento económico del 10% que ha alcanzado en las últimas décadas, los espectaculares cambios en la infraestructura del país, la mejora de la calidad de vida en las familias chinas y por supuesto una mayor y más activa presencia internacional de la República Popular China en foros y organismos económicos internacionales. Lo anterior es (resultado, reflejo) de una economía y modelo exitoso de desarrollo.
No obstante, los últimos meses se han esparcido rumores y datos, que muestran una economía china, débil, en declive y con pocas posibilidades de continuar con la expansión a la que mantuvo al mundo acostumbrado. Pero, ¿qué tanto de estos rumores son ciertos?, ¿es verdad que China dejará de crecer?, ¿qué sucederá con el ascenso pacífico de China?
Con base en las cifras del Buró Nacional de Estadísticas de China (BNE), señalan que en 2015, la economía China creció un 6.9%, cifra inferior a las obtenidas en el 2014 y 2013, de 7.3% y 7.7%, respectivamente.
En América Latina, han comenzado a resentirse los problemas de una desaceleración de la economía mundial y en particular los impactos de la desaceleración de la economía China. De acuerdo con datos de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), las ventas de minerales y productos primarios a la segunda economía mundial, en el año 2015, cayeron a una tasa del 38%.
Brasil y Chile son los países de la región que sufrieron mayores afectaciones. Venezuela, por su dinámica económica dependiente de la industria petrolera, se vio obligada a disminuir el flujo de crudo ligero a China en un 28%, aunado a la caída de los precios del petróleo.
Si la tesis de una China en declive fuese correcta, ¿por qué seguiría invirtiendo en el mundo y en América Latina? El presidente Xi Jinping anunció el año pasado, un incremento en la Inversión Extranjera Directa (IED) y líneas de crédito para los países latinoamericanos, por más de 250,000 millones de dólares en un plazo no mayor a 10 años, cifra muy por encima del promedio que China o cualquier otra región del mundo, haya invertido en Latinoamérica.
Beijing y los arquitectos económicos del país, saben que el modelo económico que los llevó a posicionarse como la segunda economía mundial, tiene fecha de caducidad. La economía china debe transformarse, transitar de una economía basada en las exportaciones y la IED a una economía basada en la innovación, marcada por un fuerte sector interno y políticas de desarrollo sustentable; es por ello, que desde el último plan quinquenal y la formación de las políticas económicas, impulsar y fomentar esta transformación es un objetivo central del gobierno chino,
Aunque la incertidumbre del crecimiento económico chino seguirá siendo noticia en el corto plazo, las condiciones de una economía sana, con altos niveles de ahorro y con una clase media con mayor poder adquisitivo, son indicadores que muestran que los chinos aún tienen muchos elementos para afrontar una mayor incertidumbre económica mundial y esas son excelentes noticias para los que estamos en América Latina.