Los logros de China en la última década, que han sido resumidos en el informe sobre la labor del gobierno presentado recientemente por el primer ministro chino Wen Jiabao, son extraordinarios, al igual que los desafíos que enfrenta el país durante su avance, dijo un experto sobre China en Chicago, Estados Unidos.
"Sería imposible no impresionarse con todos los logros alcanzados por China e imposible no quedar impresionado por lo grande que son los problemas que siguen existiendo", dijo Kenneth Pomeranz, profesor de Historia en la Universidad de Chicago, cuando reflexionó acerca del informe sobre la labor del gobierno que el primer ministro Wen presentó en la actual sesión anual de la Asamblea Popular Nacional.
Pomeranz también es presidente de la Asociación Histórica Estadounidense y es autor del libro "La gran divergencia: China, Europa y la conformación de la economía mundial moderna". El académico es considerado uno de los especialistas más destacados sobre China en el mundo.
Una razón clave a la que Pomeranz atribuye el éxito del rápido desarrollo en China es el fuerte liderazgo central.
"China superó la crisis financiera de 2008 mejor que casi cualquier otro lugar porque el gobierno central pudo impulsar un programa de estímulos con bastante rapidez", comentó Pomeranz en una entrevista con Xinhua. "Ellos pudieron emprender bastantes proyectos de construcción que estaban en la etapa de planificación y acelerarlos. Eso es bastante impresionante", agregó.
Sobre los principales desafíos como los problemas medioambientales y la corrupción, Pomeranz afirmó que está menos claro si los enfoques verticales serán adecuados para mejorar.
Muchas políticas medioambientales se ven bastante bien en el papel, afirmó, pero su puesta en marcha ha sido bastante difícil, en especial en el nivel local.
Como China está tratando de llevar a cabo muchas cosas muy rápidamente, y lo está haciendo con un margen de error relativamente pequeño, Pomeranz indicó que es crucial equilibrar la aplicación centralizada con la jurisdicción local.
Sobre el crecimiento económico de 7,5 por ciento proyectado en el informe sobre la labor del gobierno, Pomeranz indicó que sigue siendo muy impresionante.
"Existen bastantes factores para continuar ese tipo de crecimiento durante un tiempo", opinó. "La transición de lo rural a lo urbano aún necesita entre 15 ó 20 años para desarrollarse, y ese tipo de rápida urbanización significa una inversión masiva en infraestructura, bastantes cosas que van a mantener la demanda razonablemente sana durante un tiempo", agregó.
El investigador dijo que si la economía enfrenta problemas, no cree que será por la dinámica económica. Lo que más le preocupa son los problemas medioambientales, sociales y políticos.
Uno de los estudios en los que se ha enfocado Pomeranz es el significado de largo plazo y el contexto mundial del cambio medioambiental en China, sobre todo en administración del agua.
"Los problemas de agua de China requieren de mayores éxitos que los que han podido tener hasta ahora, particularmente en la reducción de los desechos", agregó.
El gobierno puede realizar proyectos como la "Desviación de Agua del Sur al Norte", pero en el largo plazo, la forma más efectiva en costos para obtener más agua es deseperdiciar menos.
"Eso requiere bastantes acciones no glamorosas y de escala pequeña", comentó. "Pero es muy difícil aplicarlas porque tienen que llevarse a cabo desde la raíz".
Por el momento, los líderes locales son evaluados con mayor rigurosidad sobre estadísticas de crecimiento que sobre variables medioambientales. Sugirió que esos asuntos se aborden con mayor prioridad.
Otro tema que destacó el catedrático fue la energía. Aunque China se ha convertido en un tiempo muy corto en uno de los líderes mundiales en inversión en tecnología ecológica, también es el principal país generador de carbono en el mundo. No existe ningún remedio preparado que pueda importar China y aplicar para resolver los problemas. Las soluciones tienen que generarse internamente, tanto tecnológica como sociológicamente.
Acerca de la urbanización, Pomeranz dijo que espera que China alcance una urbanización de 65 por ciento alrededor del 2030 para después estabilizarse. Eso significa añadir entre 240 y 250 millones de personas a las ciudades.
"Eso implica agregar casi toda la población de Estados Unidos", indicó. "Es un proyecto impactante y muy costoso".
Pomeranz comentó que un logro significativo en China es que con una migración de personas de tan enorme escala a las ciudades, no existen barrios pobres como lo que se encuentran en El Cairo o en Manila, donde se carece de servicios de electricidad y sanitarios.
"Eso es lo más impresionante", declaró.
Sin embargo, dijo que un asunto que debe abordarse es la atención a la población que envejece. Debido a los programas de planificación familiar, la población que envejece en las ciudades requiere estructuras y servicios nuevos, lo que obligará a más jóvenes a emigrar a las áreas urganas, lo que dejará una disparidad en la atención de los ancianos en el campo.
"Estos problemas tienen que ser abordados por cierto tipo de sistema en el fortalecimiento de la red de seguridad social, lo que es mencionado en el informe de Wen Jiabao", señaló. "Queda mucho por hacer, y sobre la marcha se tiene que ir concibiendo bastante", añadió.
Sobre el combate a la corrupción, Pomeranz subrayó la importancia de abordarla desde diferentes niveles. Observó que el sistema de peticiones al gobierno central ha sido rebasado y ha demostrado ser inadecuado. China puede aprender las lecciones correspondientes del mundo exterior, dijo.
"No creo que exista una sociedad que no tenga corrupción", declaró. Pero un sistema judicial más independiente, un sistema jurídico más fuerte y una prensa menos supervisada pueden ser "razonablemente efectivos para limitar la corrupción", afirmó.
Pomeranz se manifestó muy optimista sobre el futuro de China.
"Creo en el sentido institucional, que a pesar de los problemas, las cosas continuarán, no para ser perfectas, pero sí para mejorar". Fi