(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – La reforma del sistema de distribución de los ingresos es un contenido esencial del compromiso del presente Gobierno para construir una “sociedad armoniosa”, en la que se pretende reducir las diferencias entre ricos y pobres.

En las sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional (APN) y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), máximos órganos legislativo y de asesoría política del país, celebradas en marzo de 2012, el primer ministro, Wen Jiabao, se comprometió a trazar el plan general de la reforma sobre la distribución de los ingresos, el primero de los cinco temas más trascendentales de su periodo de gobierno.

Desde el inicio de este proyecto, en 2004, la confección del plan quedó aparcada en varias ocasiones, hasta que en 2011 volvió a ser incluido en el orden del día. Sin embargo, la preparación del nuevo borrador se mantiene en secreto y varios especialistas pertinentes aseguran que hasta el momento no han tenido acceso a la propuesta, pues un grupo de funcionarios está a cargo de su elaboración.

Según las informaciones hechas públicas, el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social está definiendo los Reglamentos Salariales, una ley importante de la reforma sobre la distribución de los ingresos, en los cuales no se usa el concepto de “sector monopolista”, sino el de “sector de ingresos superaltos” o “sector especial”, porque existe todavía cierta discusión sobre cómo definir el sector monopolista.

En las empresas de grandes beneficios, los altos ejecutivos suelen ser nombrados y no elegidos por la competencia del mercado. Ellos ganan un sueldo muy alto y tienen un enorme espacio de consumo público.

Las investigaciones llevadas a cabo por el profesor Gao Minghua, de la Universidad Pedagógica de Beijing, y otros estudiosos indican que entre 2001 y 2010, el sueldo de los altos cargos del sector financiero aumentó sorprendentemente en 2.646%, o sea, se multiplicó por 26 veces, seguido de los de transporte y almacenamiento y los de bienes inmuebles, que se incrementaron menos de 7 veces.

En los sectores hidráulico, eléctrico y de la extracción de gas de carbón, aunque la tasa de ganancias de los negocios solo creció un 65,29%, el salario de los altos ejecutivos creció en un 333,48%. A pesar de que hace muchos años se debe considerar el factor de los bajos sueldos de los ejecutivos de las empresas estatales, es muy divergente el caso nuestro con el de otros países.

En el mundo no se limita el salario de los altos cargos de las empresas privadas, pero existen grandes restricciones y normas para los encargados de la administración de los activos públicos de las empresas estatales. De acuerdo con estadísticas de 2008, en Gran Bretaña esos ejecutivos ganan 3,5 veces más que el salario mínimo y 1,5 veces más que el medio; en Estados Unidos, en cambio, aumenta a 11,8 veces y 3,8 veces, respectivamente, y en Singapur, 5,1 veces y 1,7 veces, en cada caso.

Otro dilema que debe resolver la reforma sobre la distribución de los ingresos es ajustar y recompensar la brecha provocada en los ingresos por la segunda distribución sobre la primera, cuya esencia es la integridad de la garantía social urbana y rural y la reforma del sistema financiero y tributario.

Desde el punto de vista objetivo, el obstáculo de la reforma sobre la distribución de ingresos no se debe solo al impedimento de los grupos de interés. Otro factor importante reside en que el problema es muy complicado y que no se puede llegar a un consenso entre los niveles superiores e inferiores.

En estos años, el veloz desarrollo de China ha generado un problema cuya solución resulta imprescindible, las grandes diferencias en la distribución de los ingresos.

Debido a su complejidad, no pocas personalidades divergen seriamente sobre si es demasiado grande la brecha de distribución de los ingresos y si es necesario promover su reforma, disputa que tienen también los reformadores.

Existen a la vez dos explicaciones diferentes: la excesiva brecha es generada por la reforma económica o por la imperfección de esta.

Liu Guoguang, ex vicepresidente de la Academia de Ciencias Sociales de China, consideró que se ha descuidado el motivo fundamental que genera injusticias en la distribución de los ingresos. “El sistema de propiedad determina el de distribución. Sin embargo la gente suele pasar por alto esta idea”, dijo Liu.

Subsisten los debates en casi todos los aspectos relacionados con la distribución de los ingresos, por lo que se puede predecir que la falta de consenso obligará a la reforma en esta materia a salvar aún numerosas dificultades.