“Si decimos que el mercado sufrió un invierno frío en 2012, este año afrontará un invierno aún más duro”, previó Lu Xiaoming, ex gerente general de Montblanc en China.

Al abordar las razones del descenso de la venta de artículos lujosos, además de la disminución del crecimiento económico chino, la gran diferencia de los precios dentro y fuera del país y el cambio de ideas de los consumidores, otro punto de vista recibe mucha atención: el Comité Central del Partido Comunista de China lanzó una campaña contra la corrupción, a favor de la austeridad y el cambio del estilo de trabajo, la cual, sin dudas, afecta a esta industria.

Existen muchos casos anticorrupción en los que han aparecido productos lujosos, como el de los llamados “hermano de relojes” y la “reina de LV”, que permite a la gente relacionar fácilmente estos artículos con los funcionarios corruptos.

Ahora ya está atascado el camino de comprar artículos lujosos con fondos públicos. Además, la supervisión en Internet y de la opinión pública ejerce cada vez una mayor influencia, que también tiene un papel atemorizador para ciertos funcionarios. Por eso se ha reducido la demanda.

Hu Run, fundador de la Lista de Ricos Globales, afirmó que “abandonar el estilo lujoso se está convirtiendo en un fenómeno común. Es un cambio permanente”.

No estamos diciendo que los funcionarios no puedan comprar ni utilizar los artículos de lujo. La preocupación de la gente es que esos artículos sean de origen ilegal.

No está mal que se reduce el consumo de artículos de lujo en China por la promoción de la austeridad y la lucha anticorrupción. Deseamos que el mercado de artículos de lujo sea un mercado puro, en el que la gente consuma porque desean esos productos o porque quieren expresar su gusto a través de ellos, en lugar de ostentar su riqueza. Deseamos que desaparezca el lado gris del consumo de productos lujosos.